Más de cuarenta años de periodista, en los diarios y revistas + conocidos, en tele, en radio, en docencia; y luego en París, con tareas similares: periodismo. En París publico mis libros.
«Lo fundamental, no es la pesca de pescado podrido que el relato arroja al agua para la fácil reacción de pescadores poco reflexivos»
Obra de Odilon Redon
Ley 24.522. Art. 19.
Intereses. La presentación del concurso produce la suspensión de los intereses
que devengue todo crédito de causa o título anterior a ella …
* Una excepción la
constituye los créditos laborales que si devengan intereses. Criterio
ratificado en sucesivos fallos de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial desde el plenario “Seidman y Bonder S.C.A.” de 1989.
* Un concurso abierto
en 2001 implica la inmediata suspensión del cómputo de intereses desde ese
momento.
* Porque el sistema
legal argentino lo permite (este aspecto no se modificó con las reformas de los
Códigos Civil y Comercial) toda deuda en un contexto signado por alta
inflación, tiene como consecuencia su licuación.
* En todos los
concursos preventivos las propuestas de cancelación de los créditos verificados
incluyen quitas y largo plazo de cuotas e intereses a pagar sobre el monto
comprometido.
Lo descrito es para
todos los concursos ya que la ley es una. Todos los que hemos actuado como
abogados de acreedores o de concursados sabemos esto como el a, b, c.
El Caso Correo
Argentino:
* Un concurso
preventivo desde el 2001 cuyas deudas allí verificadas no devengan intereses,
porque la ley lo dice.
* Durante 12 años K
nunca se avanzó por parte del Estado para llegar a un acuerdo y cobrar ese
crédito. Por lo tanto todo ese tiempo la deuda se fue licuando. Si el
concursado (Correo Argentino) ofrecía poco, existían los medios legales para
buscar mejorar la propuesta y el Estado ejercer presión legitima para que así
fuese.
* Ahora, se realiza
una propuesta mayor (capital total adeudado), una tasa de interés ligeramente
mayor y un plazo menor de pago que el que se ofrecía durante el gobierno K.
Cuestiones éticas,
jurídicas y políticas que rodean al caso:
* Se hace público el
caso por un informe periodístico de Hugo Alconada Mon. El informe es
irreprochable ya que plantea el tema, lo describe en su historia y deja sentado
una serie de interrogantes validos (jurídicos y éticos) respecto del acuerdo.
Todos los interrogantes son válidos y merecen ser debatidos y necesariamente
aclarados.
* Una Fiscal presenta
un dictamen donde pide la no homologación del acuerdo por afectar los intereses
del Estado. En este contexto es que se debatirá la cuestión y finalmente un
tribunal resolverá. No hay vacío legal ni elementos externos que puedan torcer
ese resultado.
* Se plantea como una
falta ética que un organismo bajo la dirección política del PEN realice un
acuerdo jurídico para el cobro de una deuda que mantiene desde hace largos años
una empresa del padre del Presidente. ¿Cómo se evitaría eso? ¿Que mientras dure
el mandato del Presidente Macri no se realice ningún acuerdo y así continuar
licuando la deuda por inflación? ¿Cuál sería la falta ética, cobrar la deuda
que mantiene la empresa de su padre o no cobrarla? ¿Cuál sería la
responsabilidad no solo ética sino jurídica si el Presidente no realizara actos
tendientes a cobrar esa acreencia del Estado que preside? Cobro que desde ya debe
realizarse respetando las reglas fijadas por la ley concursal.
* ¿De dónde salieron
los $ 70.000 millones que se dice el Estado perdería? Apoyado en que calculo?
En qué ley?. Esta cifra es una creación de dirigentes Kirchneristas que
sufrieron una súbita trasformación y pasión por el destino de los fondos
públicos.
* No existe la suma de
$ 70.000 millones, más que en el juego político del Kirchnerismo y su
desesperación. Lo grave es como muchos salieron a comprar esa ilusión que es un
relato más.
* Ni Alconada Mon, ni
la Fiscal Gabriela Boquin, hablan de esa suma. Solo las redes que repiten sin
cesar esa suma de ficción. La fiscal solo pidió a peritos contadores hacer un
cálculo “caprichoso” sobre el monto original y como este se hubiese potenciado
de haber puesto ese dinero en un plazo fijo. Circunstancia que jamás como
abogado vi o escuche respecto de un caso concursal. Allí, estaba un cálculo que
sería de 4.000 millones. Lo mismo podría sugerir con Lázaro Baez: si hubiésemos
puesto a plazo fijo todos los sobre precios cobrados, que acreencia tendría el
Estado????? La suma estaría llena de ceros al punto de no poder imaginarla.
Podemos imaginar mil ejemplos más para crear hipótesis ficticias y llegar a
montos también ficticios.
¿Es razonable un
sistema jurídico que valida la licuación?
Obra: Odilon Redon
No. Es una vergüenza
que el sistema legal valide a conciencia un mecanismo de licuación. El contexto
inflacionario existe desde que yo nací ya hace más de medio siglo. Y el
instituto del concurso preventivo es la puerta legal para licuar deudas. Ese es
el resultado. No la reorganización patrimonial y lograr que perdure la
actividad económica y las fuentes de trabajo.
La deuda del Correo
Argentino se licua no por ser empresa del padre del presidente, sino porque el
sistema legal lo impulsa. En más o en menos finalmente se arreglará el cobro de
esta deuda. Igual que todas las deudas de un concurso preventivo se pagara
substancialmente menos que si la deuda fuese actualizada por el cobro de
intereses como una deuda ordinaria.
El caso debe ser
aclarado para que no queden dudas jurídicas, éticas y políticas. Esto es
fundamental, no la pesca de pescado podrido que el relato arroja el agua para
la fácil reacción de pescadores poco reflexivos.
(*) Sergio Palacios es abogado y profesor de Economía Política UNLP
Federico Storani, micrófono en mano; a su derecha, Arturo Illia
Hoy se
cumplen 50 años del derrocamiento de Arturo Umberto Illia como Presidente de la
Nación. Sobre él ya se ha escrito y dicho mucho y bien…aunque tarde. Se lo
reconoce como un hombre austero que se dedicó a la política para servir, dotado
de una honradez a toda prueba, virtudes estas que se destacan más cuando
asistimos a una oprobiosa decadencia moral y cultural generada por el populismo
y tolerada por una sociedad anestesiada e indolente.
Expresiones
artísticas recientes, como la obra de teatro que lleva su nombre, conmovieron
multitudes en ese reconocimiento. Yo quiero aportar humildemente mi experiencia
personal con él.
Arturo Illia y Conrado Storani
Don Arturo
me “subió” por primera vez a una tribuna y me alentó ante mi temor y nervios
por tener que hablar en público. Balbuceé algunas desordenadas frases y cuando
bajé de ese balcón que ofició de tribuna improvisada puso su mano en mi hombro
y me alentó diciendo: “en toda tribuna radical siempre tiene que haber un joven
que exprese al Partido” y luego condescendiente agregó: “estuvo muy bien”. Yo
sabía que no, pero me lo decía Don Arturo. Desarrollé con él una estrechísima
relación y nunca me tuteó, se dirigía a mí: “usted Fredi”. Me enseñó muchísimo
y disfruté de sus conversaciones en las largas recorridas en automóvil por todo
el territorio argentino. Me impactó una frase en medio de una conversación:
“los Radicales tenemos algo de Anarquistas” deslizó con una leve sonrisa…cuánta
razón tenía por el individualismo exacerbado que nos caracteriza.
Salir con él
era no saber cuándo se regresaba. Tengo decenas de anécdotas, pero recuerdo
especialmente una vez que habíamos asistido a un Congreso de la Juventud
Radical en Chepes, al sur de La Rioja, y al regreso una inusual tormenta cortó
la ruta por el caudal de agua que la atravesaba tornando imposible pasar en
vehículo. Don Arturo divisó a unos doscientos metros de la ruta un pequeño
rancho que era algo más que una tapera y determinado dijo: “vamos allá”.
Desconfiado y entre ladridos de perros que se nos acercaban llegamos a esa casa
modesta en medio de la nada. Un paisano bonachón enseguida reconoció a Don
Arturo y nos invitó a pasar y con la generosidad que caracteriza a la gente
humilde nos convidó cosas para comer y dispuso catres para dormir. Estuvimos
allí ¡dos días! y creo haber vivido una de mis experiencias más fascinantes de
militancia, donde aprendí mucho más que con la lectura de unos cuantos libros y
la participación en interminables reuniones, viví esa experiencia…con un
militante que ya había sido presidente de la nación y estadista destacado.
Podría
contar otras anécdotas, lo iré haciendo. Ahora quiero sumarme al homenaje a ese
hombre cabal y acompañar el mismo con 2 fotografías. En la primera se lo ve a
Don Arturo con mi padre, Conrado, quien tuvo el honor de integrar su gobierno y
también fue uno de mis Maestros. En la otra, algo más crecido, estoy hablando
en un acto radical ante la atenta mirada de Don Arturo…el Militante…el
Estadista.
Catorce años
en la vida de una persona, pueden parecer pocos solo si se la mide en años.
Pero,… ¿cuántos recuerdos se encierran, se liberan… y se atesoran durante
catorce años? Se encierran las complicidades e intimidades que quedan cautivas,
atrapadas con amor y a veces con humor entre quienes las comparten. Se liberan
traducidas en anécdotas e historias que jalonan y construyen una historia,
singular… irrepetible, y sobre todo se atesoran en la médula, en las entrañas,
en las vísceras adonde solo se accede con la llave guardada en el corazón
recitando el santo y seña del amor.
Mi hijo
Manuel, compartió conmigo intimidades y complicidades blindadas con la
consistencia del quebracho y el don que lo distinguía de la discreción,
dignidad y nobleza, sin que se diera cuenta…naturalmente. Liberó las anécdotas
e historias que constituyeron los hitos en el camino que fue forjando su
personalidad conocida. Se me metió en la médula, y allí se acurrucó al cobijo
de mis entrañas… y yo en las de él.
