martes, 24 de octubre de 2017

Martes 22 hs, Silvia Mercado en «MERCADO SIN PULGAS», en Crónica TV por Cristina Castello

Profesionalismo, excelente manejo de los tiempos, solvencia… Verdad, ese bien tan ausente en las pantallas. Periodismo de alto nivel.

Es Silvia Mercado, periodista y escritora prolífica.

Con  la naturalidad que le es propia –y aunque es su primera experiencia como conductora – parece nacida en la tele.
Su editorial abre cada emisión; luego hay una entrevista; enseguida una charla con colegas –la semana pasada muy bien elegidos-; y un cierre con mucha información; información que, por otra parte, está presente durante los 55 minutos de «Mercado sin pulgas» ; y que se intercala con noticias de último momento, con exteriores, y con las «placas rojas» de Crónica TV.
Cero aburrimiento, vértigo sin locura ni gritos, cero egolatría: Silvia tiene las manos abiertas, para darse a quienes la seguimos.
Periodismo potente y sin verso.

En este momento de la televisión, salvo honrosas excepciones, la trivialización del lenguaje y de la vida de los argentinos, envenena nuestra cotidianeidad. Sobre todo las calumnias, los «me parece»  y las opiniones a quemarropa, que  tantos «comunicadores» lanzan como si fueran palabras sagradas.

Lo que vemos generalmente en pantalla, es –como escribió el ensayista George Steiner- el triunfo del discurso segundario: todo es consumo, casi nada es ingestión. ¿Cuál es la diferencia?
Que con el mero consumo de falsedades que recibe la ciudadanía,  la política –que debería ser decente y docente- se presenta como un resumidero de todas las miserias; pierde su poder de implosión y provoca el descreimiento de la teleaudiencia.

En su editorial, Silvia Mercado tiene capacidad para decir todo, en minutos, con ritmo e, insisto, con verdad; lo mismo ocurre con la mesa de periodistas, y con la entrevista: hay pregunta, hay repregunta, hay diálogo: hay tensión –indispensable en los reportajes- en bien logrado maridaje con la gentileza y el buen trato.

“La causa de decir la verdad, es muy sanadora, porque hemos vivido en la mentira”, cuenta que le dijo nuestro presidente, Mauricio Macri. Silvia lo dice con la certeza del valor que tiene la sinceridad.

Muchacha corajuda, bien «armada» por dentro,  jugada, con todos los reflejos a flor de piel. Exquisita. Y con esa simplicidad que hoy es patrimonio de pocos, dice lo más duro o permite que la ternura la habite. Pero siempre y en cualquier caso sin máscara.
Con una mirada humana de la existencia,

Renace la república, renace la democracia, la esperanza toma cuerpo y, en el momento justo, nace un programa despulgado de todo mal.

Silvia Mercado nos muestra que otra televisión es posible.
Bienvenida sea a Crónica TV en lo que –quiero creer- será una nueva etapa de ese canal, que aporta –además- un buen equipo de producción.

@sinpulga
@SilMercado

Cristina Castello
24/10/17
 

jueves, 28 de septiembre de 2017

Raúl Soldi: «Dios me hace pintar» por Cristina Castello

Foto: Ramón Puga Lareo
Raúl Soldi tendría hoy (2018) 113 años. Le hice esta entrevista, hace 35; nos dejó en 1994. Vaya este diálogo, como un golpe de pincel, como una nota musical, como una palabra de amor.

Nota que no me fue fácil: cuando me iba, descubrí que el grabador no había funcionado; debí escribirla a pura memoria: no es un dato menor.
Además de su prolífica obra, pintó la cúpula del Teatro Colón de la capital argentina, tomó veintitrés años para hacer los murales de la Iglesia Santa Ana, en Glew (provincia de Buenos Aires), e ilustró numerosos libros de poesía y de música. 
Nunca envejeció: la pureza de su niño interior alumbró su vida

 «La pintura es como el amor. Se ama una sola vez»


« ¿Usted me había imaginado diferente?»
Aunque siempre obtuvo mi misma respuesta, Raúl Soldi reiteró varias veces la pregunta durante nuestra entrevista. Una manera, quizá, de justificar sus expresiones sencillas y el pudor  que le provoca su ternura difícil de disimular.
Tiene 78 años y está en plena tarea y alienta proyectos, como víspera de un mañana dichoso; y vive de la pintura, como desde hace treinta años.
Pero no siempre fue así; antes, la noche era para la pintura y el día para poder mantenerse: hacía decorados de cine.
Con ojos sin sombras, se ilumina en el renacer de aquella vivencia, en este diálogo.
Ser inocente no es mérito de muchos. Sin egoísmo, queja ni nostalgias, con ojos abiertos a la vida, con regocijo, me honró con su inocencia.


De la obra



 -«Mujeres con sombrero», se llama su última muestra, ¿así le gustan las damas?
- (Sonríe) Me gustan, pero esto fue una casualidad. Una amiga me mostró unos vestidos blancos y yo no resistí. Y la pinté. A partir de ese retrato surgieron los sombreros. Pero después los estudié, porque temí haber caído en el ridículo.

-¿Por qué?
 - Por el tema, pero ahora me gustan.

-Muchos artistas se fueron del país: Presas, Raúl Russo, Seguí, Bonevardi, Aizemberg... ¿Por qué usted no?
- ¿Y  por qué, si a mí me gusta la Argentina?

