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martes, 11 de julio de 2017

Una mirada radical sobre la violencia de los '70- Por Pedro Azcoiti

Ernesto Sábato entrega al Dr. Raúl Alfonsín la versión original del
"Nunca Más"
Una síntesis exacta de lo ocurrido en los '70, con alguna pincelada de nuestros días. No hay justicia sin Verdad y la verdad, es la gran sed, la gran experiencia y el gran sustento del autor, de la democracia y de la república. Tanto como la Justicia (C.C.)
oooooooooooo


"Verdad, Justicia, Memoria"


En su libro “Un testamento de los años 70”, Héctor Leis se pregunta: “¿existe alguna jerarquía entre verdad, justicia y memoria?”; y se responde “Para la tradición ética occidental no hay duda de que la verdad es el valor principal. Mal se podría hacer justicia sin el conocimiento de la verdad”
Creo entonces que a la consigna “Memoria, Verdad y Justicia” habría que invertirle los términos y mutarla a “Verdad, Justicia y Memoria”. ¿Por qué digo esto?, porque si anteponemos a la verdad y a la justicia la memoria estamos priorizando nuestra propia subjetividad.
Ejemplo de esto: los 30.000 desaparecidos, son 30.000 y punto. No importa que en ningún lado esté demostrado ese extremo. Si la memoria de los 30.000 la anteponemos a la verdad difícilmente hagamos justicia. Lo más ajustado a la verdad son los 8961 casos registrados por la CONADEP.
Cuando hablo de verdad y justicia no me refiero solo a la verdad demostrada en estrados judiciales, sino a la verdad histórica.
Esto fue lo que intentó hacer y creo que lo lograron, Raúl Alfonsín y el radicalismo en 1983.
Veamos. No se construyó primero un “relato” que sería la memoria; sobre ello se estableció una verdad y a partir de ella se hizo justicia. Se buscó la verdad con el trabajo de la CONADEP, a través de declaraciones testimoniales, documentos, inspecciones de lugares de detención etc. Se logró una aproximación a la verdad. Sobre esa verdad se impartió justicia y a partir de allí construimos la memoria.
Por esto, con verdad y justicia, debemos construir nuestra propia memoria, nuestro relato para contraponerlo con el relato que durante estos últimos años han tratado de imponernos y creo que lamentablemente con éxito.
Dicho esto, y para que no queden dudas, aunque creo que no las hay en este auditorio, sostenemos que hubo un plan sistemático de desaparición, tortura y muerte por parte de la dictadura militar 76/83, tal como quedó demostrado en el juicio a las Juntas.

Libertad, democracia y derechos humanos

¿Desde dónde hablamos? Hablamos desde una militancia de más de cuarenta y cinco años en el radicalismo. La Juventud, la Franja y el propio partido han sido los ámbitos en donde junto a muchísimos otros dejamos testimonio de una línea coherente en defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Creemos que no hace falta recordarlo, pero por las dudas vale la pena repasar someramente nuestra presencia en APDH con Alfonsín a la cabeza. La FUA y Centros de Estudiantes conducidos por la Franja participando en toda actividad vinculada a la defensa de los derechos humanos, al igual que la juventud radical. En infinidad de actividades con distintas organizaciones populares para preservar desde la vida y libertad de nuestros militantes hasta el trabajo en pequeños espacios de militancia que día a día se disputaban. Hacemos esta aclaración
-que bien podría ser objeto de un trabajo en particular- porque hay quienes creen tener la exclusividad de la oposición a la dictadura militar, negándole al radicalismo el rol activo de aquellos años en defensa de los DD.HH.
Quiero reivindicar y creo que desde el radicalismo debe ser tomado como una actividad militante el reconocimiento y homenaje permanente a la CONADEP, y el NUNCA MAS, en particular el prólogo que fuera modificado en otra actitud que muestra la calidad moral del peronismo en su versión kirchnerista. 

“Durante la década del 70` la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda...” así comienza el prólogo del NUNCA MÁS para continuar más adelante y luego de reivindicar el combate al terrorismo llevado adelante en Italia contra las Brigadas Rojas indicando “No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humano”.
Es cierto que la historia Argentina no ha sido un lecho de rosas, los enfrentamientos entre distintas fracciones marcaron el siglo XIX, unitarios y federales hasta la reorganización nacional, procesos eleccionarios viciados de nulidad que implicaban violencia y represión contra el adversario, levantamientos armados contra el régimen dieron origen a nuestro partido y luego a parir de 1930 sucesivos golpes de estado caracterizaron la vida política nacional cada uno de esos golpes significaron proscripción de la vida política, represión, cárcel, tortura y muerte; llegando en 1976 al paroxismo.


Los 70:  las organizaciones armadas con métodos terroristas

La resistencia popular a cada uno de esas dictaduras se manifestó de diferentes maneras pero es a partir de fines de los 60 que aparece un fenómeno nuevo: organizaciones armadas con métodos terroristas.
Alguien nos podrá decir que esto no era nuevo, que en las primeras décadas del siglo XX existieron atentados anarquistas con estas características, seguramente sí, pero no tuvieron la continuidad ni la intensidad del fenómeno en los 70.
Y surge claramente como fenómeno nuevo el terrorismo. Entendemos por tal la forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general. 
Augusto Timoteo Vandor
colaboracionista. Asesinado


Los asesinatos de Vandor (dirigente sindical metalúrgico que participó de la asunción de Onganía y fue colaboracionista de la dictadura y enfrentado a Perón) y de Pedro Eugenio Aramburu (presidente durante la Revolución Libertadora) son una prueba de ello en el inicio de este fenómeno. Paradojalmente podríamos aceptar la legitimidad del accionar de estos grupos basándonos en principios del liberalismo por ellos denostado, aceptando la violencia para recuperar derechos que nos son negados. Siendo así ninguna legitimidad tiene entonces el accionar de las organizaciones armadas después de 1973.