¿Qué puedo
decir? ¿Qué una sonrisa leve más parecida a una mueca me revelaba sus secretos
y yo le correspondía en el mismo idioma? ¿Qué cuando leyó de corrido la primera
palabra o frase, esta vez su carita se iluminó con una sonrisa ancha al
descubrir fascinado un mundo nuevo? ¿Qué su corazón de poeta palpitaba
acelerado y con pasión los primeros amores de su incipiente adolescencia?
Pero Manuel
tenía su mundo al que amaba. A su mamá, Ángeles con quien jugaba y divertía
como si fuera un par y ella lo cuidaba con la devoción que solo las madres
pueden prodigar y sentir. A sus hermanas Constanza, Luisina y María Elena, y a
mi esposa Miriam, quienes desde que lo conocieron lo fundieron en un abrazo de
amor y ternura materializando la mejor definición de familia, más allá de cualquier
convención estúpida,… abrazo mil veces renovado en un ida y vuelta incesante
que profundizó los lazos hasta hacerlos indestructibles. A sus “tíos” de la
vida, en especial Graciela quien se desvivía y prodigaba en amor y educación
que Manuel asimilaba con naturalidad. A Alicia y Patricio quienes retozaron y
rejuvenecieron desde las primeras vacaciones compartidas en Córdoba. A su
madrina, Bea, y sus tíos Javier y Mariana quienes no pudieron sustraerse de su
encanto embriagador.
Amistad
El mundo de
Manuel también estaba constituido por una legión de “locos bajitos”, y no tan
bajitos. Sus sobrinos que lo idolatraban, Conradito, Catalina, Clarita, Felipe,
Joaquín y Lucía, quienes aguardaban su llegada como si se tratara de los Tres
Reyes Magos juntos y la síntesis de los súper héroes que pueblan sus fantasías.
Sus incontables amigos y amigas, compañeros del Colegio, del deporte…de la
vida.
Tal vez, el
rasgo más destacable de la inteligencia con la que construía su mundo, lo
revele el hecho de que alternaba sin dificultades y con una enorme capacidad de
adaptación entre los niños hermanitos de sus amigos y compañeros, entre sus
pares y entre los padres adultos que lo distinguían.
Manuel tenía
buena madera, actitud para la vida. Su mundo interior se cimentaba en valores sólidos.
Buen amigo, compañero, estudioso, responsable…sin que ello le quitara tiempo al
ocio, la diversión y los juegos que disfrutaba. Apuntaba a convertirse en un
buen ciudadano que con seguridad serviría a su país que amaba…pero ante todo
era una buena persona y tal vez una personalidad en ciernes.
La
naturaleza era su mundo, aunque parezca una obviedad. Amaba las plantas, los
animales, sobre todo los callejeros que se le pegaban como un imán. Sus perras
Sasha y Felipita y el rey de su hogar era su gato Roma. Era un defensor del
medioambiente y en eso radicaba el mayor interés de sus estudios. Tal vez por
eso, no necesitará otro rosario que lo acompañe, más que no sea el constituido
por los eslabones de plantas, flores, y árboles bendecido por la sabiduría de
la naturaleza.
Por mi
actividad he debido hablar en público miles de veces y casi con certeza debo
haber exagerado en cada ocasión…les aseguro, les juro que lo aquí escribo no
exagera un ápice, ni siquiera por la subjetividad de padre eternamente herido.
Elegí no
para que juzguen, sino para que tengan una aproximación a la dimensión de la
pérdida tres de sus creaciones que son representativas de su personalidad. Una
poesía que escribió cuando tenía diez años de edad, un dibujo que realizó
cuando se cumplieron 25 años de la Recuperación de la Democracia y Manuel tenía
siete y una carta de sus amiguitos y compañeros motivada en su temprana
desaparición.
Acompaño
también tres fotografías, que hablan por sí mismas.
Escribí esto
desde las entrañas…desgarrado. Desde las vísceras escucho la voz de Manuel que
me dice que hay que seguir viviendo por
mis otros amores…por sus amores. Lo haré consciente de que es mi deber y para
honrar a mi hijo muy querido…pero yo nunca más seré el mismo.
Federico Storani
12 de Abril 2016
Carta de compañeritos de Manu
Manu: Democracia
Manu Storani, poeta
"Cortar este dolor/ ¿Con qué
tijeras?" (Miguel Hernández).
Silencio, en el Infinito del Amor hacia Manu, hacia Fredi -quien buscó a su hijo por agua, tierra y cielo, hasta el último aliento-, y hacia toda su familia. cristina castello
«En esta oscuridad con las manos heladas distingo mi cara Me veo abandonado en el infinito» (Giuseppe Ungaretti)
Homenaje de Crónica TV al Infinito de Manuel Storani y de la lucha de su papá por salvarlo. Federico Storani : « … pero yo nunca más seré el mismo»
En estas horas se está debatiendo la legislación que
permitirá cerrar la negociación con los holdouts, y propiciar las condiciones
para el acceso al crédito, en las condiciones en que países como Perú, Bolivia.
Colombia o Chile acceden, y que la Argentina tuvo negadas por la
irresponsabilidad del gobierno cristinista.
La deuda externa tuvo dos momentos de máximo crecimiento ;
durante la dictadura militar, y durante el menemismo.Sin embargo, no se
enjuicia como se debiera, la participación cómplice, avalando esa política, de Néstor
Kirchner durante el menemismo, y sí se carga las tintas sobre las fallidas
operaciones que tuvieron lugar durante el gobierno de la Alianza, como el
blindaje y el megacanje, donde se nos acusa a los radicales, como si ese
gobierno fuese exclusivamente nuestro, y en cambio , dirigentes hoy
kirchneristas que pertenecieron a esa
coalición, son exculpados, comenzando por el cobarde escapista de Chacho Álvarez.
Néstor Kirchner, principal alumno del Mingo Cavallo,
convalidó esa irracional conducta del gobierno de Carlos Menem, que dilapidó el
patrimonio del estado e incurrió en un festival de endeudamiento, de modo que
ha sido también corresponsable de esa hecatombe.
Acceder al crédito no es el acto antinacional, que los
militontos repiten en las redes sociales, único ámbito, junto con las plazas
públicas que les queda , terminada la caja del estado para financiar su
vagomilitancia, sino que es la forma en que se puede, tanto, cancelar
obligaciones, como emprender obras de infraestructura.
Con ese infantil criterio, cada familia que toma un crédito
hipotecario para vivienda, o usa la tarjeta de crédito para comprar un inodoro,
es servil a los " buitres" que les
permiten esas operaciones.
Por supuesto, anteponiendo a la desvergonzada actuación del
antediluviano Kicillof, tanto en el pago al Club de París, como en la reestatización
de YPF, y compensación a Repsol, es que es auspiciosa la actuación que busca el mejor arreglo, con la
saludable novedad de recepcionar pedidos y sugerencias, de otras fuerzas que se
han prestado a colaborar y no obstruir, como el Frente Renovador y el nuevo
Bloque Justicialista, dejando como ultramontanos caprichosos al
ultrakirchnerismo duro e intolerante.
Por ello es que consideramos redefinir la consigna "
Patria o Buitres".
Patria, es celebrar
una política de estado con la mayoría de las fuerzas, para cerrar una etapa y
propender al crecimiento y el desarrollo.
Buitres, son los que dejaron una bomba de tiempo económica.,
liberaron la zona para acelerar la inflación, y depredaron el estado tanto con
su rapiña de las arcas estatales durante doce años y la contaminación de
parásitos en todas las dependencias del estado.
Corresponde a los nuevos tiempos, aislar a los buitres de
adentro para que su apetito carroñero no degrade más a la república
Con respecto a las movilizaciones que se realizan bajo el lema "La ley de Medios no se toca", hago tres preguntas:
1. ¿Desde cuándo está mal proponer cambiar una ley y, en cambio, proclamar que "no se toca" , como si fuera una imposición sagrada? (Twiiter: #LeyDeMediosNoSeToca)
2. ¿Cuál es el sentido de repudiar el cambio de una ley si no saben qué términos tendrá una posible nueva norma?
3. Si el repudio es al DNU 13/15 que estableció las competencias de los ministerios y colocó a AFSCA en la órbita del Ministerio de Comunicaciones (en lugar de permanecer bajo la órbita del PE) debe recordarse:
a) que la estructuración de los ministerios al inicio de una gestión siempre se ha hecho con DNUs desde hace ya más de 20 años y
b) que con Sabbatella el AFSCA no era siquiera un organismo regulador autónomo sino completamente sometido al Poder Ejecutivo, aplicando la ley en forma desigual y discriminatoria. El regulador Sabbatella llegó incluso al punto de hacer campaña electoral por el partido oficial conjuntamente con uno sus regulados (Szpolski) Ver http://bit.ly/1Vk2YP3
c) que no se trata de ninguna intervención, sino de reubicar un organismo descentralizado en otra órbita.
La ley de Medios es perfectamente criticable y reemplazable por una mejor. No es sagrada ni mucho menos.
Digan lo que digan y más allá de quienes crean en ella de buena fe, se trata de una movilización (que tienen todo el derecho de llevar adelante) pero que responde a objetivos políticos K y que es en gran parte impulsada por quienes quieren mantener sus privilegios (6-7-8 en medios públicos, continuidad de Sabbatella como agitador político en un organismo técnico y dinero público y facilidades discrecionalmente asignadas para continuar medios propagandísticos K).
Y también por no pocos de quienes fueron insensibles a las exclusiones, despídos, "escraches de Estado", invisibilizaciones, etc. de sus colegas periodísticos, titulares de medios no K y ciudadanos comunes y se opusieron a una verdadera diversidad de voces mientras se intentaba ahogar a las no oficialistas con un poderoso aparato oficialista, por momentos intimidatorio.
Me parece importante que las nuevas autoridades comuniquen adecuadamente todos estos puntos.
