miércoles, 18 de marzo de 2020

La memoria necesaria. Monseñor José Antonio Plaza, por Cristina Castello


Monseñor Plaza
Amén
Por Cristina Castello

Para llegar a él me acompaña alguien que parece un parapolicial, un patovica; me lleva por pasadizos y sótanos. Inquietantes e intimidatorios. Cuando llego a su despacho, sonríe como si fuera un cura bueno. Como un padrecito de pueblo que tuviera a Dios en él; como si de verdad fuera un ministro de Dios. Elude temas pero se refiere a otros, sin que medien mis preguntas. Por ejemplo y con cara de inocente: «A ese cenicero me lo regaló Graiver (¡!)...es un amigo».
El arzobispo de La Plata  hace como si estuviera contento con mi entrevista... cargada de información,  de preguntas y del deber como periodista, de quitar máscaras. En realidad, me soporta. Y ríe. 
El hombre que ríe no se altera. Se muestra cordial y quiere seducirme con la charla; no entiende que lo mío son valores, nota mediante o no; no sabe que los valores contienen el concepto de la existencia como hecho trascendente. Me ve tan joven,  lo dice y por eso me cree vulnerable a su risa de máscara. Ríe que cree en Dios. 
Ríe. Y entonces parece que yo tirara con granadas -las preguntas- y él con  pétalos de rosas. (C.C.)

El hombre que ríe 

—Monseñor... ¿Qué me dice de la democracia?
—Y...yo vivo tranquilo, pero parece que el pueblo no. No está acostumbrado.

—Ahora hay destape. ¿Qué le parece?
—Que es una porquería. Aunque personalmente me importa un cuerno, como pastor de esta comunidad no puede agradarme.

—¿Por qué? 
—¿Usted estudió la historia de Roma y Cartago? Bueno... los cartagineses cruzaron los Alpes, llegaron hasta las puertas de Roma y se dedicaron a la dolce vita.

—¿Y entonces?
Extracto de mi nota, en
"La Semana"
—Entonces los romanos los echaron porque con ellos había llegado la degeneración.
— Hace usted un parangón entre los "cartagineses degenerados" y la democracia...
A eso lo decís vos, linda pero claro... ¡Sos muy inteligente!

 Estos y aquellos, o los unos y los otros

— El país sabe hoy de qué manera se violaron los derechos humanos desde el Estado, durante los últimos años. ¿Qué piensa de eso? 
—Creo que dar tanta difusión a esos hechos puede ser contraproducente. Si lo que queremos es levantar el espíritu sería mejor hablar de lo bueno.

—¿Qué de bueno tuvo el "Proceso"? 
  —La idea fue buena, muy buena, aunque evidentemente la forma de ejecutarla no fue la adecuada. Pero... yo no quiero hablar de eso. Mi tarea está referida al orden espiritual; muchos trabajadores vienen a consultarme y también lo hacían muchos señores como (el General) Viola y compañía

—No me dijo cuál fue la idea buena... 
—Y...los militares querían restablecer la Constitución y la libertad. El país estaba desordenado y ellos querían hacer las cosas bien. También éstos (por el gobierno del doctor Raúl Alfonsín)  tienen ideas buenas pero aquéllos tomaron por un camino y éstos por otro... ¡y está bien! 
—El camino de aquéllos fue terrorismo de Estado y el de éstos la Constitución...
—... (Monseñor ríe con efusividad).

  Los sacerdotes y los torturadores

—Qué actitud asumió con los sacerdotes que estuvieron detenidos?
—Acá, en La Plata, no había ningún detenido.

—Los asesinaron, los desaparecieron...
¿Vos querés que yo te diga que sí, Flaquita?

—Me contó un sacerdote español –que salvó la vida por ser extranjero- que él estuvo en la cárcel de La Plata y que usted, allí... 
—Ah... No sé... Nunca fui a la cárcel.

—Dijo que el padre Callejas –que era capellán- compadecido de los presos políticos, les pasaba dinero extraoficialmente pero... 
—Ah... No sé nada, eso es cosa de él... ¿por qué no leés el catecismo que te regalé?

—Monseñor: el curita español me dijo también que cuando los militares se lo comentaron, usted destituyó a Callejas. 
—¡Mentira, mentira!... Calleja murió en diciembre y era canónigo de la Catedral de La Plata.

—¿Y qué me dice del padre Hapon? 
—Y bueno... El padre Hapon se fue al Sur. Pero... ¡qué lindos ojos tenés Cristinita!

—¿Por qué se fue? 
—Porque se enamoró de una mujer –a la culpa siempre la tienen las mujeres- y se casó. Pero... te di el catecismo, no lo lees y estás como reloj de repetición: preguntás y preguntás. Te digo un piropo y seguís nomás... ¡Dale, tomá un caramelo!

—Monseñor: el Padre Hapon cobijó en la Iglesia a una pareja perseguida por la represión y... 
—Yo no sé nada de eso....

— ...Y cuando los militares le pidieron a usted la cabeza del padre Hapon,  usted lo dejó solo; le negó protección: lo condenó a muerte....
—No señor, no señor. El se fue al Sur, allá puso una escuela y se casó... Tampoco lo maté yo.

—No lo veo a usted matando directamente a alguien. 
—No, no mato: ni directamente, ni de ninguna manera.