¿Qué pasaba en 1976?
¿Cómo fue el período inaugurado en 1973?

Acá quiero detenerme. ¿Qué pasaba en 1976?, ¿Cómo fue el período inaugurado en 1973?
Es conocido. En 1973
gana las elecciones la formula mpora-Solano Lima que a los pocos meses es forzada a renunciar, convocándose a nuevas elecciones en septiembre donde la formula Perón-Perón saca más el 60% de los votos.
Durante el breve gobierno de Cámpora hubo una importante participación de los sectores denominados de “izquierda peronista” los que fueron barridos
luego de su caída. Cámpora fue reemplazado por Lastiri, yerno de López Rega. Recordemos lo que pasó el 20 de junio del 73 en Ezeiza con el retorno de Perón, al día de hoy no sabemos cuántos muertos hubo.
En octubre de ese 1973 se lleva adelante lo que se denominó “Operativo Dorrego”. Al mando del ejército estaba el Gral. Jorge Raúl Calcagno, quien se definía como “nacional y popular” y participaron entre otros los Grales. Cesio y Harguindeguy. 
 VESTIDO PARA MATAR.
Por decreto 1350 del
 3 de mayo de 1974,
 firmado por Perón, José López Rega,
cabeza de la banda clandestina paraestatal Triple A, fue ascendido
a comisario general
El operativo consistió en auxiliar a los partidos de centro-oeste de la provincia de Bs. As., afectado por una devastadora inundación y en él participarían tropas del ejército y militantes de la JP y Montoneros. Más allá de las buenas intenciones que pudieran tener, el objetivo último era integrar oficiales y suboficiales al proyecto revolucionario. Esto fue 40 años antes de Milani, un intento de tener un ejército nacional y popular al servicio del proyecto peronista.

Volviendo a Ezeiza. Es a partir de ahí que se desata un verdadero baño de sangre que se profundizará aún más en marzo de 1976.
Según Pilar Calveiro, ex militante montonera, actualmente radicada en México que estuviera detenida desaparecida en 1977 entre mayo de 1973 y abril de 1974 se produjeron 1760 hechos armados; entre mayo de 1974 y abril de 1975 fueron 2425, y entre mayo de 1975 y marzo de 1976 ascendieron a 4324. Para los mismos períodos, las muertes se distribuyeron como sigue: 754 el primer año, 608 el segundo y 1612 el tercero, con fuerte predominancia de bajas de la izquierda y el peronismo disidente (68%). Si entre mayo y noviembre de 1973 hubo 83,8% de heridos y 13,2% de muertos, entre octubre de 1975 y marzo de 1976 hubo 35% de heridos (éntrelos que predominaba el personal de seguridad) y 65% de muertos. (Política y/o Violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años 70.
Justicia Ya sostiene que entre el 20 de junio de 1973 hasta el inicio de la dictadura militar hubo 900 desapariciones y 1500 asesinatos y además estiman que una 3000 personas fueron detenidas por c
ausas políticas.
En medio de este caos hubo una gran línea divisoria. De un lado los que con profundas diferencias adscribíamos al sistema democrático y nos oponíamos al golpe.
Del otro lado quienes sostenían que el sistema democrático estaba agotado y que la instalación de una dictadura militar aceleraría la toma de conciencia revolucionaria del pueblo. Esta tesis era sostenida por unos en el terreno teórico, por otros en el terreno de la lucha armada.
En un lado y otro había militantes políticos, sociales, obreros, religiosos, estudiantiles e intelectuales que nutrieron mayoritariamente la lista de muertos y desaparecidos victimas del terrorismo de estado.

No era posible escuchar en aquellos grupos que abrazaron la lucha armada la más mínima reivindicación de los derechos humanos. Ni hablar del sistema democrático o la “europeizante” socialdemocracia, quien osara tamaña tropelía sería catalogado de “liberal-burgués” o miembro de la “partidocracia-liberal” categorías próximas a la traición a la patria en la escala de valores montonera.
Aún en corrientes de izquierda que no adherían a la lucha armada no se les cruzaba por la cabeza la defensa de la democracia y los DD.HH. tal como la concebíamos desde el radicalismo. Con honestidad intelectual lo dice Beatriz Sarlo “
…sé que la idea misma de “derechos humanos” me era completamente ajena”. 

Firmenich, cómplice del terrorismo de Estado

Socios para la muerte

En un memorable reportaje que Gabriel García Márquez realiza a Mario Firmenich, líder de montoneros, este dice claramente: “Desde octubre de 1975, cuando todavía Isabelita Perón estaba en el gobierno, ya sabíamos que en un año habría golpe. No hicimos nada para impedirlo porque, en definitiva, también el golpe formaba parte de la lucha interna del movimiento peronista. Pero hicimos nuestros cálculos, cálculos de guerra, y nos preparamos para sufrir, en el primer año, un número de bajas humanas no inferiores a 1.500 unidades”.