Por otro lado, si querés conocer mi posición personal y a fondo de los términos concretos de la Ley de Medios de 2009, mirá este artículo (clic AQUÍ)
Es una resiliente. Camino a la redacción de la revista "Gente", donde trabajaba, fue atropellada por un auto. A partir de ahí se reinventó. Después de dos años de aquel corte en su vida, entera “por dentro y por fuera”; volvió al periodismo que había empezado casi de niña, y mientras estudiaba la carrera, al que no dejó ni siguiera cuando se hacía alguna "luz" entre una y otra operación de aquellos fatídicos tiempos; los entrevistados -primeras figuras del quehacer nacional- sentados al lado de su cama de convaleciente, debían arreglárselas para responder a sus preguntas, siempre a fondo y sin concesiones. Había trabajado en todos los medios gráficos de Córdoba, y –en Buenos Aires desde 1982, en aquel “Tiempo Argentino” de Raúl Burzaco, en “Gente” en “Viva” de Clarín y otros varios medios escritos. Docente de La Entrevista Periodística, también son de su responsabilidad su programa de tele “Sin Máscara”, de radio, “Convengamos que… con Cristina Castello”, sus columnas en otras emisiones, etc. Entre el 76' y el 83' -y también después- padeció el horror y la amenaza, sólo por luchar con la palabra, por la Democracia. Poeta –cuatro poemarios bilingües publicados en París- y periodista por esencia, con más de una década viviendo en Francia, desde donde trabaja para medios de ese país, de España y de Méjico. Es Cristina Castello en diálogo con Arturo Cavallo en "Abrazos, mañana, tarde y noche" martes 10 hora 13 en Veo Radio www.veoradio.com.ar y porwww.arturocavallo.com.ar. Repetición sábado hora 10 y en diversos días y horarios en distintas radios de AM y FM de provincias. En bloques horarios en radios internacionales.
La sociedad argentina ante una oportunidad histórica
No es cierto, como parece expresar el amigo Pagni y muchos honestos compañeros de ruta del progresismo tradicional que necesariamente haya una dicotomía entre el “estilo gerencial” y la política. Ya Nicos Poulantzas a fines de los años 70 (ningún ideólogo del consenso de Washington ni ningún político de la UCEDE) enseñaba que el poder albergaba dos dimensiones: la del dominio sobre los hombres y la de la administración de las cosas. Es más que evidente que la obsesión enfermiza de quienes fueron derrotados en las urnas y de muchos de sus más llanos seguidores por la primera de estas dimensiones, dejó en el completo olvido la segunda de ellas. Es que dicha tarea, la de “la administración de las cosas” implicaba un mínimo de atención al servicio debido a la sociedad, arriba de la cual edificaron su lubricado aparato ”nacional y popular”. Las características de la actual promesa desarrollista-democrática de Cambiemos resultan aún más sorpresivas para ámbitos como el de unas ciencias sociales locales devaluadas (y lo digo con dolor), demasiado “adaptadas” a la destrucción de nuestro sistema nacional de estadísticas, a un país que se regodea infantilmente en el “todos y todas” en medio de un verdadero femicidio que nadie asocia a responsabilidad estatal alguna, a circuitos felices porque se financian investigaciones sobre los QUOMs, a los que luego, los gobernadores feudales ultra K ultrajan y asesinan sin que estos circuitos felices crean necesario “retocar” relato alguno. La lista es, por supuesto, mucho más larga y se articula con los eslabones más débiles del “aparato” Las adolescentes militantes convencidas de que “se venía” una especie de mezcla de Menem con Videla intentaban decirle a los trabajadores de la provincia de Buenos Aires que perderían “el derecho a la salud”, cuando diariamente viajan a atenderse a Capital por tener un sistema hospitalario abandonado, destruido y colapsado. Que venían a “privatizar escuelas” cuando tantos se vieron obligados a engrosar la matrícula privada o se anotan en las escuelas públicas de Capital ante el desastre del sistema educativo del conurbano realmente existente. El partido-gobierno-estado ampliado de los K incluye a no pocos profesorados, universidades nacionales e investigadores completamente enajenados del sentir de una inmensa mayoría (mayor aún que la expresada en el resultado electoral) de sectores populares y medios. Se trata del sentir de sectores que sufren sin protección estatal alguna su estancamiento en la pobreza y en otros casos, el abandono o el castigo por parte de la soberbia gubernamental apoyada en un nuevo clientelismo ostentoso de altos ingresos de facción y violentamente contrastante con quienes “trabajan” porque al menos así es visto popularmente, si la “etnografía” continúa teniendo algún valor. En medio de este “combo” de incomunicación de situaciones de vida no reconocidas, tres presidentes socialistas de América Latina, se mostraron ostensiblemente alegres y aliviados por el triunfo electoral de Mauricio Macri. Sospechan que va a “destrabar” a puro incremento de los intercambios a un Mercosur estancado.
Matar estudiantes y dirigentes con la excusa de que “son de derecha” o encarcelar a los dirigentes de movilizaciones multitudinarias con la excusa de ser “agentes del imperialismo”, no es algo que le resulte cómodo, aunque lo disimule muy bien, a la verdadera izquierda de la región. Entre nosotros, la ausencia de crecimiento económico privado durante los últimos años, el aumento de la pobreza que se ubica entre los 13 y los 14 millones de personas, una tasa de inflación entre las más elevadas del mundo, además del ostensible deterioro en infraestructura, energía y servicios no ha impedido a buena parte de nuestros progresismo y nuestra izquierda, ser disueltos moralmente por Cristina Kirchner, al punto de no poder escapar a su relato del dominio del PJ, como supuesto mal menor. La decadencia de no pocos de ellos se evidenció en la no asistencia a la movilización por el asesinato de Nisman, evidenciando una especulación todavía vigente- ignorante del cambio de época- que es la de conformarse con quedarse con una pequeña porción social y electoral de la descomposición de los K.
Mauricio Macri, M. Bachelet y Tabaré Arias
No faltaron los militantes progresistas y de izquierda de Capital Federal que se enamoraron de un criador de caballos de la provincia de Buenos Aires, (sin que esto entrañe prejuicio alguno hacia los criadores de caballos) que formó parte de estos 28 años de dominio del PJ, repudiado por la mayor parte del pueblo bonaerense y que ya, como antecedente, había repudiado a los justicialistas del “Proceso” en 1983. La hora de una “administración de las cosas” por parte de Cambiemos coloca a la sociedad argentina ante una oportunidad histórica. La idea de un desarrollismo democrático con voluntad inclusiva, puede hacernos aprovechar lo que desaprovechamos durante el gobierno de Alfonsín. Recordemos que ante los primeros límites de de dicha experiencia, con sus trece paros nacionales incluídos, nos abrazamos como sociedad a la “alternativa” del justicialismo de Carlos Menem, que entre todos los proyectos neoliberales fue uno de los mas dañinos del mundo, sin lograr, en algunas áreas específicas, los niveles de destrucción materializados por los K. El actual proyecto de Cambiemos es liderado por una novedosa perspectiva presidencialista de centro que, no obstante, despliega una multiplicidad de culturas políticas con eje en el desarrollo, la integración social y un liberalismo democrático progresista, promotor de una sociedad plural. No es poco, cuando vivimos en el riesgo de ser devorados por el atraso y los punteros de la droga, cuando detrás del discurso de izquierda, son consolidados millones pobres y estamos al borde de ser un gigantesco INDEC, una sociedad en el límite del peligro del fraude perpetuo y el fascismo. Para mis amigos de izquierda, cabe la invitación a reflexionar acerca de un continente, nuestra querida América Latina, con no pocos países de dicho signo político y que, no obstante, no ha dejado de profundizar su condición de región mas desigual del planeta. Mi sueño es que de la mano de María Eugenia Vidal, Macri y Cambiemos a la sociedad argentina le vaya bien. No sólo porque es el deseo mayoritario del pueblo argentino. No sólo porque para eso votó como votó. Sino por el legítimo rechazo que provoca la estrategia reaccionaria de quienes comenzaron a militar por su fracaso al día siguiente de la elección. Ni los vaciadores del IOMA, ni los vaciadores del Banco Central, ni los que nos matan y nos empobrecen hace décadas en nombre de una supuesta cultura nacional y popular tienen autoridad alguna para ninguna supuesta “lucha” contra el estilo de vida que empezó a elegir nuestro pueblo. Menos aún los que fueron directa o indirectamente satélites seguidistas de los K. Cuando en cuatro u ocho años alguna alternancia pueda indicar voluntades de cambio de un país que será indiscutiblemente mejor, sólo debemos procurar que no tenga ninguna relación con el bloque corrupto que nuestra sociedad, con la ayuda de Cambiemos acaba de derrotar. La tarea recién comienza. El cambio necesario es aún más profundo del que la coyuntura aparenta. Los presidentes Bachelet, Tabaré Vásquez y Dilma (en este caso, aún, con la tensión de los problemas que enfrenta) entendieron cabalmente la oportunidad de los nuevos consensos. La sociedad argentina ya votó y ahora se encamina, pacíficamente, a construir y comprender. La promesa de una “sociedad normal” para utilizar la expresión popularizada por Nun y explícitamente formulada y no cumplida por la Alianza y por Nestor Kirchner, parece empezar a tener lugar.
Con frecuencia se alude a hombres y mujeres calificándolos como héroes cuando se destacan por su arrojo y valor durante hechos bélicos, de guerra. Quiero en este caso rendir mi homenaje a quien pasó por todas las pruebas de valor en el combate por la libertad, la igualdad y la democracia.
No haré una biografía de Nelson Mandela ampliamente conocido por su martirio en la lucha contra el Apartheid en Sudáfrica, padeciendo décadas de cárcel, torturas y persecuciones. Fundador del Partido del Congreso Nacional Africano y símbolo mundial de la igualdad entre razas en un marco de libertad y democracia.