—Pero usted dijo una vez que «no sólo es culpable el que roba una escalera, sino el que la sostiene para que otro  lo haga».
—Sí, sí... ¿Cómo sabés tanto de mí...vos sos de los «servicios»? (Monseñor ríe y ríe) Sí, si vos robás y yo mientras tanto te sostengo la escalera, soy tan culpable como vos.

— Y usted sostuvo la escalera, ¿acepta su culpa? 
—Ah, no, Cristinita.....yo no le sostuve la escalera a nadie. (Busca algo en la parte baja del escritorio)... ¿Querés un whisky?

—No, gracias ¿También los obispos mienten?
—Los obispos podemos equivocarnos porque somos seres humanos.

— Equivocarse no es lo mismo que mentir. ¿Cómo es que usted no sabía que había  campos de concentración?
— No sabía.

—Había...
—Ah...No sabía...Mirá vos....pobrecitos, ¿no?
—Y había detenidos sin proceso...
—Ah... (Intenta cara de inocente)...Pobres... ¿a vos te dan pena?

—A usted le llegó una solicitud de la Amnesty International del 9 de julio de 1978. Tenía la firma de su presidente, Scott Hoffman. Era un pedido de informes, al cual usted respondió: «Aseguro que en la Argentina no existen detenidos políticos...», ¿se arrepiente ahora?
—Yo no he dicho eso...

—¿Y qué me dice de esto (le muestro una fotocopia del pedido de informes y de su declaración)?
—Y bueno, sí.... ¡Ay que chica preguntona! ... Sí, yo sabía que había presos a disposición del Poder Ejecutivo. Claro... pero  no iba a verlos, porque iba el capellán.

—¿Y cuál fue la actitud de los capellanes respecto de tanto crimen y tortura?
—Los capellanes cumplían las funciones naturales: les daban auxilio espiritual.

—¿Ve? Reconoce usted que sabía de la tortura y la muerte... 
—Yo no reconozco nada

—¿Por qué nunca los capellanes levantaron la voz para defender el derecho a la vida? 
—Y... ellos cumplían con su deber y el deber sagrado del sacerdote es no comunicar las cosas. Son secretos de oficio...

—Lo que usted dice burla el sentido común y el respeto a la vida. ¿Cómo no van a hacer nada si ve que matan o torturan? 
—Usted está hablando de una cosa hipotética.

—Estoy hablando de las cárceles que usted reconoció   que visitaban los capellanes...
—No me consta que las visitaran. Ellos iban a la Unidad 9 de acá (La Plata, provincia de Buenos Aires). Ahí había presos políticos que estaban a disposición del Poder Ejecutivo.

—Estamos hablando de lo mismo y hace rato reconoció que daban auxilio espiritual... 
—¿Y qué? ¿A usted le consta que lo torturaban?

—Mire, se sabe  que mientras torturaban a alguien, había siempre un sacerdote... (A esta altura el padre Andrés, secretario de monseñor Plaza y accidentalmente en el lugar, hace exclamaciones de horror). 
—No, eso es mentira, es una infamia.

—Se dice también que en el ’76 se reunieron diez capellanes para establecer si correspondía o no dar la absolución a los ejecutores de la tortura. Y  nueve –nueve ministros de Dios-  votaron por la afirmativa. Excomulgan a quienes se divorcian y bendicen a los torturadores.... 
—No sé nada de eso, es la primera noticia que tengo. Pero le hago saber que si alguien se arrepiente y promete no hacerlo más, hay que darle la absolución.

—¿Cómo si hubiera cometido cualquier pecado, cómo si hubiera dicho una mala palabra?
—No hay malas palabras, pero... (Se ríe)... hay apellidos que parecen una mala palabra.

—¿Cómo cuáles? 
—Como Caputo (Se refiere al canciller Dante Caputo, mientras ríe y ríe)

Detenidos-desaparecidos en el
"circuito Camps"
del Gral. Camps, amigo de Plaza
 Las manos con sangre del general Camps

 —Cuénteme  de su amistad con Camps... 
—El era el jefe de policía y yo capellán general; lo conozco desde que era Mayor. Pero... amigos... la amistad... yo puedo decir que tengo amistad con una persona, pero no que sea amiga mía.

—Le recuerdo sus palabras: «Yo soy amigo de Camps y eso no es ningún delito». ¿Qué afinidades les permitían ser amigos? 
—Esas son macanas que ponen en mi boca. Usted puede pensar lo que quiera, pero yo digo la verdad.

—Usted dijo en una ocasión que vio a Camps con sangre en las manos. ¿De quién era esa sangre? 
—El venía de un operativo, de un enfrentamiento con guerrilleros y de ahí vino a verme a mí. Trajo sangre en las manos, sí señor.

—¿Y no le preguntó, reprochó, denunció? 
—¿Y por qué iba a denunciarlo?

—¿Y llama enfrentamientos a secuestrar  personas de madrugada, incluidos niños? 
 —Sí, sí, sí, y el policía que estaba al lado de Camps cayó herido.

—Monseñor... Defender la represión es fomentarla.... 
—Eso no es cierto. Ya lo ha dicho el arzobispo de San Juan: hay una confabulación para hablar mal de mí.

—¿Por qué no sale al cruce de esas versiones? 
-Porque yo lo he dicho una vez y porque no soy reloj de repetición.

—¿Qué hizo usted como hombre de la Iglesia, por los perseguidos? 
—Todo lo que debía pero no puedo hablar de eso.

