"Mi
éxtasis es comer pan casero con ajo y mayonesa"
"Quedar
paralítico sería lo mismo que perder la libertad"
"Bailar
es hacer el amor y tener orgasmos"
"Quiero
ser popular como Maradona, para que el ballet sea para todos"
"En el
Exterior nos ven como algo cómico, porque Menem es presidente"
- ¿Cómo es volar?
- Es una sensación de brisa, parecida a la
libertad.
- ¿Y cómo es la libertad?
- Es poder sentir, sin que a uno lo marginen. Es
tomar impulso y disfrutar, arriba.
- Es una definición del amor.
- Sí, la
danza es como hacer el amor. Y tiene orgasmo.
- ¿Tensión espiritual y
jolgorio del cuerpo?
- No sé
explicarlo. Yo bailo "con todo".
- ¿Es el éxtasis?
- No, el éxtasis es comer pan casero, con ajo y
mayonesa.
- Apariencia frágil la tuya.
Pero fuerte por dentro...
- Sí, porque pagué muchos derechos de piso y me
banqué muchas injusticias. Entonces "me hice" fuerte.
- ¿Y soportas no ser, ya,
joven para la danza?
- Sí, a los veinticinco años empecé a hacerme
viejo: supe que ya no puedo llegar más lejos, técnicamente. Reconozco, también,
que antes era más flexible y que tenía más elasticidad. Por eso ahora hago mantenimiento: estiramientos y todo eso.
- El temor al fracaso, ¿te pasó alguna vez?
- Nunca fracasé pero, alguna vez, reemplacé arte
por artificio. Entonces lloré.
- ¿Sabrás retirarte a tiempo?
- Sí, me iré a los cuarenta. O antes. Cuando
consiga lo máximo.
- ¿Qué es lo máximo?
- La limpieza en la danza. Así... (juega
-¿baila?- con las manos)
- ¿Entonces?
- Entonces
haría falta una cámara. Para transmitir esto.
- ¿El lenguaje del silencio?
- Sí, yo
no sé hablar. Me expreso con el cuerpo.
Con un cuerpo que, desde el número 39 de sus zapatos, alcanza ciento setenta y dos centímetros para arriba. Y sesenta y tres quilos en la balanza: peso específico de Julio Bocca. Lo cual quiere decir: organismo humano -esqueleto, músculos, todo eso-, más milanesas con fritas y salchichas con puré. Sus comidas predilectas.
Un cuerpo en el inodoro, antes de un estreno. Los nervios. Un cuerpo que prefiere los sabores caseros, harto del gusto homogéneo de los restaurantes, por sofisticados que sean. Un cuerpo vestido de príncipe, en el santuario del ballet clásico. El Marinskii, de San Petersburgo.Un cuerpo que suele embriagarse de alegría. Y de alcohol
- ¿Te emborrachás?
- Sí, cuando cumplí los veinticinco, por ejemplo. Y para año nuevo, siempre lo intento. Para ponerme más suelto.
- Es premeditado...
- Sí... y me doy el lujo de vomitarme todo.
- ¿Qué tomas?
- Cerveza, vino o Fernet con coca.
Un cuerpo que danza, aún con cuarenta de fiebre. Y que nació a la vida con partera, el 6 de marzo, en Carapachay. Que danza a beneficio de los enfermos de SIDA, y que se enoja cuando el dinero no llega a destino. Un cuerpo que hace dibujos con la danza. Más danza que letras: hizo la Escuela del Teatro Colón, la Escuela Nacional de Danzas...y los escenarios del mundo, con el sólo certificado de la escuela primaria. Un cuerpo que se divierte con "El Quijote", su caballito de batalla. O con "Romeo y Julieta" o con "Manón", porque no son obras cerradas.
El mejor bailarín del mundo, dicen en el mundo. Y parece lejano su despegue en el Exterior: contratado por la Fundación Teresa Carreño de Venezuela, casi un niño.
300 millones de personas -que no es poco- lo conocen. Productor-empresario de espectáculos. Pero en las zapatillas con jean y buzo que lo visten, no hay pose ni esnobismo. Más bien está el chico que creció en Munro y que no abandona los asados del domingo. Y que todavía se deslumbra, cuando cuenta su utopía realizada. A los dieciséis en el Colón, como primer bailarín.
Profesora de danzas -Rosa Nancy Bocca de Lojo-, su madre. Imagen mítica, figura paterna, equilibrista de techos -cara al cielo- y maestro de vueltas carnero, su abuelo Nando. Alguien que "sigue estando", Oscar -su medio hermano, muerto- quien cuando eran chicos le decía "maricón"...por eso de la danza. Su amiga, ahora que las edades están parejas, su medio hermana Nancy. Colectivero que no reconoció a su hijo, su padre.