Quiero rescatarlo como el hombre que tuvo la grandeza de obrar sin resentimientos, odios ni ánimos revanchistas, mucho menos de venganza. Creador de la moderna República Democrática de Sudáfrica, impulsor de los Juicios por la Verdad y la Reconciliación dando lugar a la integración complejísima de su nación, que no sólo sufrió el yugo de diferentes oleadas colonialistas sino también las ancestrales rivalidades entre las tribus autóctonas.
Su grandeza no tiene parangón en la historia moderna y me siento agradecido a la vida por haber podido conocerlo e intercambiar puntos de vista con él, quien lo hacía con la humildad que caracterizó toda su vida al servicio de la causa de su pueblo y de su patria pero a la vez consagrando valores universales.
En la fotografía el inmortal Nelson Mandela, José Genoud Senador Nacional y Federico Storani, cuando presidía el Bloque de Diputados Nacionales de la Unión Cívica Radical. Gracias Mandela por tu ejemplo y tu lucha.
(Del doctor Federico Storani, 5 de diciembre de 2013)
El viernes por
la tarde ustedes robaron la vida de un ser de excepción, el amor de mi vida, la
madre de mi hijo. Pero no tendrán mi odio.
No sé quiénes son ustedes y no quiero saberlo, son almas
muertas. Si este Dios por el cual matan ciegamente, nos hizo a su imagen, cada
bala en el corazón de mi mujer, habrá sido una herida en su corazón.
No
les haré el regalo de odiarlos. Ustedes lo quisieron así, pero responder al
odio con la cólera, sería ceder a la misma ignorancia que hizo de ustedes, lo
que son. Ustedes quieren que tenga miedo, que mire a mis conciudadanos con
mirada desconfiada, que sacrifique mi
libertad por la seguridad. Perdido. El mismo jugador juega de nuevo. (1)
Esta mañana la
vi. Finalmente, después de noches y de días de espera. Estaba tan bella como
era cuando partió, tan bella como cuando me enamoré perdidamente de ella, hace
más de doce años. Por cierto que estoy devastado por la pena, les concedo esta
pequeña victoria, pero será una victoria corta. Sé que ella nos acompañará cada
día y que nos reencontraremos en ese paraíso de almas libres al cual ustedes no
tendrán acceso jamás.
Somos dos, mi hijo y yo, pero somos más fuertes que todos los ejércitos del
mundo. No tengo, por otra parte, más tiempo para dedicarles; debo buscar a
Melvil que se despierta de su siesta. Tiene apenas 17 meses, comerá su merienda
como todos los días; después iremos a jugar como todos los días.
Y durante toda la vida
este pequeñito, les hará la afrenta de ser feliz y de ser libre. Porque no,
ustedes no tendrán tampoco su odio.
*Traducción del francés: Cristina Castello (1) Para esta expresión idiomática (Perdu. Même joueur joue encore.), conté con la invalorable colaboración de quien es considerado el mejor traductor de francés en castellano: Pedro Vianna
*Mensaje del periodista Antoine Leiris, publicado en su Facebook le 16 novembre 2015. Antoine es el esposo de Hélène Muyal, asesinada en Le Bataclan, París, el 15/09/2015
*Entrevistado en France Info por Jean Leymarie, dijo: «Continuaré viviendo, saliendo y amando la musica, porque no quiero que mi hijo crezca en el odio, en la venganza o en el resentimiento. De todas formas, una parte mía se fue con Hélène; lo que queda en mí es por Melvil (el hijo). Por él, estoy obligado a olvidar el odio, el resentimiento y la cólera. Si él creciera en eso, sería exactamente lo que son ellos: personas ciegas, violentas, que prefieren los atajos, a los caminos más complejos de la reflexión, de la razón y de la cultura»
Helénè
« Vous n’aurez pas ma haine » - Antoine Leiris « Je ne sacrifie pas ma liberté pour la sécurité »
Vendredi soir vous avez volé la vie
d’un être d’exception, l’amour de ma vie, la mère de mon fils mais vous n’aurez
pas ma haine. Je ne sais pas qui vous êtes et je ne veux pas le savoir, vous
êtes des âmes mortes.
Si ce Dieu pour lequel vous tuez
aveuglément nous a fait à son image, chaque balle dans le corps de ma femme
aura été une blessure dans son cœur.
Alors non je ne vous ferai pas ce cadeau de vous
haïr. Vous l’avez bien cherché pourtant mais répondre à la haine par la colère ce serait céder à la même ignorance
qui a fait de vous ce que vous êtes.
Vous voulez que j’aie peur, que je regarde mes concitoyens avec un œil méfiant,
que je sacrifie ma liberté pour la sécurité. Perdu. Même joueur joue
encore.
Hélène
Je l’ai vue ce
matin. Enfin, après des nuits et des jours d’attente. Elle était aussi belle
que lorsqu’elle est partie ce vendredi soir, aussi belle que lorsque j’en suis
tombé éperdument amoureux il y a plus de 12 ans.
Bien
sûr je suis dévasté par le chagrin, je vous concède cette petite victoire, mais
elle sera de courte durée. Je sais qu’elle nous accompagnera chaque jour et que
nous nous retrouverons dans ce paradis des âmes libres auquel vous n’aurez
jamais accès.
Nous sommes deux, mon fils et moi, mais nous sommes
plus forts que toutes les armées du monde. Je n’ai d’ailleurs pas plus de temps
à vous consacrer, je dois rejoindre Melvil qui se réveille de sa sieste. Il a
17 mois à peine, il va manger son goûter comme tous les jours, puis nous allons
jouer comme tous les jours et toute sa vie ce petit garçon vous fera l’affront
d’être heureux et libre. Car non, vous n’aurez pas sa haine non plus.
Interrogé sur France Info par Jean
Leymarie, Antoine Leiris a expliqué sa démarche. "J'ai l'impression que c'est la meilleure réponse à donner : ils
n'auront pas ce qu'ils cherchent. Je continuerai à aimer la musique et à
sortir" dit-il. Avant d'ajouter : « Je continuerai à vivre parce que je ne veux pas que mon
fils grandisse dans la haine, la violence ou le ressentiment. »
« De toute façon, une grande partie
de moi est partie avec Hélène ce jour-là, ce qui reste de moi est pour Melvil.
Pour lui, je suis obligé d'oublier la haine, le ressentiment et la colère. S'il
grandit là-dedans, il deviendra exactement ce que eux sont devenus : des gens
aveugles, violents, qui préfèrent les raccourcis aux chemins plus complexes de
la réflexion, de la raison, de la culture...»
Duhalde "el gran elector de la Corona Británica" pidió un "voto de confianza" a Scioli: "Daniel no es Cristina" dijo. "Es la contrafigura", mintió.
Este "venerable" que ungió y compartió el entreguismo del gobierno de Carlos Menem; que promovió la caída de De la Rúa y eligió a Néstor Kirchner, que entonces tenía un 7% de los votos. Aún así dejó de lado a De la Sota diciendo que "no medía". Durante estos 12 años, Duhalde calló complacido el desastre que el kirchnerismo consumó en nuestra Patria, social, económica y políticamente. El divisionismo de nuestro pueblo, del sindicalismo, del peronismo y hasta del radicalismo, fueron las "obrasK" que tardaremos en superar. Es hora de hablar sin vueltas. El atraso y la pobreza en la provincia de Bs.As. para Duhalde parece no importar. Como tampoco le importa el pronunciamiento electoral del 25 de octubrfe que puso coto al ejército de "barones" que él cimentó. Duhalde viene a maquillar a Frankestein, y calla que es socio de un gobierno que fundió el Banco Central, deja una base militar extranjera como la china en Neuquén; entregó nuestras riquezas mineras y pesqueras; terminó con nuestro autoabastecimiento energético, liquidó las economías regionales y 10 millones de cabezas de ganado; y "compró" a través de Lázaro Báez 437,000 hectáreas de unas 20 estancias de Santa Cruz. Scioli, por su parte, no declaró las tres estancias que adquirió entre Balcarce y Tandil, como tampoco el edificio de cuatro plantas del barrio de Abasto. En esto de las inmensas propiedades, compradas con fondos de origen dudoso, la Presidenta y Scioli son mellizos, no sólo parecidos. Entonces, que Duhalde salga ahora a decir que el candidato del FpV "no es el continuismo" , aunque en realidad es el "caballo del comisario", es un posición tan vergonzante como decadente. Es el gran temor de quedar sepultado por una gran corriente renovadora y de cambio que es imparable. Ante eso podemos darle la razón a Duhalde, como un acto de miseriicordia: "Scioli es la contrafigura de la presidenta". Duerma tranquilo.
Roberto H. Iglesias.-En su irrelevante cadena nacional del 23.02.2015, la presidenta Cristina Kirchner no hizo ningún anuncio de fondo ni se refirió a los problemas que inquietan al país. Se limitó a inaugurar en Berazategui, al sur de la Ciudad de Buenos Aires, un llamado “edificio inteligente” de la municipalidad. Dijo: “Esta municipalidad no está comunicada a un satélite ni chino, ni ruso, ni norteamericano… ¡está comunicada a un satélite hecho por argentinos!”
Repitió más o menos lo mismo −en medio de un torrente de datos y números descontextualizados y a veces manipulados− en la cadena correspondiente a la inauguración de las sesiones del Congreso el 01.03.2015 (“1-M”).
Sería un problema que la Municipalidad de Berazategui estuviese comunicada por satélite,porque la transmisión de voz y de datos es mucho más rápida y eficiente por fibra óptica terrestre que por enlace satelital (ver más adelante). Según anunció la mandataria, el edificio también tiene ese tipo de fibra, de uso normal en casi todos los tramos de comunicaciones.
Si el edificio de Berazategui emplea fibra óptica, quizás no utilice ningún satélite. Pero… ¿por qué dejar que la realidad arruine un Relato tan bueno? (Donde hay fibra óptica disponible, salvo para servicios muy especializados, no se utilizan los satélites, especialmente en datos e Internet.)