—¿Qué opinión le merecen las organizaciones de derechos humanos? 
—No actúan con sinceridad.  ¿Usted cree que Ernesto Sábato es sincero en todo? (Monseñor ríe a carcajadas.) Pero Sábato comía con Videla, ¿no? (ríe como si le hicieran cosquillas) Muy bien,  sos muy linda y muy simpática, pero esto se terminó.

—¿Usted no cree en la CONADEP (Comisión para investigar la desaparición forzada de personas)? 
—No....esa   es una comisión inútil... está hecha a dedo.

—Hábleme de  Madres  y Abuelas de Plaza de Mayo, por favor... 
—No quiero hablar de eso. Se acabó.... ¿querés un café, linda?

—¿No le parece significativo que nunca hayan acudido a usted en busca de su consuelo? 
—No, porque lo tenían en otro lado, bah...
Quemadel cajón- Herminio Iglesias,
 amigo de Monseñor Plaza

La polémica amistad de Herminio  Iglesias y Monseñor

—¿La Iglesia descuidó el aspecto espiritual por el poder político? 
—No. Nosotros tenemos una Iglesia espiritual,  que también atiende los asuntos temporales y políticos.

—¡Qué mundo este¡ En nombre de Dios y del amor una madre da a luz a un hijo. Y con el nombre de Dios y del amor en la boca, se comenten crímenes horribles... 
—Es que algunos se ponen el nombre de Dios en la boca, pero actúan de otra manera.

—¿Como usted? 
—No... ¿Cómo se te ocurre?

—¿Y qué opina de la actitud de la Iglesia respecto de los derechos humanos? 
—(Mira hacia la ventana)... ¡Mirá, mirá cómo llueve!

—Llueve, Monseñor. Según la teología tomista la verdadera Iglesia se reconoce por las persecuciones de que es objeto,  ¿dónde está hoy la persecución?
—A mí me persiguen los periodistas, así que debo de  ser bueno. (Llama a su secretario y le pide una Biblia. Me la da.) Tomá... leela... Te la regalo... A ver si aprendés, a ver si va al cielo...Te  hace falta leerla.

—¿Cómo era aquello de su amistad con Herminio Iglesias?
—El vino acá con Amerise y compañía, cuando era candidato a vicepresidente. Me preguntó que me parecía para ministro de Educación un señor a quien trajo y yo le contesté que me parecía que podía ser útil. Bueno, después salió todo eso de que yo lo apoyaba. No fue el único que vino acá, también vinieron  Balbín y Anselmo Marini de quien aún soy amigo y...

—Usted siempre cerca del poder... 
-No es cierto. Y  cuando he tenido que decirle algo a alguien se lo he dicho.

—¿Usted es peronista?
-No soy peronista ni antiperonista. (Se pone de pié, me sonríe) Mirá, cuando llegaste te di cigarrillos, después te regalé un catecismo y la Biblia; y  cuando te vayas te voy a dar un beso. Quiero a todos los seres humanos y vos sos una jovencita; y sos muy linda y simpática... Por eso te regalo todo.

—Soy una profesional... ¿Simpática? 
—Sí, porque decís todo lo que pensás. Pero preparate bien para ir al cielo, porque nos vamos a ir juntos...

—Difícil, si piensa -como su amigo Camps- que los periodistas somos todos subversivos..
—Y bueno, alguna razón tiene. Todos no son subversivos pero algunos sí, así que (amenazante) preparate: pensá en vos, linda.

Rayos X  

Es arzobispo de La Plata desde 1956. A partir de entonces  tuvo influencia en el ámbito educativo de algunos gobiernos provinciales. Se lo  vinculó con el Banco Popular de La Plata, liquidado por el Banco Central en 1964. 
Desde el 11 de noviembre del ‘76 hasta el 30 de diciembre de 1983, fue capellán general de la Policía de la Provincia. 
De la más criminal policía entonces, junto a la de Tucumán y Córdoba. 
Tuvo  jerarquía de Comisario General. 
Le dio el  cargo el entonces Jefe de Policía, Ramón Camps. 
El arzobispo y Camps se hicieron amigos.
Y Plaza se ufana de ello.
De su amistad con el asesino (C.C.)

Cristina Castello - Publicado en la Revista La Semana, 5 de abril de 1984, 
Buenos Aires, Argentina


martes, 17 de marzo de 2020

Mercedes Sosa: Qué vida hubo, detrás de "La Voz", por Cristina Castello

Con su cara de india, está sentada en el living de su departamento de Carlos Pellegrini y  Arroyo. De todos los colores -matices- que tiene, es el de artista, el predominante. Le cuesta-se niega, a hablar de su vida, privadísima;  intenta escapar a las preguntas más íntimas... quiere escabullirse y finalmente, no puede. Y me cuenta.
         Ambos codos sobre las rodillas, por un rato escucha su último disco, en una ceremonia compartida, de silencio. María, su mucama, trae café,  La Negra  lo sirve, lo azucara.y hasta lo revuelve. Canta –me canta- un fragmento de "Mi madre y María”, ¡qué privilegio!;  no fuma, pero ofrece cigarrillos, que tiene en su casa, por si algún amigo necesita. Es otro de sus colores: el del homenaje.
         Los otros colores son un arco iris, con algún gris. Como el de la miseria que vivió en su niñez de guisos asopados, comidos en la oscuridad porque no había dinero para la luz; o como haber sido malamada alguna vez. La Negra, toda entera aquí –como nunca- tan rabiosa con la muerte, como curiosa; aterrada por los aviones y sin miedo a la velocidad (C.C.)