Aquí en La Plata nos tocó lidiar con la CNU por derecha y FURN y FAEP, luego JUP por izquierda, a modo de ejemplo: “¡oy, oy, oy, que contento que estoy, viva los Montoneros que mataron a Mor Roig!", gritaban varias centenas de militantes de la JUP ante el asesinato del ex ministro del interior. Sectores de la propia JP confesaban que el “operativo” había sido para “tirarle” el cadáver a la conducción de la “orga”.
“En La Plata hay un cine que no tiene boletero, porque le dieron el vuelto los comandos Montoneros” entonaban algunos miles en los jardines de la Universidad Nacional de La Plata cuando un comando acribilló a balazos a un militante de la Concentración Nacional Universitaria que trabajaba como boletero del Cine 8 ubicado frente a la parte posterior de la Legislatura. Por la noche la CNU mataba a Pierini, Chávez (padre e hijo) y Macor, todos ellos militantes de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo.
“¡oy, oy, oy, que contento que estoy,
viva los Montoneros que mataron a Mor Roig!"
,
 gritaban varias centenas de militantes de la JUP 
Digamos también con absoluta claridad que el terrorismo de estado comenzó mucha antes que el 24 de marzo de 1976. El 21 de noviembre de 1973 hacen su debut la Triple A, haciendo detonar una bomba en el automóvil Renault 6 de Hipólito Solari Yrigoyen en una cochera de la calle Marcelo T. de Alvear.

La voladura ocurrió horas después de una sesión del Senado en la que había sido la figura central. Se trataba en el recinto la ley de Asociaciones Profesionales. Sostenía que aquella ley consolidaba una "oligarquía sindical". Enseguida, Lorenzo Miguel, uno de los hombres más fuertes del sindicalismo dominante, paradigma del burócrata sindical calificó públicamente a Solari Yrigoyen como "enemigo público número uno".
Más que claro quiénes eran la TRES A. El primer traspié del gobierno de Raúl Alfonsín fue también el rechazo a la ley de asociaciones profesionales por la que intentó democratizar el movimiento obrero y la oposición peronista lo impidió.
Muestra clara de la orientación del gobierno de Perón lo expresa Jesús
Rodríguez en un artículo publicado en Clarín 1º de julio refiriéndose a la relación Perón-Pinochet. “Ambos gobiernos sostuvieron estrechas relaciones bilaterales, coronadas por tres muestras de apoyo: el encuentro, en mayo de 1974, de Perón y Pinochet en el aeropuerto de Morón; la “Gran Cruz de la Orden de Mayo al Mérito Militar” que el gobierno Justicialista entregó al dictador chileno al cumplirse el primer aniversario del golpe y la visita de Pinochet a la Argentina para reunirse con María Estela Martínez en 1975.
Debut de la Triple A con una bomba en el auto
del radical Hipólito Solari Yrigoyen

La cercanía política de los gobiernos de Pinochet y Perón se expresó, asimismo, cuando la Argentina aportó su voto en las Naciones Unidas para rechazar los proyectos de condena a la violación de los derechos humanos en Chile en 1974 y 1975. La sanción –con el voto negativo de nuestro país y la abstención de Estados Unidos- fue aprobada.
En este contexto es que se funda la APDH el 18 de diciembre de 1975, tres meses antes del golpe. Todos conocemos la participación de hombres y mujeres del partido en este organismo. Las primeras misiones de la APDH fueron recolectar, registrar, ordenar y proteger las denuncias y los testimonios de familiares de personas desaparecidas o víctimas del terrorismo de Estado de diferentes formas de violaciones a los Derechos Humanos tales como secuestros, torturas, desapariciones, etc.

Pinochet y Perón

Los dos amigos
Acá quiero detenerme y hacer un comentario sobre algo que sostengo hace mucho tiempo y que creo que fue Graciela Fernández Meijide quien lo dijo en el entierro de Alfonsín. El valor de la actitud de Alfonsín y tantos otros (sería odioso enumerar porque serían inevitables las omisiones) fue el de convertirse en férreos defensores de los DD HH no desde el dolor, como los organismos de familiares constituidos después del golpe, sino desde la convicción.
Un párrafo para la actitud asumida por el conjunto de la dirigencia política, los partidos más importantes se opusieron al golpe. Son conocidos los discursos de Ricardo Balbín y Oscar Alende presidentes de la UCR y PI respectivamente.
Debemos decir que una buena cantidad de intendentes radicales siguieron en el cargo. El argumento fue similar al que usaron algunos para hacerse K o incondicionales del gobernador/a de turno: preservar el poder territorial. Preservarlo para ellos.
También que el PC defendía a Videla
porque era
un Gral. Democrático y había que parar el Pinochetazo, haciendo alusión a la dureza del golpe de estado dado en Chile tres años antes. Lo que no decían era que la dictadura militar tenía buenas relaciones comerciales con la URSS y esta era una de los principales defensores en los foros internacionales donde se oponía a cualquier condena. Cuba acompañaba las posiciones de la URSS.

Y llegó el "golpe"
Sergio Karakachcoff, radical
Héroe y mártir


Y llegó el golpe. Aunque hoy parezca descabellado se anunciaba por los diarios, recuerdo que nos avisaron que nos escondiéramos y así lo hicimos. A modo de anécdota quienes por aquellos días estábamos en la conducción del CED lo hicimos en el departamento de Marcelo Garay 57 entre 6 y 7.
Se desató una verdadera cacería.
Nos fuimos de La Plata, el sentido común indicaba que en el interior estaríamos más seguros. En mi caso no fue así.
La actividad se restringió a lo mínimo, alguna reunión de contacto y punto. Se clausuraron los centros y se prohibió toda actividad política.
Regresé a La Plata a mediado de año. Permítanme un homenaje a Conrado Storani y Raúl Alfonsín por haber sido en gran parte los gestores de que hoy yo esté aquí.
Mario Abel Amaya
Héroe y mártir