A cinco meses de su lanzamiento, el ARSAT-1, el satélite geoestacionario del gobierno nacional armado en la Argentina y lanzado desde la Guayana Francesa a un costo aproximado de 300 millones de dólares, sigue absolutamente subutilizado.
Tan sólo consiguió como clientes a algunos canales de TV abierta de estados provinciales (peronistas), que los usan para alimentar sus repetidoras regionales (Canal 7 de Rawson, Chubut; Canal 3 de Santa Rosa, La Pampa; Canal 9 de Rio Gallegos, etc.) y las señales K porteñas (estatales y paraestatales): Encuentro, Paka-Paka, CN23, C5N. También el Canal 9 de Comodoro Rivadavia (Cristóbal López), así como algunos canales de Telefé en el interior. Aparentemente, la señal del Canal 7 de Buenos Aires aún no está en el satélite, aunque se prevé que se haga presente en poco tiempo más.
Fuera de la conducción permanente de estas señales, hasta marzo de 2015 el ARSAT-1 hizo sólo transmisiones ocasionales. Como ejemplos pueden citarse el discurso de la presidenta por el 31 aniversario del restablecimiento de la democracia (10.12.2014) o el partido de segunda división de básquet por el Torneo Nacional de Ascenso Ferrocarril Oeste y San Lorenzo de Almagro (05.01.2015).
Estas modestas y limitadas actividades eran completamente previsibles, por razones que serán explicadas más adelante. Salvo nichos de mercado específicos, los satélites aportan muy poco a las telecomunicaciones hoy día, sean o no de “fabricación argentina”. Este último mito será también tratado en otra parte de este artículo.
El último refugio
Los kirchneristas acusan frecuentemente a sus críticos de desear que al país le vaya mal. O de estar tan cegados como para no reconocer supuestos logros del gobierno en áreas como la tecnología de punta.
Estos cargos han sido esgrimidos nuevamente tras el lanzamiento del ARSAT-1. Son acusaciones típicas de los gobiernos que buscan manipular o intimidar a la opinión pública, en una suerte de chantaje político-ideológico para acallar el desacuerdo y con un evidente propósito de control autocrático. Porque descontando algún caso patológico, ¿quién puede estar contento de que a su país le vaya mal? ¿Cómo la discrepancia sobre políticas o medidas puede equivaler a una traición a la patria?
Quienes sí merecen el repudio son los ejecutores de tales estratagemas: los que manipulan los conceptos de “patria”, “nación” o “soberanía” para conseguir ganancias políticas o económicas de una parcialidad y/o para propagandizar logros que no son reales. Son ellos los que comprometen al país en acciones mezquinas o realizaciones engañosas, efímeras o contraproducentes. Samuel Johnson les dedicó una frase lapidaria: “el patriotismo es el último refugio de los canallas”.
Todo esto viene a colación porque la puesta en órbita del ARSAT-1 se acompañó de un insólito y falaz despliegue propagandístico. El lanzamiento del satélite, a cargo de la empresa pública del mismo nombre, tuvo lugar el 16.10.2014.
(ARSAT es la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales, una sociedad estatal creada por Néstor Kirchner para manejar un satélite que hasta entonces pertenecía a un operador privado. Gradualmente, ARSAT fue ampliando sus funciones hasta convertirse en una compañía general de telecomunicaciones del Estado Argentino. Hoy es manejada por cuadros que responden al ministro de Economía Axel Kicillof y a la agrupación La Cámpora.)
El aparato de propaganda oficial se refirió invariablemente al “primer satélite argentino”. Télam, 6-7-8, TVR y Página/12 —entre otros medios— se encargaron de presentar el episodio como el comienzo de una nueva era en la cual Argentina “accedía a la soberanía satelital”, ingresaba a un exclusivo club espacial, dominaba la tecnología de fabricación de objetos espaciales y daba un salto cualitativo en las telecomunicaciones.
Lamentablemente, nada de esto es cierto. Se trataba, simplemente, del Relato K elevándose por el espacio.
El relator del Relato, Víctor Hugo Morales, no paró de hablar del tema y hasta le dedicó una entrega de su programa televisivo Bajada de línea. Canal 7, que por semanas insistió con este tema como una de sus principales historias periodísticas, presentó el mismo día 16 un programa especial de más de dos horas: Argentina hacia la soberanía satelital.
Con el elenco estable del kirchnerismo para estos menesteres (el propio Victor Hugo, Adrián Paenza), se transmitió “en vivo” el lanzamiento del satélite desde la Guayana Francesa revistiéndolo con ribetes de epopeya nacional. El uruguayo hizo un relato del lanzamiento como si se tratara del gol del barrilete cósmico.
(Lanzamiento en minuto 57:00)
Luego vino la cadena nacional. El ARSAT-1, dijo la mandataria, es “un orgullo”. También recordó la “decisión política” de Néstor Kirchner de crear en 2006 la empresa estatal ARSAT y de poner en marcha el Programa Espacial Argentino (como si Argentina no hubiera tenido una historia espacial previa iniciada en los años 60, con lanzamiento de cohetes menores, envío de animales a la estratósfera y varios satélites desde 1990).
Ni primero, ni “fabricado”…
Como puede verse en el cuadro de más abajo, el ARSAT-1 de ninguna manera es el primer satélite argentino ni es el primer satélite construido o integrado en la Argentina. No es siquiera el primer satélite de comunicaciones geoestacionario que usa la posición orbital argentina para dar servicio al territorio nacional. Tampoco es el primer satélite “fabricado” en América Latina (ninguno ha sido completamente elaborado en la región).
CUADRO DE SATÉLITES ARGENTINOS
Fuente: elaboración propia con información de ARSAT, CONAE, INVAP, AATE, Universidad Nacional de Córdoba y la National Administration of Space and Aeronautics (NASA) de los Estados Unidos.
Se excluyen de esta lista los satélites canadienses Anik-1 y Anik-2, lanzados en los años 80 y alquilados por la empresa Nahuelsat SA entre 1993 y 1997. Igualmente se excluye el satélite estadounidense AMC-6 alquilado en su totalidad por ARSAT SA entre 2006 y 2014. En todos los casos, estos satélites fueron originalmente activados al servicio de otros países. Por otra parte, el satélite SAC-B —que no aparece en la lista— resultó en un lanzamiento fallido en 1996, ya que no se despegó totalmente del cohete.
Una tarjeta para confirmación de radioaficionados
del que verdaderamente fue el primer satélite argentino (1990)
Otro satélite argentino: el SAC-A,
armado por INVAP y lanzado en 1998
La novedad verdadera
En efecto, el ARSAT-1 no es el primer satélite fabricado en la Argentina con tecnología y materiales argentinos, como en forma propagandística anunció el gobierno. Los satélites anteriores, así como las actividades aeroespaciales argentinas previas, se habían concretado sin montar shows políticos ni exhibiciones de nacionalismo ramplón[1].
Ahora bien, ¿presenta el ARSAT-1 alguna novedad verdadera? En realidad, se trata del primer satélite de comunicaciones ensamblado en la Argentina (sus principales componentes son extranjeros) para dar servicio comercial al territorio nacional desde laposición orbital geoestacionaria[2] asignada al país.
(Satélites científicos como el MUSAT o el Pehuensat-I también se construyeron ensamblando componentes en el país. Por otro lado, la órbita geoestacionaria ya había sido utilizada desde 1997 por un satélite similar, el Nahuel-1A, que había sido construido en Europa; si bien era un artefacto al servicio de la Argentina era propiedad de un consorcio internacional, el cual −como todos los satélites argentinos, incluso el ARSAT-1− fue lanzado desde el extranjero.)
Es evidente que delimitando cuidadosamente una descripción siempre se logrará posicionarse como primero en cualquier cosa. Pero el Relato K ha querido transformar al satélite argentino en una epopeya única cuando se trata de un episodio común en el mundo y que no supone ninguna preeminencia para el país.
En primer lugar, contar con un satélite no es nada excepcional desde hace muchos años. Entre 1957 y la actualidad 51 países han enviado satélites al espacio, incluyendo Italia (1964), España (1974), Indonesia (1976), Pakistán (1990), Chile (1995), Turquía (1997), Sudáfrica (1999), Nigeria (2003), Colombia (2007), Perú (2013) y Uruguay (2014).
En segundo término, tener un satélite de comunicaciones en órbita geoestacionaria —entre los más complejos tecnológicamente— tampoco representa nada del otro mundo (valga la expresión). Desde los años 70 casi 40 países en el mundo operan satélites de comunicaciones geoestacionarios similares al ARSAT-1. Las siguientes son las fechas de los primeros satélites geoestacionarios de comunicaciones de cada país en el continente americano y la península ibérica: Canadá (1972), Estados Unidos (1974), México (1985), Brasil (1985), España (1992), Argentina (1997), Venezuela (2008) y Bolivia (2013). A fines de 2014 existen operativos en todo el planeta cerca de 250 satélites de comunicaciones geoestacionarios de uso civil.
Muchos países consideran que no necesitan un satélite de comunicaciones propio. No creen que sea una disminución a su soberanía alquilar un transponder (canal de transmisión-recepción) en un satélite ya existente para sus telecomunicaciones (esto depende del volumen de tráfico y de los operadores interesados). Ese transponder puede encontrarse en un satélite global o multinacional (Intelsat, Eutelsat, SES) o en un satélite de una nación cercana (las naciones centroamericanas, por ejemplo, alquilan facilidades mexicanas).
Otros países consideran que tampoco es un problema que en sus posiciones orbitales “de bandera” (aquellas asignadas por acuerdos internacionales y que deben ser usadas por los países respectivos) funcionen satélites de comunicaciones privados y hasta de empresas “extranjeras” (por ejemplo, Brasil, Suecia o la República Checa), siempre que estén autorizados y suministren servicios a la nación en cuestión.
El problema actual del mercado de satélites de comunicaciones civiles es que existe una capacidad más que abundante de conexiones satelitales en el mundo. Los satélites son un negocio poco rentable y casi en decadencia, dominado por unas pocas compañías de actuación mundial que operan con grandes economías de escala.