- ¿Tiene un auto que habla y vuela?
- Sí, (se divierte), dice cosas como: "Soy su ordenador de a bordo", y da indicaciones y se maneja solo... yo llevo el volante, nada más.
 - Y aprieta el acelerador, a fondo...
- No, no.... (con cara de "yo no fui")... me gusta manejar porque me da independencia, pero voy a velocidad... digamos, normal.
 - A 200 kilómetros por hora...
- Ah, no, no... ¡A eso no se lo digo! Le digo todo, le hablo de lo que quiera... pero de eso... ¡No! (se ríe)¿No ve que los policías van a esperar que aparezca, para hacerme la boleta?
 - También hace otras travesuras, se le ve en la cara...
- No…¡ninguna!...sólo observo a las personas, y no critico.
- ¡Vamos!... Cuente, cuente, ¿cuáles son sus picardías?
 - ¡No, no! (muerta de risa).... ¡eso era antes!. Cuando vivía en Francia, hacía notas y daba mal los datos de dónde vivía y de dónde era: les contaba todo cambiado... ¡hacía cada cosa yo!
- Como los chicos, y ahora está rodeada de rockeros... Se los asocia al consumo de drogas, ¿es injusto?
- ¡Ah!... yo fumé hachís, ¿eh?... ¡yo también fumé hachís!
 - ¿Fumó con ellos?
- No... ¡querida, no!... Fumé en Europa, dos veces, y no seguí porque me hacía mal a la garganta. Pero, vea... en eso de la droga -que es una cárcel- no se puede ayudar: cada uno tiene que salir solito, con su fuerza, su entereza y  como pueda. Pero en esto... usted sabe, hay demasiada crítica y demasiados deditos moviéndose (enojada, hace gestos con el  índice, acusador). Mire, hija... no se puede denigrar así a la gente, porque vivir es muy difícil, muy difícil. 
 -También a Maradona hay deditos que lo culpan...
- Sí, porque la gente tiene dos fijaciones con él -la droga y cuánta plata tiene- y por eso, por televisión, yo le dije: "¡levantate, no te dejes caer!".  Pero... hay que reconocer que a veces se equivoca... por ejemplo, en eso de que quiere que los nietos coman caviar... ¡Qué caviar, ni ostras, ni foie grass! Lo importante, acá, es que las personas  coman.
- Muchos explican esas actitudes de Diego en su origen humilde...
- Mire, nosotros hemos comido trigo con sal... ¡nada más!... y de pura miseria, pero mi mamá decía: "esta noche, pavo", y todos nos reíamos. Porque lo más importante es que comíamos al menos “algo”, y el amor con que lo comíamos, en familia.
 - Pudo mantener cierto equilibrio...
- "Cierto" equilibrio, sí, pero nada más que “cierto” (ríe)... bueno, tampoco fumé tanto hachís, ¿no? 
Con Charly  García
-¿Por qué apuntala a los roqueros? 