- ¿Nunca viste a tu padre?
- Una vez, en un viaje en colectivo.
- ¿Hablaste con él o recibiste alguna caricia?
- No, nunca. Y aquel día yo era un pasajero más, pero...no sé si pasó o lo imaginé. Y nunca quise preguntarle a mi madre.
- ¿Miedo de arruinar una fantasía?
- Quizá, pero recién ahora descubro esas cosas, en terapia.
- ¿Con rencor?
- No, de chico lo sentía. Porque me dijeron que mi papá estaba muerto... y murió recién cuando yo tenía entre cuatro y seis años. Después, mi mamá se casó con José Lojo, quien me dio su apellido (N. de R.: en el documento figura como Julio Lojo Bocca)
- Un gesto de cariño, ¿te gratificó?
- No, me hizo daño. Yo ya tenía catorce años y ni me preguntaron. Pero ahora los entiendo y sé que quisieron darme una sorpresa. Además, ¿qué es un apellido más o menos?
- Nada parece ponerte triste, ¿tampoco cuando Baryshnikov te hizo desplantes?
- Bueno, ahí sí. Me había contratado como primer bailarín de American Ballet Theatre en el '86 y después no fue ni a los ensayos. Pero bueno, ya no importa...
¿Importa? De puntillas sobre sus veintisiete, sabe más de la danza que de la vida, dice. ¿Sabe que la conciencia de que somos vulnerables, debería hacernos fraternos? En principio, sabe que es vulnerable. Dos veces lo operaron de los meniscos y el año pasado sufrió un desgarro en la pierna derecha. Entonces, dos meses sin bailar.
- ¿Cuál es tu miedo?
- (No duda) El de quedarme paralítico. O perder la libertad, que es lo mismo.
¿Sabe de la vida, cuando la vida es un mercado, y eficientismo y éxito son valores? ¿Sabe de inversiones, ganancias, y pérdidas? Bueno, dinero tiene, aunque no tanto como Maradona o Gabriela Sabatini, dice. A los números: gana entre diez y quince mil dólares por función y el American Theatre Ballet le paga veinte mil por mes, como primer bailarín. Recibe cerca de ochenta mil dólares por cada presentación en la tele, y tiene una facturación anual cercana a los dos millones y medio. De dólares. En su haber cuenta, también, con un departamento, una casa y dos terrenos en la Argentina, y otro departamento -importante- en los Estados Unidos
Le cuesta contarlo. Prefiere decir que su privilegio de artista es poder sentarse a la mesa con Jorge Luz, Edda Díaz, Enrique Pinti o Mirtha Legrand. ¿Para qué más? Y le gusta hablar de lo que es timidez + timidez: Julio Bocca + Niní Marshall. Té para dos y poemas que ella le escribe, como Catita.
Le cuesta decirlo, pero también es empresario. De espectáculos -ya estaba dicho-en sociedad con Lino Patalano. Trajo, por ejemplo, a Liza Minelli (un millón de dólares), y al Ballet Nacional de España y llevó por distintos países al Ballet Argentino (inversión: otro millón de dólares). Y produjo "Momix", "Escenas de la vida conyugal" y "Los divinos" (en Madrid, y con Plácido Domingo). ¿Sabe de la vida en números? Sabe.
- ¿Cómo es tener dinero?
- Trabajando.
- No al estilo Luis Barrionuevo, claro. ¿Te das esos gustos que se compran?
- (Se regocija) Sí, por ejemplo, me compré una camioneta "Cherokee", el año pasado. Eso sí, después de haber pedido un montón de presupuestos, para que no me "pasen". Me costó cincuenta y cuatro lucas.
- ¿Y qué otros gastos hay en tu vida?
- La mitad de lo que gano va a la productora que tenemos con Lino (Patalano). Y hay una oficina que mantener y empleados. a quienes agradezco la mitad de mi carrera.
- ¿Un empresario atípico?
- No, tomo algunas decisiones y a veces opino. Pero, sobre todo, pongo el nombre. Lino hace lo demás.
- ¿Patalano es una referencia en tu vida?
- Lino es una suerte de hermano mayor. Más que un empresario, es un artista. Y es loco, muy loco... como yo.
¿Sabe de la vida de "ese" amor, del que se construye? Alessandra Ferri, Eleanora Cassano, Natalia Makárova, Cristina Delmagro, Arantxa Argüelles. Y más. Parejas, en la danza. Pero, en la vida... ¿sabe del estado de gracia del enamoramiento?
- ¿Sabés?
- No, ahora no. Y no me gusta hablar de mi vida privada. No hablaré.
- Pero te enamoraste...