¿Por qué ocurre esto? Desde hace más de dos décadas, la gran mayoría de lascomunicaciones mundiales se conducen a través de fibras ópticas terrestres y submarinas; no por satélite. Las fibras han sido instaladas intensivamente en ciudades y trayectos interurbanos e internacionales (aunque no todavía en el tramo de “última milla” a los domicilios) y son más baratas, confiables y de mucha mayor capacidad de transmisión que los satélites.
Al día de hoy, los satélites de comunicaciones se usan exclusivamente para proveer conexiones en zonas marginadas terrestres o contactos con embarcaciones y aeronaves en navegación, así como para ofrecer servicios de televisión en las siguientes variantes: TV directa al hogar (DTH, como DirecTV), conexión con unidades móviles de emisoras y envío de señales a “cabezales” de sistemas de cable o repetidoras del interior (estas últimas funciones pueden ser efectuadas también por fibra óptica).
Sólo el DTH es una actividad rentable per se, pero para prestarlo no es necesario contar con un satélite propio, ya que se pueden alquilar los transponders de numerosos satélites de comunicaciones que operen en las frecuencias correspondientes y en las áreas de cobertura deseadas.
Otro problema de los satélites de comunicaciones es que normalmente no permiten ofrecer servicios interactivos (en forma directa) a los usuarios comunes (domiciliarios). Existen servicios de Internet satelital que por su lentitud, carestía y complejidad de infraestructura sólo se utilizan cuando no hay otra alternativa. La aparición de una nueva tecnología —la banda de frecuencias Ka— podría mejorar esta situación, pero es casi imposible que sea una competencia efectiva al Internet por conductores (por línea ADSL o de TV cable) o incluso al inalámbrico desde antenas terrestres.
Por su parte, la telefonía móvil satelital terminó resultando un fracaso masivo debido a su carestía y problemas. Estos teléfonos se emplean ante la carencia de comunicaciones (zonas aisladas, plataformas petroleras, áreas marítimas, etc.) o en casos especiales. Apenas existen unos miles en Sudamérica (hasta su muerte, Alfredo Yabrán tenía uno de ellos).
El ARSAT-1 no mejorará ninguno de los grandes problemas de que experimentan las telecomunicaciones en la Argentina: no sirve para la telefonía celular y sólo podrá proveer telefonía fija o Internet en lugares muy remotos y aislados, donde no estén disponibles otras alternativas. En realidad, su principal uso se limitará a una función muy específica: transportar contenidos de televisión al interior del país, lo que en muchos casos se puede hacer también por conexiones de fibra. Ese uso incluirá el DTH de la plataforma de la TV digital abierta -TDA- estatal y, quizás, otro DTH comercial de alguna empresa “amiga” del gobierno.
Cabe recordar que el ARSAT-1 compite además con numerosos satélites cuya área de cobertura comprende la Argentina (aunque por exigencias “de bandera” tiene la ventaja de ser el único satélite sudamericano que llega a la Antártida).
En un contexto de políticas estatistas y proteccionistas, el gobierno argentino puede siempre desarrollar la tentación de forzar a operadores nacionales a contratar servicios en el ARSAT-1 a mayores precios que los internacionales o a restringir la competencia para favorecer su propio satélite. Si esto ocurriese, la supuesta “soberanía satelital” puede significar prestaciones o tarifas más desfavorables para consumidores o pymes. De hecho, esto ya está contemplado en un artículo de la Ley Argentina Digital.
¿Perdida en el espacio?
La presidenta Cristina Kirchner no paró hacer afirmaciones inexactas (o bizarras) sobre el satélite: “El ARSAT-1 fue construido íntegramente en Argentina”, señalaba en un tuit del 16.10.2014. En su página oficial de Internet (01.09.2014) dijo: “ARSAT-1 [es] el primer satélite geoestacionario 100% argentino. Todo esto no es milagro ni suerte, tampoco viento de cola. Es voluntad política, decisión de gobierno y política de Estado”.
Su estilo autorreferencial, en este caso aplicado al satélite, apareció el mismo 16.10.2014 en cadena nacional: “Si yo no hubiese ganado [las elecciones] , ¿tendríamos el ARSAT en el espacio? Es una pregunta que deben hacerse todos los argentinos […] Estoy absolutamente segura de que los satélites no se pueden derogar [y son] una conquista de todos los argentinos […] Estamos en el espacio, somos el primer país latinoamericano que produce en forma nacional un satélite geoestacional [sic]. Tenemos mucha emoción”.
También el día 16 escribió en un tuit: “Argentina se suma al selecto club de países que producen este tipo de satélites, USA, Rusia, China, Japón, Israel, India y la Eurozona”.
El diario madrileño El País relativizó estas afirmaciones en un artículo con título burlón:“El satélite 100% argentino que se fabricó en Europa” (08.09.2014). Daba a conocer que “la carga útil” del ARSAT-1 (los instrumentos tecnológicos que le permiten realizar su función) resultó fabricada “por Thales Alenia Space, una empresa europea que fue licitada por INVAP para esta tarea. Lo mismo pasó con los sistemas de propulsión y el ordenador de a bordo, que han sido encargados a Astrium, una filial de la multinacional europea EADS”.
Termina el periódico español: “De hecho, la gran mayoría de los componentes físicos del ARSAT-1 han sido fabricados fuera de Argentina”. Un periodista de ese medio se puso en contacto con el gobierno argentino requiriendo precisiones, pero el vocero oficial se negó a revelar qué parte de los componentes era nacional.
Un cable de Télam del 16.10.2014 contradijo a la presidenta y a la propaganda generada sobre este tema y sostuvo que el “50%” de los componentes del ARSAT-1 son nacionales, recogiendo declaraciones del presidente de ARSAT, Matías Bianchi, un hombre del ministro Kicillof. Pero incluso la veracidad de esta afirmación suscita serias dudas después de que Bianchi agregó: “Francia, uno de los países con mayor experiencia en la construcción de satélites, también está en ese porcentaje”. Es decir que para Bianchi, no hay grandes diferencias entre la capacidad tecnológica satelital de Francia y la de Argentina.
Cedamos la palabra a Pablo de León, ingeniero aeroespacial argentino residente en los Estados Unidos:
“El ARSAT-1 es un satélite de diseño europeo, es un bus estándar que ya existe desde hace algunos años. Te lleva 5 minutos de búsqueda en Internet y saber un poco de inglés el darte cuenta que todo el hardware y soft es comprado. Es un desarrollo de Astrium y Thales principalmente, con el aporte de otras empresas, casi todas europeas, y algunos pocos componentes norteamericanos. En el ARSAT-1 no hay desarrollo nacional, no hay know-how nacional, y no hay componentes nacionales. Todo fue desarrollado afuera”.
Cualquiera sea la verdad sobre el porcentaje exacto de elementos nacionales, la cuestión es que sus partes esenciales son extranjeras. El satélite “argentino” resultó tan ensamblado como un celular de Tierra del Fuego, un Ford Fiesta de General Pacheco o una computadora de Galería Jardín.
Fue la compañía estatal INVAP (Investigaciones Aplicadas SE) la que realizó el ensamblaje. Esta sociedad del Estado, creada en los años 70 por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), es una especie de brazo ejecutor de proyectos de tecnología de punta del Estado Argentino.
Se considera que INVAP funciona en forma
eficiente, seria, a cubierto de las vicisitudes políticas y que ha
alcanzado varios éxitos tecnológicos para el país, aunque es difícil
separar el mito de la realidad: nunca se ha hecho un estudio a fondo de sus actividades. Su gerente general, el físico Héctor Otheguy, ocupa el cargo desde hace ya un cuarto de siglo. Ha concurrido varias veces a 6-7-8, califica
a la presidente Cristina Kirchner como “la presidenta de la ciencia y
la tecnología” y le ha respondido con argumentos políticos a figuras
opositoras que objetaron algún aspecto del satélite.
El hecho de que el INVAP haya realizado en Argentina el “diseño” del proyecto, la integración de los componentes y el testeo
tiene su mérito. Sin embargo, muchos países, si se lo propusieran,
también podrían fabricar su propio satélite a partir de ensamblajes o
usando más o menos componentes nacionales. Pero no lo hacen por razones
competitivas; de la misma forma que, por ejemplo, ni Canadá, ni
Australia, ni Japón, ni Sudáfrica fabrican aviones para sus propias
aerolíneas comerciales —aunque podrían hacerlo, con mayoría de
componentes propios o ensamblados— y, en cambio, prefieren comprar ya
hechos los Boeing o los Airbus. No creen que eso comprometa su soberanía
ni su desarrollo. (Sobre el caso de la aeronáutica brasileña Embraer
ver la nota al pie número [3] de este artículo.)
En realidad, sólo Estados Unidos, Rusia,
Japón, China y la Eurozona (como unidad de 17 países) armaron alguna vez
satélites sin recurrir a componentes “extranjeros”. Pero hoy día, en
virtud de la producción globalizada, ningún país usa un 100% de piezas
“nacionales”, aunque es cierto que aquellos países pueden alcanzar un
grado de integración muy alto de elementos propios.
Por otro lado, cabe recordar que Argentina tampoco tuvo nada que ver con el lanzamiento. Menos
de 10 países en el mundo, entre los cuales no figura ninguna nación
latinoamericana, tienen la capacidad de lanzar satélites y sólo
la mitad de ellos pueden ubicar objetos en la lejana órbita
geoestacionaria, como la que usan los satélites de comunicaciones
comerciales.
En Argentina dos organismos distintos están probando cohetes
desde aproximadamente 2007, en medio de un gran secreto y algunos
fracasos, sin que resulte claro cómo se coordinan. Se trata de los
cohetes Tronador (de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, CONAE, dependiente del ministro Julio De Vido) y los Gradicom (del
Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas para la Defensa,
CITEDEF –ex CITEFA− , dependiente del ministro Agustín Rossi).