Al poco tiempo, el 10 de septiembre, matan a Sergio Karakachof y a poco más de un mes el 19 de octubre a Mario Amaya. No podemos obviar el recuerdo de los discursos de Fredi (Federico Storani) en el balcón de 48 y de Anselmo Marini en el cementerio. Era 11 de septiembre día del maestro y allí con los que habían pasado tirando tiros por la sala velatoria exhibiendo sus armas, señalándolos, les dijo parafraseando a Sarmiento: “Barbaros las ideas no de matan”. 
Llevamos adelante panfleteadas en los dos casos, el susto no se los puedo describir.
Es público el clima de terror que se vivía. Los fusilamientos que se hacían pasar por tiroteos eran moneda corriente.Cada jefe de zona era amo y señor de vidas y patrimonio. Conrado Storani, en aquellos días de búsqueda, le confesó a mi padre que el propio Olivera Rovere le había informado que no podían dar órdenes a los jefes de zona, que podían sugerir, pero que cada uno tenía el poder absoluto.
Las reuniones se hicieron más frecuentes, se reorganiza la FUA y Marcelo Marcó sale presidente, reabrimos el CED bajo la forma de cooperativa y hacia 1980/81 la represión aflojaba. El de Agronomía siguió funcionando por la impresión de apuntes.
La dureza original de la dictadura comenzaba resquebrajarse, en el ámbito político se crea la multipartidaria y las protestas gremiales comienzan a multiplicarse. 
El 2 de abril de 1982 a dos días de una multitudinaria marcha sobre plaza de mayo la dictadura invade Malvinas.

Federico Storani, la Voz necesaria
Heroico defensor de la democracia


Pocas voces se alzaron en contra de tamaño desatino, la de Raúl Alfonsín, la de Arturo Illia (quien se negó a viajar a las islas invitado como expresidente) y la nuestra; cuando digo nuestra es nuestra porque no toda la JR se opuso. El documento de Necochea, fruto del seminario realizado en aquellos días por la JR de Bs. As.en mi ciudadasí lo demuestra.
Durante todos estos años de dictadura fueron prácticamente exterminadas las organizaciones guerrilleras. El ERP casi inmediatamente con la muerte de su máximo jefe, Santucho. En el caso de Montoneros la militarización llegó a limites absurdos: “todo nuestro accionar político está condicionado a nuestro accionar militar” (“Autocrítica” documento interno de 1976 citado por Pilar Calveiro).
El grado de locura se profundiza: cito otra vez a Pilar Calveiro:”A medida que la lucha se hizo más violenta, a partir de 1976, Montoneros afianzó la lógica de que todo lo que no es revolucionario es contrarrevolucionario. Se promovió desde la conducción el fusilamiento de militantes que fueran o se supusieran traidores, se insubordinaran, conspiraran, hicieran defraudaciones, abusaran de su autoridad, encubrieran el incumplimiento de sanciones jerárquicas o bien que pretendieran abandonar la organización. Uno de los ejemplos más patéticos es el de Ignacio Orueta, ejecutado “por las dudas”, ya que no había certeza de la acusación que se había levantado: estar ligado al ex ministro de José López Rega
Entre 1979/80 los Montoneros planearon y llevaron adelante lo que se denominó la contraofensiva, consistió en hacer regresar a combatientes porque entendían que se estaba debilitando la dictadura y era el momento de atacar. Cristina Zucker, cuyo hermano fue asesinado en esa contraofensiva describe lo sucedido y responsabiliza a la conducción de las muertes inútiles de la mayoría de los que regresaron, aún a aquellos como Bonasso que dicen haberse opuesto.

Malvinas, el triunfo de Raúl Alfonsín
y el fin de la dictadura


Y así la derrota de Malvinas precipita la caída de la dictadura convocándose a elecciones para 1983.
A diferencia de todos nuestros vecinos la nuestra no fue una salida acordada, ni negociada. Recuerdo haber escuchado a Alfonsín decir que los pueblos no salen de las dictaduras como quieren sino como pueden.
No por repetido deja ser necesario a veces recordar algunas experiencias. Muchos tratan de minimizar lo que significaron estos hechos históricos protagonizados por el gobierno de Raúl Alfonsín.
Un gobierno que surge de la voluntad popular, recibe el gobierno de quienes hasta ese momento detentaban la suma del poder público.
Se desemboca en el proceso electoral luego de la derrota de Malvinas, no hubo una transición acordada, aunque la dictadura lo intentó, los hechos precipitaron la salida electoral.
El candidato del peronismo, partido favorito para triunfar en esas elecciones, Italo Luder, sostenía que la ley de autoamnistía dictada por la dictadura militar antes del retiro era válida y no podía anularse, lo que impedía toda posibilidad de juzgamiento a los responsables del terrorismo de estado. Así lo sostuvo el peronismo en su conjunto.
No se recuerdan voces alzadas desde ese partido reclamando juzgamiento a los responsables del terrorismo de estado. El PC expresión de la izquierda en aquellos años vota al peronismo, Herminio Iglesias incluido.
Se realizan las elecciones, triunfa la Unión Cívica Radical con Raúl Alfonsín. El radicalismo logra mayoría en la Cámara de Diputados, no así en el Senado donde el peronismo la obtiene.
Entre las primeras medidas de gobierno se ordena el juzgamiento de los miembros de las juntas militares y los principales líderes de las organizaciones guerrilleras el día 13/12/1983 mediante decretos 157 y 158/83. Al mismo tiempo se constituye por decreto del Poder Ejecutivo Nacional la CONADEP (Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas).
El Senado con mayoría peronista decide no integrarla. Por el contrario la Cámara de Diputados integra la Comisión. El único partido que nomina sus representantes es la UCR. Los diputados Horacio Huarte, Hugo Piucill y Santiago López son sus integrantes. Ni el PJ, ni el PI, ni Augusto Conte Mc Donald de la DC y conspicuo militante de los derechos humanos la integran. Solo el radicalismo.
Pero además recordemos que varias voces “progresistas” se alzaron criticando a la CONADEP porque “no investigaría a fondo”.
Así tuvieron que enfrentar el presidente Raúl Alfonsín y la Unión Cívica Radical el juzgamiento del terrorismo de estado en los primeros momentos de la transición democrática.
Este era el panorama en aquellos años. Videla, Massera , Agosti y Cia. no eran los viejos octogenarios que enfrentó Kirchner. Hasta unos días antes habían detentado la suma del poder público.
Primera Junta Militar, Videla, Massera y Agosti

