miércoles, 11 de marzo de 2015

ORAGE de Cristina Castello - La vida puesta en palabras, por revista Axolotl

ORAGE/TEMPESTAD de Cristina Castello


Creo que es mejor leer estos poemas poco a poco. Estamos aquí en el reino del exceso: las imágenes son fuertes, es una poesía de la cual es necesario prevenirse, porque expresa con intensidad la singularidad de su relación con el mundo. Las imágenes inesperadas, los acoplamientos inauditos de palabras en cada nuevo poema, suscitan una perturbación y se levantarán siempre delante de nosotros. Leer uno de estos poemas, es como reaprender a caminar sobre el agua con el vértigo del vuelo que planea encima de un volcán. Todo en la expresión está focalizado en la erupción del deseo en su forma más desconcertante, la del milagro que nos mantiene vivos y  nos reformula nuestros sentimientos. Nada es como antes, después de la digestión de tanta vida puesta en palabras. Es el amor cristalizado que se esparce sobre el mundo cuando Cristina Castello escribe. Esta felicidad tan rara en los tiempos que corren.
Cristina, sobre todo, no se detenga pues nuestra sobrevivencia está en este premio.

Por Albert Anor
Revista Axolotl
Av. Edouard Rod 15
CH 1007 Lausanne
1º de enero 2010

Traducción del francés al español: Cristina Castello

Donde comprar TEMPESTAD:






Orage/Tempestad
será presentado en París

por Jean-Pierre Faye
el 8 de enero de 2010
en la Maison de l’Amérique latine
Moderador: el poetaAndré Chenet
por Bernard Noël
el 14 de enero  de 2010
en el PEN Club Français

Moderador: el poeta André Chenet
 © Christian Jaccard y Cristina Castello –Todos los derechos reservados

comienza con un « frontispicio » que el poeta español Antonio Gamoneda escribió para este libro y un prólogo del poeta brasileño Thiago de Mello ;


Cristina Castello, argentina por nacimiento y parisina por amor, poeta y periodista, vive entre Buenos Aires y París. Orage, después de Soif /Sed (2004), es su segundo poemario bilingüe publicado en Francia.

La edición de arte de Orage/Tempestad comprende diez ejemplares impresos en papel especial y ensamblados en un estuche que contiene una obra ―una combustión (mecha lenta) ― sobre papel de Arches del pintor francés Christian Jaccard. Cada uno de esos diez ejemplares está numerado, y firmado por el artista y por Cristina Castello.
El estuche fue creado y realizado por Dermond-Duval, en Paris XIIIe.

Palabras para Orage/ Tempestad de Cristina Castello

La flecha del poeta se dirige hacia la eternidad. 
 
                                                                            S.L.

                         Entiendo la poesía como el nombrar, pues ella no toma el lenguaje como un material ya existente, sino que la poesía misma hace el lenguaje. La labor de quien se adentra en la voz de un poeta debe ampliar el horizonte, descorrer el velo y mostrar lo oculto a una primera visión. Quitar oscuridad, poner de relieve asociaciones o alcanzar una afilada perspectiva situada en su verdadera dimensión.
Hölderlin opinaba que poetizar  era la más inocente de todas las ocupaciones; pero la poesía crece en su dominio con la materia del lenguaje, que a  su vez, como revé Heidegger, es el más peligroso de los bienes, ya que con él se crea y se destruye, se regresa a lo eternamente vivo, a la muerte y a la noche,  y así a ampliar la visión creadora.
                                 Pero mi aullido contra el muro del viento
                                 no es  sino un suspiro en la frente de Zeus
                               -------------------------------------------------
                                                                    (Destello, en Orage)
¿Pero qué debe mostrar el hombre poeta? Su pertenecía  a la tierra. Que es aprendiz y heredero  de  todas las cosas.  Dueño del habla, que si no  sólo es el peligro de los peligros, encierra en si misma el peligro continúo de hacer potente una obra, el ente, y como tal jugar el papel de custodio. La palabra es el traje que viste el poeta. Esa túnica/palabra, que es su propio bien en sentido original, garantiza que es un ser Histórico.
La Poesía es instauración por la palabra  y en la palabra. Instaura lo permanente. Lo sencillo debe ser tomado de lo complicado, lo medido debe anteponerse a lo desmedido. Para que todo permanezca debe ser confiado a los poetas. Es poéticamente, cómo el hombre debe habitar esta tierra. Habitar poéticamente significa estar en presencia de los dioses y ser tocado por la esencia cercana de las cosas. Que la existencia sea poética no es mérito, sino donación. Es  Maniké como la nombraba Platón.

El poeta, en este caso Cristina Castello, pertenece a esa raza, que como decía Aldo Pellegrini, padre del surrealismo argentino, toma la palabra y la  torna incandescente.
                       Inmigré a la  Tierra envuelta en silencio
                       Escrita en un reflejo, sendero de a la palabra
                       Traía mi voz fértil, mi ofrenda sin espinas
                       Y una paz de garúa al fondo de los ojos
                     ……………………………………………………………………
                                                             (Garúa, en Orage)

En su último libro, Orage, Cristina  Castello traza giros deslumbrantes, asombrosos vuelos, vida palpitando, apresando  la realidad  ideal del poema que da fe de lo vivido.
Poemas/ espejos en que otros se verán, si pueden apresar la incandescencia, si logran hacerse dueños de la trascendencia de la palabra que dona la poeta.

                            Somos  un alba  crucificada
                            Somos la huella de un abismo
                             Somos  una entelequia  inevita
                              Somos  un poema interrumpido
                           ……………………………………………………..
                                                (Borrascas, en Orage)
Hay que decir palabras mientras las haya -se angustia Foucault- hay que decirlas hasta que me encuentren…me han llevado hasta el umbral de mi historia, ante la puerta que se abre ante mi historia. Y Castello abre esa puerta:

                            Me voy con los rosales quijotescos
                           A la  caza de una inocencia redentora.
                                              (Arco Iris, en Orage)
Y la vemos, incandescente en su Orage/ Tempestad, consciente que: en la selva de sus venas canta el arte
           
                         
Por Silvia  Loustau
Bibliografía
Foucault, M., El orden del discurso, Ed. La Piqueta, Madrid, 1996.
Hölderlin , La esencia de la poesía , Ed. FCE, México 2002
Heidegger, M., La  esencia de la poesía, Ed. Anthropos, Madrid, 1990