- Sí, pero ya pasó. No puedo, porque tengo la contra de los viajes. Pero sobre todo, quiero mi libertad.
- La libertad puede ser una excusa del miedo; y puede ahondar abismos.
- Sí, eso me pasó porque yo quería disfrutar de la danza: estaba en primer lugar. Pero ahora me gustaría tener una pareja y un hijo.
- ¿Por qué no fue con Claudia Schiffer?
- Porque no, y porque aquello fue una cosa que armaron las revistas, para vender. Estuve con ella nada más que tres veces; ni siquiera somos amigos.
- ¿Cómo es ella?
- Alta, inteligente y sabe lo que quiere.
- ¿Se amaron?
- No voy a contestar. La pasamos bien y punto.
- ¿Qué pasó el día que faltaron a una quinta, donde los esperaban?
- (Ríe, pícaro y tímido) Nos quedamos en el hotel, tranquilos.
- ¿Qué te gustó de su cuerpo?
- Su cara y su busto. Pero del busto para abajo, no me pareció....no me...en una palabra... ¡prefiero a la Pelleretti! Tiene más personalidad.
- ¿Te gustaría como pareja?
- No, prefiero una chica que no sea tapa de revistas.
Pero se codea con el jet set. En su haber cuenta con la admiración de Lady Di, de Ingrid e Isabella Rossellini y de la Reina Sofía de España. Y cuando visita a cualquier personalidad del mundo, cuelga el traje en el placar. Se viste como se le ocurre. Y casi siempre se le ocurren los jeans. O bermudas. Como si estuviera en su casa de Palermo Viejo, donde es un “amo de casa”. De Munro a la televisión y a New York por la puerta grande. De Munro al codeo con la realeza. ¿Sabe del jet set? Sabe.
- ¿Se te subieron los humos?
- Sí, a los dieciocho años se me infló la cabeza y me llené de humos. No sabés… ¡era horroroso!; a los que trabajaban conmigo les decía que eran una mierda: los maltrataba. Entonces me asusté, hablé con Lino y empecé terapia. Para bajar los humos.
- ¿Se lo aconsejarías a Maradona?
- No sé...cuando agredió a los fotógrafos estuvo mal. Pero... bueno, él defendía su privacidad. Yo no estoy en su nivel, pero si me persiguieran tanto, capaz que haría lo mismo.
- Pero te gustaría ser tan popular como él...
- Sí, para que el ballet sea popular. Para que lo vean todos, sin el prejuicio del "no entiendo".
- ¿Cómo es que no lees nada?
- No, porque no me gusta. Leí "El principito", "Amy" y algo de Stephen King. No siento que me haga falta más.
Admirado, entre otras mujeres, por Isabella Rossellini |
- En la danza hay hechos poéticos. ¿No lees poesía?
- No...¿por qué, si no me gusta? Leo, según mis necesidades.
- Y de dónde aprendés y como suplantás ese disparador de vida, que son los buenos libros?
- Con la danza. Aunque una vez, compré libros de caligrafía, para mejorar mi escritura. Pero después el berretín se me pasó.
- ¿La música te nutre?
- Mmm... puede ser. Me gustan Mercedes Sosa, Whitney Houston, Barbra Streisand, Liza Minelli y Madonna,
- ¿Madonna tiene voz?
- Sí, pero es más show. La admiro, me gusta eso de que se cuelgue una cruz, si tiene ganas.
Él se colgaba de los trenes hasta Aristóbulo del Valle, en la infancia. Y, con la misma alegría, el año pasado posó desnudo para Playboy, para que lo sacaran del cartel de sólo "bailarín". Lo cual le permitió, después, alborozarse con la visión de su cuerpo, en páginas de colores.
Y ahora tiene ganas de cocinar, en su casa "chica" de cuatrocientos metros. Y entonces convirtió su microondas, en una caja de sorpresas. Ajos, mayonesa, un pedazo de algo,"start" y el resultado: la delicia, dice, hecha con sus manos.
Y no tiene ganas de hablar de política, pero habla de política sin saberlo. Por ejemplo, cuando denuncia un oído atento para escuchar qué opinan de Argentina, en el mundo.
Basilio: Julio Bocca
Kitri: Raquel Rosetti
Primera solista : Eleonora Cassano
Segunda solista : Liliana Martinez
Don Quijote Pas de Deux
- ¿Qué opinan, pues?
- Con el gobierno de Alfonsín, había respeto por Argentina. Yo no sé cuál es mejor, pero con Menem se ve más una cosa cómica.
- Tanto viaje. ¿Cómo es estar siempre ajeno?
- Es feo, salvo en New York, donde tengo mi departamento, voy al mercado y cocino. Me fascina.