Recordemos que el anterior gobierno democrático, surgido de las elecciones de 1973, con un poder político mayor aún al del 83`, gobierno venerado por algunos feroces críticos del gobierno radical como Verbitsky y Bonasso, hoy devenidos en fervientes defensores de los derechos humanos, no fue capaz de juzgar a nadie. Ni siquiera a los responsables de los fusilamientos de la Base Almirante Zar de Trelew sucedidos el 22 de Agosto de 1972 donde sus propios compañeros fueron las víctimas. Todavía esperamos la verdad sobre lo sucedido en Ezeiza el 20 de junio de 1973 con la llegada del Gral. Perón. El defensor de los detenidos, luego fusilados, era Mario Abel Amaya.
Dos razones pueden justificar esta actitud, las dos con iguales posibilidades de ser ciertas.
O no tuvieron la decisión y el coraje que tuvo el gobierno del 83`o su escasa convicción democrática los llevó a pensar que estas cuentas se saldaban en otro terreno, que no era precisamente el de los tribunales en el marco del estado de derecho.
Sobre los decretos de juzgamiento y el prólogo del “Nunca Más” no se quién, pero alguien, elaboró la teoría de los dos demonios. La que vendría a equiparar los delitos de la dictadura con los de las organizaciones armadas. Esta teoría ha servido tanto a dictadores para decir que hubo una guerra como a Firmenich y compañía para rechazarla y desentenderse de la parte que les toca.

Lo debemos decir con todas las letras: hubo TERRORISMO y TERRORISMO DE ESTADO y a cada uno debemos ponerlo en el lugar y con las responsabilidades que les toque. Hubo un único demonio que fue la violencia desenfrenada.
Por último quiero decir que vi con mucha preocupación los actos del 24/3 por el día de la memoria. La reivindicación de las organizaciones por parte de las Abuelas demuestra que han despistado definitivamente.
Leo un párrafo del documento oficial de Abuelas leído en la plaza. 
Carlotto, Verbitsky y más K: reivindican el terrorismo
y se adjudican la defensa de los DDHH

“En esta Plaza, recordamos las luchas en los ingenios azucareros, las Ligas Agrarias, el Cordobazo, el Rosariazo y las comisiones internas en las fábricas, el movimiento sindical, estudiantil y popular, la militancia en las organizaciones del Peronismo Revolucionario: UES, Montoneros, FAP, Sacerdotes por el Tercer Mundo y FAL; la tradición guevarista del PRT, Ejército Revolucionario del Pueblo; y las tradiciones socialistas y comunistas: Partido Comunista, Vanguardia Comunista, PCR y PST; y tantos espacios en los que miles de compañeras y compañeros lucharon por una Patria justa, libre y solidaria. Nadie, y menos desde el Estado, se puede poner en duda que ¡SON 30.000! Y en esta Plaza, y con todo el pueblo, ante la Casa de Gobierno, gritamos: ¡presentes, ahora y siempre!”

Más allá del respeto por la lucha de tantos años y la invalorable tarea en la recuperación de nietos, desde el radicalismo no podemos consentirlo.
Para terminar y como lo dije al principio. Propongo que se tome como tarea militante la reivindicación de la política de juzgamiento impulsada por el gobierno de la UCR y Raúl Alfonsín y la reivindicación del prólogo original del “Nunca Más”. No solo por respeto a Alfonsín y quienes integraron la CONADEP, sino por respeto a nosotros mismos y la lucha de tantos de años.
El autor de la nota,
Radical, diputado MC



Pedro Azcoiti
Síntesis de la charla que dio el ex diputado Pedro Azcoiti, en el Comité de la sección 9na. de La Plata invitado por su presidente, Julia Marcó
julio de 2017











miércoles, 14 de junio de 2017

Moisés LEBENSOHN, un espíritu inquieto. Por Osvaldo Álvarez Guerrero

Moisés Lebensohn (1907-1953) es un caso paradigmático de lo que llamaría la cuota de "ignorancias parciales y recuerdos restringidos" en la historia política argentina. Los pertenecientes a esa esfera de confusas exclusiones en las diversas corrientes de la historiografía nacional se invisten con el rótulo de figuras secundarias. Esa clasificación de personajes del pasado en jerarquías de importancia y trascendencia pública no ofrece objetividad. La Historia no es una ciencia exacta. Por lo tanto, es frecuentemente arbitraria. Los historiadores suelen responder, y es casi inevitable que así sea, a preconceptos ideológicos, políticos, religiosos y hasta provenientes de simpatías personales.