Estos cohetes se encuentran en una etapa
de ensayo, pero nunca se informa oficialmente sobre los resultados de
los lanzamientos. Se supone que algunos han llegado hasta los 100-120 km
de altura, pero tampoco se brindan datos oficiales al respecto. Lo
mismo ocurre con los accidentes: frente al hermetismo gubernamental, se
supo por ejemplo en 03.2014 que un cohete Tronador II lanzado desde
Pipinas (provincia de Buenos Aires, cerca de la base aeronaval Punta
Indio) se desplomó luego de elevarse dos metros.
Ojalá que los intentos de los científicos
argentinos fructifiquen más allá de las coyunturas relacionadas con los
diferentes gobiernos, pero la verdad es que con la poca información disponible hoy es muy difícil evaluar si estos esfuerzos conducirán a algún lado. Nunca se puede saber hasta qué punto estos intentos están “contaminados” con el efectismo K.
No puede ser que un programa de este tipo
esté rodeado por el secreto cuando en realidad debería ser todo lo
contrario: debatirse con la máxima información entre la comunidad
científica, formuladores de políticas y equipos de diferentes partidos.
Todo indica que es poco probable que estos cohetes puedan servir en un futuro cercano para lanzar satélites.
Se supone que para colocar los satélites en órbitas más bajas deben
llegar a los 300 – 500 km y tener una robustez de la cual
esos artefactos aun carecen. Para lanzar un satélite de comunicaciones
(geoestacionario) hace falta que se eleven a 36.000 km es decir, trescientas sesenta veces más altura de lo que se habría alcanzado hasta ahora.
En 2010 el director ejecutivo de la CONAE
prometió que en 2013 Argentina estaría en condiciones de poner
satélites en órbita, pero han pasado dos años de ese plazo y no hay
avances en la materia.
(Brasil ha intentado infructuosamente
lanzar satélites al espacio al menos en tres oportunidades. El intento
más importante fue en 2003, desde la base espacial de Alcántara,
Maranhão, pero el cohete estalló. El accidente dejó una veintena de
muertos y destruyó la infraestructura de lanzamiento. Pese a estos
percances, Brasil está más adelantado que la Argentina en la tarea de
colocar un satélite en órbita con medios propios.)
¿Qué quiere decir todo esto? ¿Estuvo bien
ensamblar el satélite por medio de INVAP? ¿Fue acertado lanzarlo? ¿Es
conveniente que lo opere ARSAT? ¿Puede generarse un sector satelital
sustentable que le permita a Argentina disfrutar mejor de esta
tecnología y exportar en forma sistemática[3]?
¿Las críticas contra el satélite son objeciones de peso? ¿O vienen
de sectores mezquinos que no quieren que el país sobresalga
tecnológicamente y que no pueden reconocer éxitos del gobierno?
Aquí hay una gran ensalada de
cosas diferentes, servida intencionalmente por el gobierno, que es
necesario separar cuidadosamente para poder evaluar cada ingrediente en
forma separada: una cosa es el INVAP, otra cosa la “fabricación” del
satélite, otra cosa es la necesidad y conveniencia de ARSAT y otra cosa
es que Argentina opere un satélite y bajo qué condiciones.
No cabe duda que el país debe contar
con un sector de ciencia y tecnología fuertemente apoyado por el Estado,
sin que esto signifique coartar desarrollos privados. Y nadie puede
mandar a ningún científico e investigador a “lavar los platos” como hizo
un exministro de Economía. Ese sector debe estar no sólo regido por
políticas de Estado, sino también tener un plan de prioridades.
Es que aunque parezca una perogrullada,
Argentina no es una potencia mundial y no puede investigar ni
desarrollar cualquier cosa, ni hacerlo a cualquier costo. Pero sí puede
enfocarse, a través de INVAP, en temas específicos
aprovechando ventajas comparativas —incluyendo cierto acervo tecnológico
acumulado “nacionalmente” en algunas áreas—, en cuyo marco existan
oportunidades de lograr know-how propio.
Estas tareas deben desembocar en
aplicaciones tecnológicas útiles al país y generar una industria
exportadora sustentable. El ya aludido caso de la industria de reactores
nucleares de la CNEA/INVAP ejemplifica bien este punto y es una
historia exitosa.
Pero puede haber fracasos muy caros y
hasta terroríficos. Entre ellos resaltan sin duda los intentos de
construir submarinos de propulsión nuclear argentinos (anunciados desde
hace más de 30 años) y que consumieron inútilmente miles (sí, miles) de
millones de dólares desde entonces.
Aunque resulte increíble, mientras al Ministerio de Defensa se le hundían barcos solos (ver Google Earth,
coordenadas 38º 53′ 42.50″ S, 62º 06′ 15.50″ W, imágenes de 2014, en
Puerto Belgrano) y mientras el Ministerio de Planificación no puede
garantizar electricidad en el verano, este proyecto de submarinos
nucleares se volvió a anunciar durante la etapa K.
A menor escala figuró la fallida
Resolución 44 de la Secretaría de Industria que, en los años 80, buscó
infructuosamente desarrollar hardware informático en el país.
(Un caso diferente, por sus repercusiones negativas de política
internacional, fue el cancelado proyecto secreto del misil Cóndor II
desarrollado igualmente en la década del 80 y financiado por naciones
árabes).
Sobre el satélite en sí mismo, quizás no
estuvo mal el proyecto de ensamble para demostrar las posibilidades del
país. (Un satélite típico de comunicaciones cuesta alrededor de 280
millones de dólares, más unos 30 millones de esa moneda en concepto
de lanzamiento; son aproximadamente los costos efectivos del ARSAT-1.)
Lo que estuvo mal es la utilización política de este hecho, rodeada de una retórica tan triunfalista como basada en falsedades.
Como ya se ha visto, muy poco de este
artefacto respondió a tecnología “argentina”. La tecnología de satélites
de comunicaciones no encierra ningún misterio y es ofrecida por
numerosos fabricantes mundiales. Por lo demás, países como los
latinoamericanos adquieren satélites de comunicaciones cada 10 o 15
años. (En los últimos 30 años, Latinoamérica ordenó solamente una decena
y media de satélites de comunicaciones a cinco o seis fabricantes
distintos y no se prevé que el ritmo de encargos de objetos de este tipo
se incremente indefinidamente.)
Todo esto determina un mercado
relativamente pequeño para que una nación como Argentina pueda
participar con éxito en esta industria, sirviendo verdaderamente a
necesidades internas y de exportación. Sin embargo, sí tiene más
sentido la investigación y desarrollo de componentes y diseños para
satélites científicos y experimentales (como los SAC, ver cuadro), donde
Argentina puede mostrar algunos logros reales.
En cambio, ARSAT exhibe
un historial bastante decepcionante. Se dice que la empresa fue creada
de apuro para evitar que Argentina perdiera las posiciones orbitales “de
bandera”, asignadas por acuerdos internacionales, debido a la
desastrosa gestión de Nahuelsat S.A., la empresa mayoritariamente
extranjera que se encargaba del satélite argentino (Nahuel 1) desde
1997.
Pero esta es una verdad a medias.
El carácter privado de Nahuelsat no tuvo que ver con el fracaso de esta
operación: con muy pocas excepciones, casi todos los satélites de
comunicaciones de Occidente son propiedad de empresas particulares. Lo
que ocurrió es que Nahuelsat se vio duramente golpeada por la crisis y
devaluación de 2001. Pero, al contrario de otras compañías, no recibió ayuda ni apoyo del gobierno.
Pocos recuerdan que Guillermo Moreno
fue titular de la Secretaría de Comunicaciones durante los tres
primeros años del gobierno de Néstor Kirchner. Allí comenzó su fama de
mantener reuniones con una pistola sobre su escritorio y fue en esa
etapa cuando se desarrolló una fuerte animosidad entre el gobierno y
Nahuelsat. Moreno fantaseaba entonces con crear una red celular estatal y
con el monopolio estatal de los servicios satelitales.
La inseguridad jurídica resultante —y el
espanto que causaba Moreno, aún desconocido a nivel público— influyeron
para que Nahuelsat pospusiera indefinidamente el lanzamiento de otro
satélite para cubrir la segunda posición orbital asignada a Argentina.
La compañía no sólo no quería operar un segundo
artefacto, sino deshacerse del único que tenía, ya al punto de la
obsolescencia. Al final lo consiguió: se lo vendió al Estado Argentino
por… ¡un peso! Así se creó ARSAT.
Ya en 2005, Moreno alquiló en condiciones
leoninas un satélite canadiense de segunda mano para cubrir la segunda
posición orbital. Lo bautizó Pueblo Peronista-1 (PP-1)
y a los 33 días dejó de operar. A la vez, el satélite que acababa de
adquirir a Nahuelsat también se tornó completamente inutilizable. Para
2007, Argentina tenía dos posiciones orbitales asignadas y ningún
satélite operativo. Esta situación, por supuesto, implicaba un peligro
real: Argentina debía emplear tales posiciones luego de un tiempo o se
perderían en favor de otros países.
El Estado Argentino podría haber licitado, con las debidas garantías, ambas posiciones
—como hacen gran parte de los países, incluso México y Brasil—,
preservándolas mediante la colocación de dos satélites operados por
compañías privadas responsables y comprados a cualquiera de los
fabricantes de plaza. Esto hubiese permitido resolver el
problema en aproximadamente un año y medio. Además, tal solución no le
hubiera costado un peso al gobierno sino que, más aún, hubiera generado ingresos a las arcas fiscales como resultado de los impuestos cobrados a tales compañías.
Debido a que se trata de las posiciones
orbitales “de bandera”, de haberse seguido este proceder, las compañías
adjudicatarias de las órbitas tendrían ciertas obligaciones mínimas,
como suministrar una señal más potente sobre suelo argentino
(posibilitando el uso de parabólicas más pequeñas), así como llegar con
sus señales hasta la Antártida (cosa que los satélites competidores no
pueden hacer).
Pero el gobierno kirchnerista prefirió que la estatal ARSAT construyese y operase los satélites y se tomó para ello nada menos que ocho años, lo cual forzó a que Argentina alquilara durante ese periodo dos satélites usados, pagando decenas de millones de dólares.
