martes, 2 de febrero de 2016

Mauricio Macri, nuestro vuelo 237, puerta de embarque Nº 14 – Cristina Castello

(palabras al pasar)

Ayer 19 de enero de 2016,  viajé con el señor presidente de la Nación, Mauricio Macri en el vuelo 237 de Air France, Baires-París.
Llegamos hoy, 20 de enero, a la patria de mi follaje, París: 5 grados bajo cero.
No me acerque a él; vi de lejos que algunos pasajeros sí.
“Hacer del cielo el mejor lugar de la tierra”, rezaba una otrora publicidad de Air France.
Y la mayoría de los viajeros parecían orgullosos de compartir, también, “el mejor lugar de la tierra”, con nuestro señor presidente.

El estilo es el hombre

Así fue todo: Mauricio Macri, la Primera Dama, y una muy pequeña comitiva, que incluyó –por la oposición- a Sergio Massa, a quien vi caminar por la sala de embarque -sentí que él sí, quería mostrarse-, hacia la puerta 14.
El ingeniero Mauricio Macri, sin ostentaciones -propias de espíritus pobres y faltos de roce-, sin gastos innecesarios. Con sobriedad. El estilo es el hombre.
Mi tarjeta de embarque para el vuelo 237

El lenguaje crea mundos


Y los gestos son también un lenguaje, que adquiere más importancia aún, en una Argentina donde se robaba a la ANSES –a los jubilados-para pagar al más despreciable y supuesto periodismo de “678”; donde se robaba el dinero de nuestros mayores, para darlo a Spolsky, supuesto empresario de supuestos “medios” de propaganda K. Abominable.

La sencillez es el refugio de los hombres complicados, según Oscar Wilde.
En el vuelo 237 sentí  un regocijo interior hondo; y hasta un asomo de orgullo.

Puedo decirlo con serenidad, porque soy periodista (y poetay no milité ni milito en ningún partido político; tampoco en el Pro.
Sólo y tanto, quise y quiero, trabajé y trabajo. por un país lleno de vida; y por lo que digo siempre, y ahora una vez mas: por el valor social de la felicidad.


Ya en Francia; ahora, ya con el hombre que amo, con André Chenet, mi esposo, poeta enorme y también sin ostentaciones, en nuestro hogar en la Patria de mi follaje... pero vuelvo más que pronto, prontísimo,  a Argentina, la Patria de mi raíz: todos hacemos falta.
En días vuelvo a Buenos Aires, sí, despierta espiritual y cívicamente.
Vuelvo con la misma certeza que tengo desde el 10/12/2015:
la esperanza acecha.
Si nos unimos,con grandeza y con la conciencia de pie, tal vez podamos 
hacer de la tierra, el mejor lugar del cielo.

Cristina Castello, 20 de enero de 2016. Sólo unas palabras al pasar, sentires...