- Y acá ni siquiera votás. Como si fueras extranjero...
- Sí, me siento extranjero. Pero ahora estaré mucho más en la Argentina y para eso puse una cláusula en mis contratos.
- ¿Ahora haces vida de hogar?
- Sí, ahora vivo solo. Tengo un jardín, con dos picaflores que hacen el amor y se van, y tengo el microondas... ¿qué más?
- Mujeres, por ejemplo, ¿cómo te gustan?
- Mis gustos son cambiantes. Morocha o pelirroja, tetona o no tetona, pero -eso sí-: muy cálida.
- Algunos te piensan gay, por eso del baile, ¿te duele?
- No. Y me gustan las mujeres, pero no descarto que en el futuro me guste un hombre. Estoy abierto a la vida y a poder disfrutar.
- ¿Por eso del placer, hiciste el desnudo de Playboy?
- Sí, para que se sepa que un bailarín no está en una cajita de cristal. Y para acercar a la gente al
ballet: ese fue mi sueño.
- ¿Y qué sueños soñás ahora?
- Ninguno. Ya los cumplí a todos.
- Alguno habrá...
- Sí, ahora quiero aprender a vivir.
Ccon Eleonora Cassano |
Documento de identidad
Luz primera: 6 de marzo de 1967, en Carapachay, con partera
Barrio: La niñez y los árboles, para treparse. En Munro
Príncipe: Con ese ropaje, en el santuario del ballet clásico: el Marinskii de San Petersburgo
Letras-vuelos: Más vuelos que letras. Sólo la escuela primaria. Escuela del Teatro Colón, Escuela Nacional de Danzas. Y los escenarios del mundo.
Timidez + timidez: Julio Bocca + Niní Marshall. Té para dos y poemas que ella le escribe, como "Catita".
Despegue: A Venezuela. Contratado como bailarín por la Fundación "Teresa Carreño", casi un niño.
Primer bailarín: A los dieciséis, y de un sueño: el Colón.
Lo más: La borrachera en Moscú. Por la medalla de oro en el Concurso Internacional de Ballet. El más importante del mundo.
Alegría y tristeza: Mijail Baryshnikov lo contrató como primer bailarín del American Ballet Theatre, en 1986. Baryshnikov jamás lo vio, ni siquiera en un ensayo.
Parejas: Alessandra Ferri, Eleonora Cassano, Natalia Makárova Cristina Delmagro, Arantxa Argüelles. Y más. En la danza. En la vida: no sabe-no contesta.
Privilegio de artista: Sentarse a la mesa con Jorge Luz, Edda Díaz, Enrique Pinti o Mirtha Legrand. "¿Para qué más?"
Pesos: Es un poco "codito" (amarrete), como su abuelo Nando.
Casa: En Palermo Viejo. Saca cuentas, cocina, trata con el plomero. Desde que vive solo, admira a las amas de casa (C.C.)
La libertad del cuerpo
La libertad del cuerpo. En los giros y en los saltos de Julio Bocca. O cuando baila en un programa de televisión, con un público que agita gorras. O cuando hace publicidad de ropa en Europa.
Dicen que vuela. ¿Cómo vuela un hombre que cuenta que no tiene sueños y que no disfruta de la poesía? Con tecnicismo y con arte. Con un arte que él desacraliza, para que sea masivo. Como el fútbol. Por eso hizo funciones con entradas de diez pesos y bailó en la 9 de Julio y en el "Monumento de los Españoles". "Que vengan, el ballet es para todos".
La cárcel del cuerpo. Cuando las operaciones o algún accidente en el escenario, le impiden bailar. Pero sigue. Trabaja sobre la dificultad, y arranca.
Quisiera hacer una comedia musical y es probable que trabaje en un filme, pronto. Para seguir buscando lo que más le gusta: lo novedoso y diferente.
Lo cuenta, suave y armónico. Con finura: nada lo altera en el diálogo. Ni cuando recuerda recuerdos tristes, de la falta de padre en la infancia. Ni cuando dice que empezó su vejez en la danza. Pero tiene una carta guardada: cuando se retire, será gordo y hará el amor todo el tiempo.
Si el cuerpo es libertad, y no cárcel
Cristina Castello
Nota en"Viva", revista dominical de Diario "Clarín"- 10 de abril de 1993
**Siento no tener los créditos de las fotos. Si alguno de los fotógrafos, encuentra aquí su trabajo,
por favor, escribirme; con placer, agregaré su nombre (Será Justicia)
**Siento no tener los créditos de las fotos. Si alguno de los fotógrafos, encuentra aquí su trabajo,
por favor, escribirme; con placer, agregaré su nombre (Será Justicia)