- No, no se confunda: yo no los apuntalo, porque ellos son artistas e hicieron su camino. Un camino diferente del que empezó después de los 70, cuando bajaron los decibeles de la  verdadera poesía, porque perseguían a la gente. Lo único que hice yo, fue cantarles las canciones: porque  son muy bellas y porque tienen vida propia. Piense en "Vengo a ofrecer mi corazón" y "Parte del aire", de Fito (Páez), o en las de Charly (García), como "Inconsciente colectivo", "De mí", o su más hermosa canción:  "Cuando ya me empiece a quedar solo"...(Mercedes canta).
  - ¿Se siente un poco madre de todos?
- Sí, pero no sólo de Fito y de Charly: de todos. Pero eso sí:  amigos, amigos, son León (Gieco) y Víctor (Heredia):  son como de la familia.  
- Su lado flaco es Charly, ¿no?
- ¡Sí, sí! No quiero que los otros se sientan mal, pero yo...¡lo adoro!, y tengo admiración por su música. Me me invitó a su último cumpleaños y yo no pude ir, pero ahora le digo: "gracias, querido, te quiero, te quiero"; vea... conocer a Charly fue un acontecimiento ¡tan grande para mí! como cuando conocí a Milton (Nascimento).
 - No nombró al Flaco (Luis Alberto) Spinetta, ¿por qué?
- ¿No lo nombré, no?  Es que Spinetta tiene ¡cada cosa!... en  mi último disco, yo quería  grabarle  "Barro tal vez", pero él no quiso. Van dos veces  que me deja con la canción preparada. 
 - Aquello que dijo del amor de su familia, ¿es ella su sustento de amor?
- Si querida, yo tenía que pedir medias prestadas, si se me rompían antes de fin de mes, mientras mi padre trabajaba en la chimenea -el peor lugar- del Ingenio Guzmán, con cuarenta grados de calor. Aquello era miseria verdadera, y era muy duro,muy duro... Pero también teníamos otras cosas hermosas, que yo traigo conmigo desde mi infancia.  
- ¿Qué aromas y que imágenes conserva de entonces?
(No duda) La imagen de mi madre, fritando las empanadas y sacándose la comida de la boca, para nosotros, y el aroma de la  "sopa picada"  de mi abuela Genoveva. Era un guiso asopado y lo comíamos en la oscuridad, porque no había luz.
 - Ruido a sopa, abuela y penumbra… poético, si no fuera por la pobreza...
- Pero en aquellos instantes yo no pensaba en la pobreza. Me parecía tan grande la casa de la abuela... y era tan chica; pero lo más lindo era cuando aparecía aquella luna, que iluminaba nuestras caras, y las cucharadas de sopa. ¡Ah!, y el aroma de las naranjas  tucumanas... ¡yo conozco las naranjas de mi tierra! Son las tangarinas, mezcla de naranja con lima. ¡María!.. .(llama a la mucama)...tráigame una naranja, para que la periodista sepa lo que es bueno... (en un diálogo amoroso con la naranja, Mercedes la pela  y la corta, y en un homenaje entrañable conmigo, Mercedes me entrega su tesoro).
 - Parece feliz, pero usted tiene llanto adentro, ¿por qué? 
 - Por los muertos queridos, como mi hermana Chocha, y porque tuve condecoraciones de las embajadas, y me sigue la clase media, pero no pude llegar a la gente del pueblo, por quienes luché toda mi vida.  No sé...me tendrán desconfianza, porque vivo acá, pero...¿sabe?...Me gustaría que me dieran la oportunidad.      
  - ¿Tiene muchos abrazos contenidos, para ellos?
 - Sí...porque, desde chica, supe que nací para dar. Además...es terrible y doloroso que no me acepten, porque yo sé lo que son las carencias. Es cierto que recuerdo mi felicidad -de chiquita y    camino a la escuela- en las hamacas del Parque 9 de Julio, en Tucumán; pero ahí llegaba después de sufrir  las ondulaciones del vapor, por el calor... ¡era tremendo!...pero no había plata para el ómnibus.  ¿Por qué me rechazan, entonces? Si yo pasé lo mismo que ellos...y no soy rubia, ni de ojos celestes: soy gorda, retacona y pelo lacio...¡como ellos, también en eso!
 - Sus años no tienen ni una cana...
- No, porque me las tiño...¡querida!, porque mi hijo quiere, porque yo detesto el culto que se rinde a la juventud eterna.
 - ¿No se haría un lifting?
- No, pero sólo porque para eso hay anestesia y tienen que entubar; correría peligro mi voz.
 - ¿Cómo es su relación con el cuerpo?
- ¡Mala y de mucha angustia!
 - ¿No aprendió a aceptarse, a mirarse en el espejo y verse hermosa?
- No me veo hermosa...¡me veo gorda! Y no estoy enferma anoréxica, como para pensar que estoy gorda, siendo flaca. ¡No!... yo "soy" gorda...¿o por qué se cree que uso ropa suelta, desde jovencita?
 -En el escenario baila...¿allí no la angustia el cuerpo?
- No,vea....la primera vez que me ocurrió, fue en Amiens (Francia). Me largué con todo, con "Pollerita", tiré el bombo y la carpeta y empecé. ¡No sabe cómo aplaudían los franceses -de pie- y cómo gritaban!(se entusiasma).       

  - Se le soltaron los pájaros de adentro...

- Sí, para exorcizar todos los males. Después seguí con la danza acá y a todos les gusta. "¡Dale, Negra, bailá!", le gritan a este tótem que soy yo. Es que el baile  es para todos los cuerpos, y no sólo para los flacos (danza con las manos) 
Con Pavarrotti
-¿Se casó con un talleiur negro para parecer más delgada?
- No...fue porque no tenía plata para comprarme  un vestido. Pero, total, en aquella época no se usaba acostarse con el novio, así que no importó el color. Mire cómo eran los hombres...no se acostaban con las novias, sino  con otras, y -en vez de agradecerles- les decían putas...¡qué tarados! Ah...y en aquella época yo era flaca.
- Diga la verdad: dieta, pero rigurosa,¿hizo alguna vez?
- ¡Puf!  Muchísimas veces, y ahora,  como nada más que verduras y algún poco de carne, porque para cantar necesito proteínas, pero...¡nada!... me cuesta muchísimo bajar.  Porque tengo hipotiroidismo, y asimilo hasta el aire. Fíjese...antes pensé que era el vino, pero dejé de tomar en abril, y sigo igual.
-¿Tomaba mucho alcohol?
- No, en Europa llegué a los siete whiskies, pero paré; y hasta abril, tomaba vino blanco seco con las comidas...no mucho, no se crea,  y muy despacio, pero ahora: ni una gota.
- Lástima...adiós a la ceremonia del vino…
- Sí, una ceremonia que me causaba una gastritis impresionante. Ahora tomo agua mineral.
- Sueñe: ¿qué comería si no engordara?
(Intenta parecer indiferente) Las empanadas… ¡las de pollo que hace mi cuñada, sopa y puchero y fideos y polenta y guisos, bueno… como  todo el mundo, ¿no?
- Lo mejor para adelgazar suele ser enamorarse y verse lind, ¿cuando estuvo en pareja era gordita?
- No, no era gordita, era gorda. 
- ¿Qué la enamoró de Carlos Matus, su primer marido?

