lunes, 19 de diciembre de 2016

El derecho del director teatral, por Oscar Barney Finn

Hace unos años intentamos tener una asociación de directores teatrales. Durante largos meses nos reunimos en el estudio de Alejandra Boero junto a Carlos Gandolfo, Juan Carlos Gené y Hugo Urquijo. Si bien todas éramos personalidades diferentes y, en algunos casos caracteres fuertes como Gandolfo y Gené, coincidimos en la urgencia de contar con un elemento jurídico legal para defender en principio nuestra tarea creativa. Fue alentador ver la experiencia de todos puestas en función de un objetivo común.
Se trató de llegar al resto con reuniones que no dejaron a nadie de lado, en un amplio espectro que iba de Inda Ledesma a Daniel Veronese. Pero lamentablemente no se logró y ya no están esos referentes que poseían una mística que hoy no abunda en un medio donde cada uno trata de salvarse como puede, arrasados por un desencanto profundo y lejos de rescatar la idea de una asociación para este siglo 21 tan "problemático y febril" como el de Discepolín, en donde se vive manoseado y en el mismo merengue. 
 La herencia de Ezsther,  dirigida por Barney Finn
con Thelma Biral
y Víctor Laplace
Volverá a cartelera en debut de 2017



La preservación de lo creativo no parece ser una preocupación y la falta de pautas dan luz verde para que las puestas sean saqueadas, alteradas, o manejadas con criterios que no respetan ni al autor (en algunos casos tampoco respetado por el traductor) y mucho menos al director.
Hay casos en que las obras no son una mera transcripción del texto original y abren nuevos caminos que la enriquecen. Así, nuevas situaciones son sugeridas; y del trabajo diario surgen escenas no previstas que -en muchos casos los autores, si es que acompañan el proceso del día a día-  incorporan como un hecho corriente.

Hay obras frente a las que palpé una gran libertad que me llevó a puestas más riesgosas, donde pude escapar a lo convencional como: "La Excelsa" de Juan Pablo Santilli ,"El Principe de Homburg” de von Kleist ,"Madame Mao" de Mónica Otino, la misma "Eva y Victoria" o "Vita y Virginia", donde la propia autora en Londres se sorprendió con las imágenes de Tasisto y Benedetto, que lograban una magia poco frecuente, rodeadas de los decorados de María Julia Bertotto y luces de Felix Monti. 
"El diccionario",  puesta de Barney Finn, con
Marta Lubos, Daniel Miglioranza y Roberto Mosca

Lo mismo sucedió con “Love Leters” de A. Gurney que presenté con 20 parejas y donde cada uno de esos actores aportaron distintos colores a la actuación. Pero como director, tuve que encontrarles una forma, un estilo, una síntesis, un ritmo, una forma de contacto con la platea dado que tenerlos siempre con la cabeza bajan no invitaban a la comunicación. Estos últimos años textos como “Las heridas del viento” (Juan Carlos Rubio) “Noches Romanas” (Franco D'Alessandro), “El diccionario” (Manuel Calzada) y “Poder Absoluto” (Roger Peña), fueron historias, palabras y emociones que fueron en busca de sus personajes para luego plantearme un verdadero desafío.

En todas, luego de un minucioso análisis pude diseñar espacios, que también tienen que ver con las salas en las que fueron puestas. Es en ese punto en donde la cotidianidad del ensayo va definiendo acciones y estéticas que hacen a ese sello distintivo que tiene cada director .No hay improvisación, hay estudio, planificación y resolución que define ese trabajo que debemos preservar, cuidar y defender. Es tangible en cada función pero luego es intangible hasta la nueva representación
De esto y mucho más se trataba esa hipotética institución que soñamos, porque fue un sueño de gente que había dado su vida en los escenarios que transitaron. 
Ópera El Seminarista",  dirigida por Oscar Barney Finn

Creo, que hoy estamos mucho más expuestos a esta política de mercado. Sin duda la realidad, los presupuestos, los recambios de directivos con sus "innovaciones", sus fórmulas y sus amiguismos estrechan el espacio, más las capillas y sus supuestas estéticas que en forma invisible establecen cercos. 

Ante esto el director que tiene un mundo propio ve acotado su lugar y se agota en entrevistas, reuniones, emails, teléfonos que dilatan definiciones, que deterioran y hacen que en el camino vaya dejando ideas propuestas y soluciones creativas que alimentan a mediocres funcionarios. Por eso, uno hace su propia mochila y busca su hueco.
"Poder Absoluto", dirección de Oscar Barney  Finn
con Carlos Kaspar y Paulo Brunetti

 Por esta soledad creativa a la que es expuesto el director pensamos que era bueno tener una institución donde estas cosas puedan debatirse; y saber que hay derechos inalterables que, sin embargo, no siempre son respetados. Pero claro, para conformarla hace falta paciencia, rigor y sentido de la ética. Aunque esta palabra suene exótica en estos tiempos.

19/12/2016