Obra de Ricardo Supisiche
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De la peor corrupción y perversión jamás
vividas durante un gobierno supuestamente democrático. Del Horror.
Estamos avanzando mucho, estamos haciendo camino.
Pero “el tiempo de maduración del grano es distinto del de nuestra impaciencia" y/o del de nuestro hartazgo.
Estamos enfermos de repugnancia y de desesperanza y es normal que esto ocurra; pero ahora es cuando más falta hacemos.
Para exigir a la Justicia que se ponga de pie y actúe correcta y rápidamente; y para apoyar al gobierno que elegimos, y que se encontró con un país vaciado, con un 83 % de inflación reprimida, con una disgregación cultural enorme, y con el odio de quienes sólo saben robar, hacer Golpes de Estado y mentir.
Si no nos gustan todas las decisiones de nuestros gobernantes, expresémonos, pero hagámoslo con el propósito de construir.
Eso es también la Democracia: participación.
De pie todos. Ya falta poco.
Somos ciudadanos: ejerzamos como tales.
No somos individuos amontonados y solos, sino -reitero- ciudadanos, dispuestos a seguir en acción -en paz y sin odios- para reconstruir la República.
Estamos avanzando mucho, estamos haciendo camino.
Pero “el tiempo de maduración del grano es distinto del de nuestra impaciencia" y/o del de nuestro hartazgo.
Estamos enfermos de repugnancia y de desesperanza y es normal que esto ocurra; pero ahora es cuando más falta hacemos.
Para exigir a la Justicia que se ponga de pie y actúe correcta y rápidamente; y para apoyar al gobierno que elegimos, y que se encontró con un país vaciado, con un 83 % de inflación reprimida, con una disgregación cultural enorme, y con el odio de quienes sólo saben robar, hacer Golpes de Estado y mentir.
Si no nos gustan todas las decisiones de nuestros gobernantes, expresémonos, pero hagámoslo con el propósito de construir.
Eso es también la Democracia: participación.
De pie todos. Ya falta poco.
Somos ciudadanos: ejerzamos como tales.
No somos individuos amontonados y solos, sino -reitero- ciudadanos, dispuestos a seguir en acción -en paz y sin odios- para reconstruir la República.
Y, sobre todo, para que todos los Korruptos terminen en prisión, como deben terminar
los castrados de espíritu, en cualquier país serio del mundo.
Cristina
Castello
(Sólo palabras al pasar, sin ninguna pretensión)
10/04/2016
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