- Sus canciones y su música.
- ¿El influyó  en su canto, al principio?
- Sí, y Armando (Tejada Gómez) le dijo: "¿No le estamos cortando el camino a la Negra? Pero como yo había firmado con ellos  el "Manifiesto del nuevo cancionero", Matus se negó: "ella debe ser fiel a lo que  firmó", dijo.
- ¿Usted empezó a ser la Negra,  recién cuando se  separó de él?
- No hay dudas. Yo empecé a ser Mercedes Sosa cuando Matus tampoco me bancó más.
- ¿Antes él pretendió  taparla?
- Y, sí, querida...es muy difícil una pareja de dos personas que cantan. Pero no me tapó, porque no pudo taparme. ¿Qué quería que hiciera...que cantara mal?
- Pero él se daba cuenta de su calidad de artista...¿no?
- ¡Pero claro, hija!... Pero una vez dijo: "Yo hice a Mercedes Sosa";  y yo lo escuché y le contesté: "Matus, a mí no me hizo nadie, pero -además- no lo digas porque nadie te creerá y quedarás en ridículo".
- ¿Alguna vez fue feliz con él?
- Nunca… salvo cuando nos casamos; después, fueron los años más desdichados de mi vida: terribles, con tanta amargura y con  pobreza total. La vida fue muy mala con Matus,  y él fue muy malo conmigo. ¿Usted sabe lo que es casarse con un hombre que, como él, se crió en un orfelinato? Es gente que se salva  a sí misma y a quien no le importa del otro; es gente que no vive: sobrevive,  y cuando quiere irse, .se va, y abandona.
 - ¿No conoció la ternura de su marido?
- Sí, sí, fui amada, pero los que vivieron en un orfelinato, no saben amar, ni recibir  amor y están solos, como un árbol seco.
- ¿Disfrutó del sexo, con un hombre así y con su educación a la antigua?
- Sí,  porque Matus tenía  mucha experiencia en esas cosas y -en eso-  fue  cuidadoso y cariñoso conmigo.
- ¿La separación fue violenta?
-No, no fui una mujer golpeada, pero fui una mujer abandonada.

- ¿Por qué?
- Mire de qué me hace hablar...¡me hace mal! (muy triste). Bueno..nuestro matrimonio estaba terminado -después de ocho años- pero el desencadenante de la separación, fue que él se fue con otra. Con una mujer que cantaba en el Teatro IFT.  Fue un golpe muy duro para mí,  ¿sabe usted lo que es sentirse abandonada? Además, en aquella época  las mujeres teníamos que tener una muleta... esto es, un marido. Entonces, imagínese...yo tenía 30 años y Fabián era muy chiquito... pero...yo siempre había sentido que iba a criar sola a mi hijo.

- Igual que había sentido, de chiquita, que había nacido  para dar, ¿Matus la ayudó económicamente para educar a Fabián?

- ¡Jamás!...y una vez le pedí que me diera cuatro discos míos y me los vendió a 25 dólares cada uno; se llamaban "Canciones con fundamento". Después, me lo encontré en París -él había puesto Ediciones El Grillo- y me dijo que me daba la separación, si autorizaba que los derechos de autor del    disco -con "mi" voz- fueran suyos. Yo se lo di...y con los años supe que él y Elvirita -la mujer con quien se casó-  habían comido con mi plata. Y con mi garganta.

- Pero él la enamoró por sus canciones. ¿Después de separarse, usted no le cantó ninguna otra?

- Y, yo hubiera querido, tanto, tanto;  y una vez le pedí unas letras, pero él me contestó: "no, vos ya no tenés voz para esto".

- Parece jocoso que usted, “La Voz”, no tenga voz, ¿siente rabia hacia él?

- Creo que no, pero usted me pide una respuesta veraz y no puedo dársela; es difícil saber qué tiene uno adentro.

