(palabras al pasar)
Ayer 19 de enero de 2016, viajé con el señor presidente de la Nación, Mauricio Macri en el vuelo 237 de Air France, Baires-París.
Ayer 19 de enero de 2016, viajé con el señor presidente de la Nación, Mauricio Macri en el vuelo 237 de Air France, Baires-París.
Llegamos hoy, 20 de enero, a la
patria de mi follaje, París: 5 grados bajo cero.
No me acerque a él; vi de lejos
que algunos pasajeros sí.
“Hacer del cielo el mejor lugar
de la tierra”, rezaba una otrora publicidad de Air France.
Y la mayoría de los viajeros
parecían orgullosos de compartir, también, “el mejor lugar de la tierra”, con
nuestro señor presidente.
El estilo es el hombre
Así fue todo: Mauricio Macri, la
Primera Dama, y una muy pequeña comitiva, que incluyó –por la oposición- a
Sergio Massa, a quien vi caminar por la sala de embarque -sentí que él sí, quería mostrarse-, hacia la
puerta 14.
El ingeniero Mauricio Macri, sin ostentaciones -propias de espíritus pobres y faltos de roce-, sin gastos innecesarios. Con sobriedad. El estilo es el hombre.
El ingeniero Mauricio Macri, sin ostentaciones -propias de espíritus pobres y faltos de roce-, sin gastos innecesarios. Con sobriedad. El estilo es el hombre.
Mi tarjeta de embarque para el vuelo 237 |
El lenguaje crea mundos
Y los gestos son también un lenguaje, que adquiere más importancia aún, en una Argentina donde se robaba a la ANSES –a los jubilados-para pagar al más despreciable y supuesto periodismo de “678”; donde se robaba el dinero de nuestros mayores, para darlo a Spolsky, supuesto empresario de supuestos “medios” de propaganda K. Abominable.
La sencillez es el
refugio de los hombres complicados, según Oscar Wilde.
En el vuelo 237 sentí un regocijo interior hondo; y hasta un asomo de orgullo.
Puedo decirlo con serenidad, porque soy periodista (y poeta) y no milité ni milito en ningún partido político; tampoco en el Pro.
Sólo y tanto, quise y quiero, trabajé y trabajo. por un país lleno de vida; y por lo que digo siempre, y ahora una vez mas: por el valor social de la felicidad.
En el vuelo 237 sentí un regocijo interior hondo; y hasta un asomo de orgullo.
Puedo decirlo con serenidad, porque soy periodista (y poeta) y no milité ni milito en ningún partido político; tampoco en el Pro.
Sólo y tanto, quise y quiero, trabajé y trabajo. por un país lleno de vida; y por lo que digo siempre, y ahora una vez mas: por el valor social de la felicidad.
Ya en Francia; ahora, ya con el hombre que amo, con André Chenet, mi esposo, poeta enorme y también sin ostentaciones, en nuestro hogar en la Patria de mi follaje... pero vuelvo más que pronto, prontísimo, a Argentina, la Patria de mi raíz: todos hacemos falta.
En días vuelvo a Buenos Aires, sí, despierta
espiritual y cívicamente.
Vuelvo con la misma certeza que tengo desde
el 10/12/2015:
la esperanza acecha.
Si nos unimos,con grandeza y con la conciencia de pie, tal vez podamos
hacer de la tierra, el mejor lugar del cielo.
la esperanza acecha.
Si nos unimos,con grandeza y con la conciencia de pie, tal vez podamos
hacer de la tierra, el mejor lugar del cielo.
Cristina Castello, 20 de enero de 2016. Sólo unas
palabras al pasar, sentires...
5 comentarios:
Excelente...
Buenas reflexiones
Gracias por compartir
Gracias por compartir,tus palabras reflejan el deseo de muchos!
Gracias por compartir,tus palabras reflejan el deseo de muchos!
Me emociona tu sentir ante la esperanza de esta nueva etapa. Yo tampoco milité ni milito en ningun partido pero expreso mis preferencia tb.q en definitiva es La República. Lo decis como nadie Cristina. Con la suavidad, convicción y firmeza que te caracteriza. Abrazo amiga !A disfrutar el amor !
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