Desde el punto de vista exitista de la vida política como carrera por la ocupación de cargos estatales, (escala valorativa hoy de moda ) se comprende el olvido o la ignorancia de la trayectoria de Lebensohn. El único cargo público nacional que tuvo fue el de convencional constituyente en 1949. Designado presidente del bloque radical, desde allí se opuso a la reelección presidencial. Denunció las cláusulas de corte totalitario, como el estado de guerra interno, que le permitía al presidente decretar la intervención de las fuerzas armadas en reemplazo de los poderes Judicial y Legislativo. En un discurso de sólido contenido jurídico y político, señaló cada uno de los componentes autoritarios del gobierno del general Perón y de la drástica eliminación de las libertades de prensa y expresión de las ideas, que caracterizó a su régimen. Al retirarse con su bloque de la Convención Constituyente reunida en tan irregulares condiciones, y en respuesta a los gritos de la mayoría "¡Que se vayan!" exclamó: "Volveremos, para dictar la Constitución de los argentinos". Poco más tarde, Lebensohn sufrió la cárcel por razones políticas durante más de un año y allí se quebrantó su salud física definitivamente.
Pero lo importante de Lebensohn no está en los cargos que ocupó, sino en su intensa vida política desde el llano y en la coherencia y lucidez de su pensamiento democrático. Por lo pronto, Lebensohn fue mucho más que un lúcido crítico del conservadurismo fraudulento de los treinta y del autoritarismo populista de los cuarenta. Periodista (fundador y director del diario "Democracia" de Junín, un ejemplo de periodismo moderno, inteligente y profundo); estudioso de la filosofía política y la economía, fue seguramente el teórico más interesante e inteligente de la Unión Cívica Radical. Queda de su pensamiento un puñado de discursos y de artículos periodísticos de lógica impecable y de vigorosa elocuencia. Hace décadas que no se reeditan, ni siquiera se difunden por el partido al que perteneció. La claridad expositiva de esas pocas piezas lebensohnianas no excluye un ideario denso y complejo que se filtra tras una escritura lineal con sentido pedagógico y esclarecedor. Pero además de intelectual comprometido, Lebensohn fue hombre de partido, un dirigente activo de la renovación de las estructuras partidarias del radicalismo, un formador de cuadros militantes juveniles, incansable misionero, tribuno de palabra racional y emocionada retórica, una síntesis difícil y pocas veces alcanzada por el discurso político.
Con su esposa

 Muchas de las ideas de Lebensohn eran el producto de las concepciones políticas y económicas de su tiempo y de su generación: el Estado de bienestar y la democracia social, en buena parte plasmados en el tantas veces invocado y poco conocido Programa de Avellaneda del Movimiento de Intransigencia y Renovación de 1945. El yrigoyenismo de Lebensohn era dinámico: no estaba anclado en el elogio acrítico de los gobiernos del gran caudillo. Por el contrario, lo consideraba la semilla de un proyecto inconcluso y muchas veces deformado por sus seguidores, por sus adversarios y por las propias limitaciones del fundador del radicalismo. La de Yrigoyen había sido una revolución democrática frustrada, aun latente en sus principios fundamentales.

Para Lebensohn ese proyecto seguía inconcluso, no solamente interrumpido. La idea lebensohniana tiene una dialéctica abierta que no culmina en el círculo acabado de la geometría utópica. Lebensohn era un espíritu inquieto y, a medio siglo de su desaparición, aún se despliega, potente, en las dos grandes líneas de su ideario: la democracia social y la condición intangible de la persona humana.
El materialismo marxista, al que conocía en profundidad, nunca hizo carne en él. Su concepto de las igualdades sociales y económicas lo condujeron a una concepción flexible de incomplitud en los procesos sociales. No creía en la lucha de clases como motor de la historia, sino en la posibilidad movilizadora de las necesidades insatisfechas materiales y espirituales, que alientan la inquietud de la condición humana en todas las capas de la sociedad. Era socialista en cuanto al valor de la igualdad y la justicia, pero su idea del desarrollo humano absorbe la chatura opaca de una sociedad definitiva. Afirmaba que "no pueden invertirse los fines del Estado, cuyo intervencionismo sólo puede referirse a la administración de las cosas y a los derechos patrimoniales, y no a los derechos del espíritu, morada de la libertad humana". Por eso la libertad, como realización indelegable del individuo, como desenvolvimiento de todas las potencias de la persona, signaba todo su pensamiento. 

Hay una introspección poética de la vida del hombre que constituye en Lebensohn el punto central de su sensibilidad y de su ética política y lo alejaban de cualquier materialismo. De ahí que concibiera a la Argentina como una república que no constituye un simple trozo de territorio, un mercado o una factoría rica, ni una nación metafísica basada en etnias, religiones o lenguas, sino como sitio expansivo de la "causa del género humano". Su valor fundamental era la libertad. Pero "la libertad no está oprimida sólo por las dictaduras, sino también por el privilegio económico. La Argentina nació como una república con el valor supremo de la libertad. Y quien abjure de la libertad -señala- está abjurando de su condición de argentino".
Lebensohn murió a los 44 años, el 13 de junio de 1953. "No debo morir", decía en su lecho final. No parece que el Partido Radical de hoy esté recordando sinceramente los deberes que se imponía el alma agitada de Lebensohn, ni mucho menos recogiendo su mensaje. Más bien su dirigencia lo está suicidando. Poco interesa, porque Lebensohn supera de lejos la decadente conducción de un partido que perdió su rumbo y envejeció en su propia laxitud quedantista. Nunca fue una figura cómoda para los dirigentes enquistados.
Sin embargo, y eso es lo que importa, para las jóvenes generaciones su prédica y su modelo de vida, de severo compromiso público, registran una actualidad sorprendente. Conviene releerlo.