- ¿Cómo fue que se enamoró de Pocho Mazzitelli?
- Por suerte a pocos meses de separarme, lo vi. No lo encontré: lo vi..(canta)..."te vi, te vi, te vi..."  Porque, de repente uno ve, lo que antes no pudo, porque tenía todo el ser ocupado por el dolor.
- Pocho fue su cable a tierra...
- ¡Eso, precisamente! Después de tanta competencia de Matus, Pocho fue mi paragolpes: yo chocaba y él me atajaba. Pero no me enamoré enseguida...él era mi representante y primero lo vi como persona. Más le digo, trece años convivimos, pero enamorarme -lo que se dice enamorarme-, recién en los últimos tiempos.
- ¿Cómo era usted como mujer enamorada?
- ¡Qué pregunta! Como todas las mujeres enamoradas, querida.
-Le cuesta hablar de la intimidad, ¿era demostrativa?
- Y, por algo Ana D'Anna hizo la letra de la "Vidala de la soledad", que -con música de René Vargas Vera- yo canto en el disco que recién grabé:  "...ay soledad deshilada de mi pena, (canta)  canta por el que no está....se oye un ladrido muy lejos de aquí y alguien que llora por mí".(La Negra cierra los ojos y se seca una lágrima, no está en el lugar  de la entrevista, está en su mundo, y sigue cantando):  "nadie podrá saber cuánto te amo y te amé...nunca un secreto tan hondo se llega a saber.." (se queda largo rato, en una ceremonia de silencio, difícil de romper).
 - Perdone que la interrumpa... ¿aquella etapa fue feliz?
- Sí, yo estaba siempre como recostada en él, y así me veo en las fotos (se acurruca sobre su lado derecho)...es que, quizás, me recuesto sobre el hombro de Pocho. Pobrecito...murió en el 78, de un tumor a la cabeza.
- ¿Cómo  sobrevivió a la muerte del amor?
- Fue terrible, terrible...vea usted lo que le ha pasado a esa pobre señora Mirtha Legrand, que se le ha muerto el esposo. Pero uno va tapando penas y.es como si les dijera: "quedate acá, no me hagas llorar más".
- ¿Cómo es la soledad?
- Los artistas utilizamos la felicidad y el dolor,  para el arte. Pero como mujer, uno encuentra compañeros por ahí, sí...pero no es "el" compañero de uno: hay un tiempo para eso y para mí, pasó. Querida, querida, esto que le diré ahora, así  como muchas cosas que ya le conté-  es algo que digo por primera vez:  mi soledad  es inevitable.
- ¿Cómo se hace para vivir sin  caricias?
- Es tremendo y difícil de bancar, pero uno aprende a todo, ya ve (sonríe, triste) y también hace casi veinte años que dejé de fumar.
- Pero Pocho murió hace 17 años, alguien la habrá conmovido...
- Sí, me conmuevo cuando canto "La carta", "Gracias a la vida", "Que vivan los estudiantes", o (canta):"porque me duele si me quedo, pero me muero si me voy", (y canta)..."y cuando todas las puertas estén cerradas y ladren los fantasmas de la canción..." ¿Le parece que no son gestos de amor?
- No sea pícara: la pregunta no se refiere al canto...¡los lectores creerán  que usted nunca más tuvo un hombre...!
- Y bueno...¡mejor que quede esa idea!
- Pero no es cierto...
- No, pero  mi vida me corresponde a mí. Y además, pareja, lo que se dice pareja, no tuve más... así que no tengo ganas de hablar de lo que no es importante.
-¿Nunca más le hizo cosquillitas el corazón?
- Como para tener pareja, ¿no, esa es la pregunta?
- ¡Mercedes!...¡No me dé tanto trabajo,"¡alguien" hubo, yo sé!...
- Hubieron, sí, y uno de ellos  murió el año pasado. Era un artista, y dibujaba...¡con una suavidad! Bueno, pero no pudo ser, porque, a la par de una vida de viajes como la mía, ¿qué podía hacer una persona así? ¿Qué hacen dos artistas de distinta rama del arte?
-A lo mejor pueden ratificar que el amor existe.
- Sí, pero mientras una mujer puede ir tras su esposo -en los viajes-, en un hombre eso es muy difícil.
- Pero hay  imaginación, ¿por qué no le  buscaron la vuelta?
- Porque era muy difícil. Además, él era del exterior y yo no quería vivir en otro lado que no fuera la Argentina; y entonces...¿qué iba a ser él acá, un mantenido?
- El no podía ser el "señor Sosa"...
- No, un artista no puede ser el "señor Sosa"...¡Qué papelón! Además, yo necesitaba aire: ya nadie podía contenerme.
- Tampoco la contuvieron para expresar sus ideas, ¿qué hizo que usted  nunca se callara?
- La pobreza, y mi vida con  artistas: poetas, pintores, músicos...el mundo del espíritu. Pero ahora me callo bastante. 


- ¿Se resignó, usted, que es para muchos un símbolo de la resistencia?
- Mire, la que está resignada es la gente del pueblo...la  que no tiene que comer y entonces, es muy duro para mí decirle las cosas; y tampoco soy como estas personas del gobierno que tanto invocan la paz. ¡¿Qué dicen?! Si la verdadera paz -que es comer juntos-  no existe. Entonces...¿para qué hablar? No sirve.
- ¿Y cuando lee los diarios y las miserias, y no habla de eso, no se ahoga?
-No,  me hago preguntas y no tengo respuestas. ¿Cómo solucionar el hambre del mundo, la desocupación de los argentinos, o la guerra de Sarajevo?  Y, mientras tanto, el capitalismo genera pobreza, y los países se cierran, para que no entre la gente. Entonces, la hermandad y la solidaridad son una mentira.
- Dice que se calla, pero está hablando...
- Sí, pero yo no tengo poder, y mi única fuerza está en llevar gente al escenario. Pero claro que tengo opinión, y entonces digo que me gustaría mucho que fuera verdad y que estuviéramos en el Primer Mundo. Pero es mentira: porque estar en el Primer Mundo, no es que anden bien los teléfonos, sino -y por ejemplo- que la gente vaya a los hospitales a salvar la vida, y no a morirse. En cambio, acá hay tuberculosis, que es una enfermedad de la pobreza. Pero...ya ve, si yo hablo, dirán que doy un alerta, para que la gente tenga miedo.
- O, mejor, que  alienta la lucidez, y la solidaridad...
- Sí, para que sepan lo que está pasando. Pero yo no hablo desde la ideología, sino desde lo social.
- Una ideología es un conjunto de ideas, ¿le tiene miedo a la palabra?
- No, pero ahora "rige" la desideologización. Lo cual quiere decir: no pensar, no sentir, y no decir, para que el mundo siga siendo de esta gente.
- ¿No es una ideología del bien, grabar gratis como lo hace usted  para algunos artistas que se inician?
- Sí...¡claro!...y es una misión que me propuse. No quiero cobrar  para los artistas que están empezando, y -aún con los famosos- no voy a cobrar nunca más. No seré yo la causa de que no se realice un proyecto, si un artista me pide que grabe.
- ¿Cómo se lleva con el dinero?
- Malísimo, porque cuando uno viene de la pobreza, es difícil que la plata permanezca.
- ¿Le gustan las joyas, no?
- Lo que me gustaría es diseñar joyas. Además, adoro a los artesanos;  por eso firmé por  los que están en la feria.
- Siempre usted, con quienes no tienen un lugar. Y  el suyo, "su" lugar, ¿cuál es?
- El de la música popular y el de los gestos de amor: no el teatro Colón, sino el Opera de Buenos Aires, o el Luna Park.
- Pero anduvo por los escenarios del mundo, y dicen que -cuando canta- puede hacer correra las nubes...
(Se ríe) Es cierto, fue en un viaje a Florianópolis, en un avión que se movía. Entonces yo empecé(canta):  "...y dale, alegría, alegría a mi corazón...", y las nubes iniciaron la retirada. Y cada vez que volvían, yo seguía: "...y ya verás, las sombras que aquí estuvieron, ya no estarán..." Y todos los argentinos cantábamos y movíamos los brazos, como loquitos. Y las nubes...¡se iban, se iban!. Entonces, cuando cambié de avión, los que seguían viaje, gritaban: "¡que no se baje, que no se baje!" ¡Y claro, si les habíamos sacado todas las nubes a los tipos (se regocija).
-Río, lloró, y -ahora- de nuevo la risa..¿Es la vida?
- Sí, es que soy una india. Y, como todos los indios,  tengo colores, pero...¡son tan disímiles!.
Cristina Castello
**Al pie, algunas “pastillitas” que dibujan, más la Historia y las historias de La Negra
Publicado en "Viva”, revista dominical del Diario “Clarín”, el 11-12-1994