Frente a los casi mil millones de dólares que el Estado Argentino desembolsará en los tres satélites de ARSAT (además del ARSAT-1 se planean dos más
para los próximos años, los que previsiblemente generarán una mayor
sobreoferta de conexiones) sus beneficios serán muy escasos. Más que
nada serán aprovechados por canales de TV estatales (incluida la TDA
estatal, que sólo emite señales oficialistas y apenas es vista por una
audiencia mínima) y algunos canales y señales de cable privadas.
Además, los ARSAT competirán con una
decena de sistemas (satélites latinoamericanos, norteamericanos,
europeos y multinacionales) que brindarán servicios parecidos en las
mismas áreas geográficas.
Precisamente por esta competencia de
“cielos abiertos” en telecomunicaciones satelitales la importancia de
las posiciones orbitales “de bandera” ha tendido a diluirse, ya que hoy
día desde una posición orbital de un país se suministran servicios a
muchos otros. Muchos satélites pertenecen a empresas globales o
“extranjeras”, respecto del país titular de las órbitas, y sin embargo
prestan servicios a ese y otros países sin problemas.
Por ejemplo, los satélites de comunicaciones mexicanos
son operados en la actualidad por tres entidades: Eutelsat
(multinacional francesa), QuetzSat (consorcio entre capitales privados
nacionales y la multinacional europea SES) y la SCT (estatal).
Y en un país tan “nacionalista” como Brasil, sus satélites de comunicaciones civiles están en manos de tres compañías completamente privadas y “extranjeras”[4]:
los StarOne son de Embratel/Claro —empresa del magnate mexicano Carlos
Slim que paradójicamente carece de artefactos sobre su propio país—, los
Hispamar pertenecen mayoritariamente a la española Hispasat (a ellos
tiene acceso Telefónica, igualmente española) y el satélite Telstar es
propiedad de Telesat, de origen canadiense. (Claro y Telefónica operan
empresas de telefonía fija y celular en el territorio brasileño.)
Entre 2011 y 2014 ARSAT devengó déficits
del orden de los 2.000 a 4.000 millones de pesos anuales —según datos de
las cuentas ahorro-inversión que publica el Ministerio de Economía— y
suele recaudar no más de 10 por ciento de su presupuesto. Es decir, sus números generan unos rojos comparables a los de Aerolíneas Argentinas, pese a que desde 2007 ARSAT está exenta de pagar impuestos (incluso IVA y gravámenes nacionales).
Como empresa, y no sólo en el campo
satelital, ARSAT exhibe más fracasos que logros. Sus abultadas pérdidas
no han servido siquiera para alcanzar objetivos sociales ni de alta
tecnología.
Desde 2010 ARSAT llenó el país de transmisores terrestres de la Televisión Digital Abierta
(TDA) y repartió más de un millón y medio de decodificadores para que
los aparatos de TV más antiguos pudiesen captar la señal. Este
despliegue costó hasta fines de 2014 unos 7.000 millones de pesos y se
hizo para transmitir señales oficialistas y “amigas” del gobierno, al
margen de la Ley de Medios y en violación de ella en varios
aspectos: convierte en canales abiertos de alcance nacional a varias
señales privadas que no deberían llegar a más del 35% de la población.
Tanto empeño e inversión sólo han generado una audiencia regular mínima:
100.000 hogares (el uno por ciento de los hogares del país, según
estudios).
Por otra parte, ARSAT creó a un costo considerable una Red Federal de Fibra Óptica de unos 25 mil kilómetros de extensión y que recorre todas las provincias argentinas. Esa Red, que hasta ahora costó unos 10.000 millones de pesos, permanece desde hace dos años “apagada”
(salvo un pequeño tramo en el estrecho de Magallanes y otro en la
provincia de Buenos Aires) porque no se sabe qué hacer con ella ni qué
política de precios e interconexiones se debe establecer.
En 2012, ARSAT se propuso crear una empresa celular estatal. Se le buscó un nombre: Libre.ar, un logo, un slogan (“y los libres del mundo responden”).
Y hasta se filmaron avisos publicitarios que sólo aparecieron en
Internet. Todo este movimiento —como es costumbre en el kirchnerismo—
generó jugosos pagos y comisiones. Pero la compañía no se creó ni se creará jamás:
urgido por exigencias de caja, el gobierno prefirió cobrarles miles de
millones de dólares a las operadoras celulares existentes para venderles
espectro.
Otro proyecto fallido de ARSAT fue un descomunal megacentro de datos
emplazado en la estación Benavídez, a un costo secreto pero
aparentemente sustancial. Entre otras cosas se buscaba que los
organismos estatales lo usaran como centro de acopio de información. El
periodista Diego Cabot, de La Nación, aludió a la “resistencia
de los organismos públicos de entregar el tesoro de los datos a […]
Julio De Vido y sus muchachos. Aún resuenan las carcajadas que se
sintieron [cuando la AFIP] recibió el pedido de mudanza de sus datos”.
La Auditoría General de la Nación (AGN) ha emitido informes muy críticos de ARSAT.
Entre otras cosas ha señalado que el tendido de fibra óptica sufrió
importantes demoras y que ARSAT recurrió a varios fideicomisos para
financiar obras que no fueron aprobadas por ley. En el caso de la TDA el
organismo afirma no saber con precisión cuántas antenas y
decodificadores se entregaron. Algunos de estos últimos llegaron a
repartirse en zonas en las que no existían transmisores. Peor aún,
destaca que la fabricación de los decodificadores, que iba a ser
originariamente efectuada por INVAP, terminó tercerizándose —acto
prohibido por el contrato— en beneficio de empresas amigas del gobierno
(como una compañía de los Cirigliano, exresponsables del Ferrocarril
Sarmiento).
La AGN ha encontrado también
irregularidades en los casos satelitales (Actuación 195/10). Dice que
“no se adoptaron los recaudos” necesarios para ocupar las órbitas en
tiempo y forma, que hubo “deficiencias en la tramitación de
expedientes” y “falta de integridad en la documentación”. El mismo
organismo denunció a ARSAT a fines de 2012 a la Unidad de Información
Financiera (UIF) por sospechas de lavado de dinero y alquiler de títulos
de deuda argentina por 51 millones de pesos a un operador de mercado.
Al final de este acuerdo, ARSAT cobraría capital e intereses.
Por supuesto, la AGN no puede auditar el
grado de veracidad o propaganda del discurso emanado del poder político.
Pero cualquiera que cotejara lo que se dice desde el gobierno con la
realidad del ARSAT-1 llegaría a la misma conclusión: la llamada “soberanía satelital” y los satélites “fabricados” en la Argentina son partes de un Relato que ha llegado hasta el espacio.+
El ARSAT-1 se lanzó conjuntamente con un satélite Intelsat usado por DirecTV para prestar servicio a Argentina y otros países. ¿Mera coincidencia o concordancia de intereses? Cristina Kirchner ha elogiado repetidamente a DirecTV, compañía norteamericana a punto de ser comprada por el gigante de telefonía AT&T y en cuya grilla nacional no retransmite ningún canal abierto local del interior argentino, como sí deben hacerlo obligatoriamente los cables en sus zonas de influencia. (En los Estados Unidos, DirecTV sí reproduce los canales abiertos de cada zona del país.)
[1] Incluyendo, por ejemplo, el poco conocido caso en 1969 del envío a la estratósfera –82 kms- del mono Juan en
un cohete Canopus despegado desde la base de El Chamical, en La Rioja,
experimento a cargo de la entonces Comisión Nacional de Investigaciones
Espaciales (CNIE) de la Fuerza Aérea Argentina. El animal fue recuperado
vivo tras el descenso del artefacto.
—
[2]
Los satélites de comunicaciones civiles usan casi exclusivamente
órbitas geoestacionarias. En esas orbitas, ubicadas a 36.000 kilómetros
de altura sobre la línea ecuatorial, los artefactos rotan a la misma
velocidad que la Tierra, por lo cual aparentan estar fijos y siempre en
la misma posición para un observador terrestre. Eso hace posible que las
antenas parabólicas apunten a una dirección fija para trabajar con un
satélite determinado (como las antenas de DirecTV).
Existe un número limitado de
órbitas geoestacionarias alrededor del planeta, por lo cual la Unión
Internacional de Telecomunicaciones (UIT, organismo multilateral)
atribuye órbitas definidas a cada nación. El país titular de
la posición orbital geoestacionaria goza del derecho exclusivo de
autorizar a un operador satelital específico para el uso de dicha
posición, por eso se llaman a veces posiciones orbitales “de bandera” y,
a los satélites estacionados sobre las mismas, “satélites de bandera”.
Los satélites de una posición externa a
la determinado país pueden cubrir el territorio de este último (es
decir, prestar servicios de telecomunicaciones en él) sólo si dicho país
los autoriza.
Por último, si una nación no utiliza una
posición orbital geoestacionaria luego de cierto tiempo, puede perderla
en favor de otra nación.
—
[3]
Como los reactores nucleares para la generación de radioisótopos que la
CNEA vende desde los años 60 a Australia, Argelia, Egipto y Perú.
Brasil presenta otro caso interesante: Embraer, la tercera exportadora
de aviones de transporte civil de pasajeros en el mundo luego de Boeing y
Airbus. Es un caso de éxito desarrollado inicialmente por el Estado
brasileño cimentado por una política realista e inteligente de buscar en
forma oportuna una ventaja comparativa en el mercado
aeronaútico internacional, si bien su verdadera proyección tuvo lugar
tras su privatización en 1994 (el gobierno brasileño conserva la “acción
de oro” de la compañía).
—
[4]
Brasil pondrá en órbita en 2016 un satélite geoestacionario estatal de
comunicaciones para uso exclusivo de las oficinas de gobierno y unidades
militares, construido por la firma francoitaliana Thales-Alenia y que
será lanzado desde la Guayana Francesa.