"La libertad de los pueblos no consiste en palabras, ni debe existir en papeles solamente. Cualquier déspota puede obligar a sus esclavos a que canten himnos a la libertad; y este canto maquinal es muy compatible con las cadenas y opresión de los que lo entonan. Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad. ¿Si me considero igual a mis conciudadanos, por qué me he de presentar de un modo que les enseñe que son menos que yo? “(MOISÉS LEBENSOHN, 1940)

Jueves 19 de junio de 2003. Diario 'Rio Negro'. Argentina

domingo, 26 de febrero de 2017

Federico Storani: «Producir un sistema más democrático que pueda aportar ideas»

Federico Storani, después del #EncuentroUCR2017 en Villa Giardino
(Gracias a MEDIOS Y OPINIÓN 
@MEDIOSYOPINION)
Vidéo: 11 minutos, 22 segundos


- «La UCR plantea la necesidad de mayor participación en la discusión de las políticas públicas»
- «La política es la capacidad de anticipar escenarios y eso hay que mejorarlo»
- «Somos fundadores de Cambiemos, no integrantes. Queremos participar de la toma de decisiones»
- «No hay plan B; lo que queremos es que el plan A mejore»
«El sistema prueba-error no va más»


jueves, 23 de febrero de 2017

Proyecto de declaración. Decisión estratégica. Federico Storani. Febrero 2017

Proyecto de declaración
Decisión estratégica
Federico Storani
Febrero 2017

La Convención Nacional de la Unión Cívica Radical celebrada en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú en marzo de 2015, tomó decisiones que se constituyeron en un hito trascendente, estratégico y positivo para la historia política argentina.
Esa decisión estratégica del Radicalismo tuvo dos consecuencias inmediatas. Logró equilibrar el sistema político argentino que se encontraba absolutamente desbalanceado y consumó la alternancia en el ejercicio del poder.
La fundación de la agrupación política “Cambiemos”, creada conjuntamente con los Partidos PRO y la Coalición Cívica, dotó al pueblo argentino de un formidable instrumento electoral que alcanzó el triunfo en las elecciones presidenciales del 2015 e impidió la continuidad de una administración del Estado a todas luces populista, degradante y decadente.

El populismo K

El populismo se identifica por su A.D.N.: ejercicio autoritario del poder; marcada tendencia hacia la hegemonía política y degradación de las Instituciones Republicanas. Esa identidad populista, omnipresente durante toda la era K, inexorablemente condujo a una corrupción sistémica, sistemática y generalizada.
De nada sirvió pretender disfrazar su esencia cubriéndola con el manto de un “relato épico”, que se desvaneció apenas se observó la connivencia obscena con personajes nefastos como Milani o Shocklender en cuestiones tan sensibles y caras para la reconstrucción moral y democrática en nuestro país, como fue y es la lucha por la vigencia de los Derechos Humanos. La invocación permanente al pretendido “modelo nacional y popular” a través de la formación de una nueva burguesía nacional, fue solo el funcionamiento de un “capitalismo de amigos” expresado, entre otros, por emprendedores como Cirigliano, Lázaro Báez o Cristóbal López. El relato ardió definitivamente en la hoguera de la corrupción e impregnó de hedor a la sociedad argentina cuando se trae a la memoria los casos de: Skanska, Antonini Wilson, Felisa Miceli, Ricardo Jaime, Julio De Vido, los Cirigliano, Amado Boudou, La Rosadita, José López y el propio matrimonio presidencial de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Así, el populismo que encarnó el Kirchnerismo estuvo muy lejos de constituir la “Década ganada” como proclamaba con soberbia. Por el contrario, fue la “Década dilapidada” por los recursos sin precedentes que tuvieron a su disposición y las oportunidades perdidas que hubieran permitido echar bases sólidas para el crecimiento y el desarrollo sostenido.
Haber impedido la continuidad en el gobierno de esta variante populista, por sí solo ya justifica la existencia de “Cambiemos”.
Nadie que reflexione honestamente y obre con buena fe puede afirmar lo contrario, menos aún desde el campo auténticamente democrático.
¿Alguien puede imaginar cuál hubiera sido el destino de la Argentina de no haber ganado las elecciones “Cambiemos”?

Cambiemos
“Cambiemos” constituyó un formidable instrumento electoral que permitió alcanzar el triunfo en las últimas elecciones presidenciales. Además, contribuyó a que tres provincias como Mendoza, Jujuy y Corrientes hoy estén dignamente gobernadas por dirigentes de la UCR. Igualmente, centenares de Intendencias Municipales llevan la impronta del Radicalismo a lo largo de todo el país.
El aumento de la representación parlamentaria nacional y su consecuente y coherente desempeño, como así también en numerosas provincias y Concejos Deliberantes constituyen un avance sustantivo en el mejoramiento de la calidad institucional.
No obstante, todo lo positivo que se pone de manifiesto a partir de la existencia de “Cambiemos”, en la actualidad, esta agrupación político electoral no se ha consolidado como una auténtica coalición de gobierno. A lo sumo es una coalición electoral y en ocasiones parlamentaria con diferentes grados de integración según sea el distrito que se analice.
A quince meses de iniciado el gobierno presidido por Mauricio Macri, podemos concluir que esa anomalía en “Cambiemos” es un grave error y a la vez una debilidad.
Las coaliciones de gobierno exitosas tienden a institucionalizarse, respetando la especificidad e identidad de cada integrante, pero funcionando como un TODO, fomentando, creando y promoviendo los ámbitos de debate sobre las políticas públicas que una vez decididas comprometen a TODOS.
La actual situación es una elección política sobre el sistema de decisiones.
Hemos sido duros críticos del populismo en sus diferentes variantes por depender de liderazgos carismáticos y providenciales fomentando el caudillismo feudal y el clientelismo político. Esa modalidad de conducción impidió la construcción de ciudadanía y mejorar los estándares democráticos. Por eso consideramos un grave error suplantar ese sistema por otro, pretendidamente más moderno que centraliza las decisiones en una elite técnica con escasa o nula experiencia política.
No hace falta ir demasiado lejos para encontrar buenos ejemplos de gobernabilidad exitosa a través de coaliciones sólidas. El caso uruguayo del Frente Amplio es uno y la Concertación chilena es otro, ambos vecinos de Argentina.
En el transcurso de estos últimos días y semanas, la referida debilidad política se hizo más notoria. Es bueno que un gobierno democrático reconozca sus errores y los corrija, rebela que actúa despojado de soberbia y con transparencia. Pero, si los errores son frecuentes y cometidos en lapsos breves, sencillamente esos síntomas rebelan la enfermedad denominada ineficiencia. La ineficiencia en la gestión produce pérdida de capital político y de prestigio. Resulta más doloroso comprobar que esos errores podrían haber sido evitados si existiera un sistema de toma de decisiones acorde a una verdadera coalición de gobierno que privilegie el debate entre sus integrantes. Esa saludable práctica constituiría además una prueba de confianza entre sus miembros.