PARIR EL AMOR

      Conoció a su hijo -Fabián- en un ascensor, a las siete de la tarde del 20 de diciembre del      '58. Vio un bultito y era él:  estaban en el sanatorio Bazterrica de Buenos Aires y lo había tenido tres horas antes...sin darse cuenta, y dormida por la medicación.
         Fabián es el único motivo por el cual Mercedes  dejó el canto, por un tiempo. Fue durante    sus primeros  tres años de vida: "me dediqué sólo a él, le lavaba los pañales, le sacaba la 'materia' y los hervía".  Y después, de nuevo a las grabaciones, a los escenarios, y al mundo y -cuando viajaba- lo dejaba con su madre. Con Emma, quien cuando Mercedes era chica, la preparó para que fuera artista. 
       Cuando Mercedes y Carlos Matus -el papá de Fabián- se separaron, el chiquito tenía seis años. Entonces ella tuvo que ser madre y padre, y se lamenta: "debería que haber tenido un padre verdadero, que fijara normas y códigos, porque yo no podía...mi vida era andar cantando".
Madre e hijo se quieren mucho y, cuando se los ve juntos, las expresiones cariñosas abundan. Pero no siempre fue así. Los distanciamientos, hasta 1993, fueron frecuentes, pero pasaron.
       Madre atípica, a veces es atípica como abuela de Araceli y de Agustín. Es cuando no responde a la imagen de la clásica nona, que todo permite a sus nietos. Entonces, puede -por ejemplo- hacer levantar de la mesa al más chico, "cuando se pone insoportable". Pero esa actitud le dura poco; lo más probable es que se levante,  se siente con él, le pele dos manzanas....y hasta le cuente algún cuento.

¿Y la política?


"No… yo canto, nada más...no hago política", dice La Negra. Pero es inevitable asociarla  a la lucha contra las dictaduras y a la defensa de la vida. Siempre estuvo, con  su  voz: para el canto, y para las opiniones. Hoy  prefiere quedarse en el canto. Pero, por momentos, no puede con su vieja costumbre. Y dice:


* El capitalismo: "Es muy fuerte y poderoso, causa miseria y quiere silenciar a quienes se le oponen".
Con Ernesto Sábato 

*"Cierta" izquierda: "Perdió la ternura y el ángel de la solidaridad. Debería recuperarla, releyendo -y viviendo- la poesía de Pablo Neruda y de César Vallejo"

* Carlos Menem (en el momento de esta nota, Presidente de los argentinos): "De él no opino, ni pienso...por supuesto que yo no estoy con esa gente, entonces...que piense él".
* Raúl Alfonsín:"Le tengo un gran cariño… ¡Cuánto cariño!”




Esta nota se publicó el 11-12-1994  y el 16/12/1994, cantó “Mi Madre y María” –de Víctor Heredia-, en el Concierto de Navidad del Vaticano
Mercedes Sosa partió para siempre, el 4 de octubre de 2009.
"Ya sé que estás allí llorando, madre,/envuelta en la penumbra de la tarde,/fingiendo que estás bien pero es diciembre/un mes en que ciertos fantasmas vuelven.../Deslizan su perfume inolvidable/sus voces aletean en un aire/de nueces y de almendras navideñas/y vuelan a tus ojos y despeñan/en lágrimas su amada letanía/yo sé que etás allí junto a tu fe/y yo no sé qué hacer./ De pronto me doy cuenta que tus ojos/reflejan la tristeza de María/la sombra de una cruz toca tus hombros/y en tu pañuelo blanco muere el día/ Las dos están llorando por lo mismo/la sangre derramada en el martirio/la vida de tu vientre y el de todas/las madres de los hijos de la Tierra/los que soñó el amor bajo una estrella./Yo sé que estás allí junto a tu fe/y yo no sé qué hacer."   

Cristina Castello, "Viva”, revista dominical del Diario “Clarín”, el 11-12-1994