El Radicalismo
La Unión Cívica Radical es el Partido político nacional más antiguo de la Argentina y está acostumbrado a afrontar los desafíos que la hora le impone al servicio del pueblo y de la nación.
Nació luchando por consagrar el principio de legitimidad democrática y el reconocimiento de la soberanía popular. Protagonizó la superación de las falsas antinomias que nos enfrentaron como enemigos, con aquel histórico abrazo entre el Presidente del Comité Nacional Ricardo Balbín y Juan Domingo Perón y condujo con ejemplaridad la complejísima transición de la dictadura a la democracia liderado por Raúl Alfonsín, hoy reconocido en su dimensión de Estadista y Padre de la Democracia Moderna. Estos cimientos sólidos le permiten enfrentar el futuro con responsabilidad.
Esa responsabilidad le impone al Radicalismo no caer en dos tentaciones igualmente nocivas. La primera consiste en evitar el peligro de cerrarse en un individualismo partidario, nostálgico y anclado en el pasado que empuje a romper la coalición que hemos creado. Esa tentación conducirá al Partido a una expresión política meramente testimonial y con nula capacidad de incidir en la realidad que pretendemos transformar. Y la segunda sería sucumbir a la tentación de actuar individualmente ante el gobierno con el objetivo de influir o influenciar en las decisiones del mismo. Ese comportamiento individualista convertirá a quien lo intente más pronto que tarde en un simple lobista carente de todo sustento partidario.
La fortaleza de la Unión Cívica Radical la brinda su carácter de Partido nacional, popular, centenario y orgánico. Su extensión territorial lo hace sensible y receptivo a las reivindicaciones populares en las más variadas regiones de nuestro país.
Pero, para estar a la altura debemos empezar por nuestra propia casa. Es imprescindible que las instituciones partidarias funcionen a pleno: el Comité Nacional en permanente contacto con las respectivas autoridades partidarias provinciales; la Mesa de la Convención Nacional fijando los temas y propuestas a debatir, ambos en sintonía con el Comité Nacional de la Juventud Radical y las Organizaciones Sociales representativas como la Franja Morada, la OTR (Organización de Trabajadores Radicales), y la Organización de las Mujeres Radicales.
Es allí donde reside la fortaleza de nuestro Partido: en el debate amplio y democrático, capaz de llevar iniciativas y propuestas al gobierno de “Cambiemos”, como así también de analizar las que provengan del PRO y de la Coalición Cívica. Asimismo, considerar la ampliación que fortalezca y amplíe la coalición incorporando nuevos Partidos o personalidades a la misma.

El camino correcto
Para cumplir con los objetivos señalados proponemos:

1.      El funcionamiento pleno de la Unión Cívica Radical. Esto implica el desarrollo de una actividad permanente del Comité Nacional y de la Mesa de la Convención Nacional en consonancia con los Bloques Parlamentarios Nacionales y las Autoridades Partidarias Provinciales y las Organizaciones Sociales Partidarias Representativas.
2.      Promover a través de ese accionar debates permanentes y movilizadores abordando políticas públicas que deberán traducirse en iniciativas y propuestas para llevar al seno de “Cambiemos”.
3.      Que la Unión Cívica Radical tenga voz y opinión expresada de manera pública a través de sus autoridades en todos los temas que hacen a la política nacional e internacional y receptando la opinión de su militancia expresada en los debates previos sugeridos.
4.       Como fundadores de “Cambiemos” reclamar su inmediata institucionalización y su funcionamiento PERMANENTE y que esta coalición hasta ahora electoral y en ocasiones parlamentaria se convierta en una auténtica COALICIÓN DE GOBIERNO.
5.      Que los representantes de la Unión Cívica Radical en la coalición “Cambiemos” sean dirigentes investidos de legitimidad orgánica a través de las Instituciones Partidarias.

El pueblo argentino reclamó la conformación de una coalición que pusiera fin a la decadencia populista.
La Unión Cívica Radical estuvo a la altura de esa aspiración y conformó el instrumento que permitió el triunfo electoral.
Ahora, con una realidad que duele, con un tercio de los argentinos en la pobreza, el Radicalismo tiene que estar más presente que nunca.
La sabia decisión de la Convención de Gualeguaychú con la conformación de una coalición electoral brindó a los argentinos la posibilidad del cambio. La demanda del presente es que esa coalición se transforme en una auténtica coalición de gobierno y que direccione su accionar conforme a los valores que históricamente ha representado el Radicalismo. Como dice nuestra marcha partidaria “con paso firme Radicales adelante han de marchar”.
Nuestra historia y el pueblo nos lo demanda.

Febrero 2017