- ¿Quiere decir que acá hizo su obra sin dificultades?
-Tuve muchas, pero las enfrenté. Durante muchos años mi modus vivendi fue el cine, hice unos 2.400 decorados, ¿vio que en mi casa no hay cortinas?

- ¿No le gustan?
- Sí, pero me harté de colgar cortinas, no quiero poner ninguna más, nunca.

- Muchos jóvenes hoy parecen interesados sólo en exponer. Por “exitismo” pierden la vida: vivir  “en” arte, descubrir, aprender, le parece?
-Sí y es una pena. Creo que no dan al dibujo la importancia que tiene como base y cimiento…

-Ya lo decía Delacroix: "El color es la vida, pero el dibujo es el esqueleto,y la vida sin el esqueleto no existe..."
- Así es. Y  ni siquiera hace falta el lápiz o la carbonilla. También se puede dibujar con el pincel. Pero hay que dibujar, porque si no, no hay cuadro que resista.
 
La cúpula del Teatro Colón, de su autoría
-¿Se puede enseñar a dibujar?
-Sí, pero no a pintar, porque la pintura es algo sensorial, entonces... ¿Quién podría hacerlo? Ni siquiera quien pintó sabe cómo lo hizo. Yo mismo, cuando tengo que retocar un cuadro, lo mando a un restaurador. Nunca sé con qué colores jugué para hacer cada uno. 

- La pintura es una historia de búsquedas y hallazgos...
- Sí, y cuando se produce el encuentro, es como el amor. Se produce una sola vez.

- Pero muchos pintores se repiten. Se rinden a lo fácil...
- Sí, pero todo es distinto cuando la inspiración encuentra algo -porque en el arte no se busca, se encuentra- y ese "algo" aparece como un duende. Como un hermoso duende que da vueltas alrededor. Por eso muchas veces, cuando termino un cuadro, lo miro como si fuera de otra persona
y seguro que esa obra es la mejor, porque no es el recuerdo de otras.

- ¿Y con qué criterio elige los amores -sus cuadros-  para cada muestra?
- Siempre hago por lo menos el triple de las obras que necesito y después selecciono; y mi esposa es mi mejor consejera en ese sentido. Por a eso, cuando viene al taller y no comenta nada, parece que algo anda mal.

La pintura abstracta no existe


- Siempre fue figurativo. ¿Es fidelidad a un estilo?
- No, es que considero que la pintura abstracta no existe. Y la figurativa, automáticamente, es abstracta en cuanto a abstracción de la realidad.

- A ver....
- Digo que la pintura abstracta es un invento; alguien la inventó, los críticos o los especialistas.

- Y entonces Kandinsky, o Mondrian, o Klee y tantos, ¿qué?
- A Mondrian lo respeto como gran decorador pero más que en la pintura de caballete lo veo iluminando el muro; él hace el color del reposo. Y de Kandinsky me interesan el color y el movimiento; hace el color del movimiento.
 
En el Teatro Colón
- ¿Qué cuadro de la pintura de todos los tiempos, le gustaría en su casa?
- Si fuera uno solo, algo de Piero Della Francesca. De otras épocas, Van Gogh, Gauguin, tantos...

- ¿Y Sironi? Fue el primero que le hizo una crítica...
- ¿Cómo sabe tanto?  Es verdad, Sironi fue el primero que me hizo una crítica. Él era fascista y escribía en “Il Poppolo de Italia”, en Milán. Cuando yo expuse tres monocopias en la Bienal de Roma, me hizo unas líneas. Allá los críticos no son tan pródigos como acá. “Le Monde” de París hace un comentario semanal y dedica una, dos, tres, cuatro, o cinco estrellas a las exposiciones; aquella que merece cinco es la mejor de la semana.

- Cuando “Le Monde” comentó su obra, le asignó cinco estrellas…
(Con sorpresa) ¿Cómo sabe tanto de mí?

- Es mi obligación como periodista y es respeto hacia usted. Acá el elogio suele ser por las modas o sectario y desmesurado para algunos, e injusto para otros, ¿verdad?
- Creo que se utiliza un léxico demasiado rebuscado, con palabras que la mayoría de las veces, casi nadie, entiende. Se podría hacer el elogio o provocar el derrumbe de un artista sin apelar a expresiones tan complicadas. Los otros días leí una nota de Marco  Denevi donde repetía una frase de Rodin: “No me pregunten como lo hice”. Entonces, si él no podía responder... ¿cómo podría hacerlo otro?


¿Cómo vive Raúl Soldi?

 
 Iglesia de Glew con frescos de Soldi. 
- De sus estudios en la Academia de Bruera, en Italia, a Argentina. La diferencia con la enseñanza en Argentina es abismal, ¿verdad?

- Acá falta practica y horas de taller. En Italia hacíamos la Academia de 8 a 11 y de 14 a 17; a las 18, teníamos Historia del Arte; y una vez por semana, estudiábamos directamente sobre los cadáveres en el hospital.

 - Me cuesta imaginarlo entre cadáveres.
- ¿Y cómo no va a costarle?...Si cuando me toco levantar la mano de un muerto me desmayé; y después me llevaron afuera para que tome un Fernet.

- Familia de músicos la suya, sus padres, su hermana, su sobrina...infancia de pájaros y colores....
- Sí, yo tenía mi pequeño cuarto, dividido mitad y mitad. En una, copiaba cuadros de Quinquela Martín y de otros pintores; en la otra, hacía experimentos de física y química y fabricaba pilas. Una vez hice un telégrafo sin hilos, con un timbre viejo, y a través de él me comunicaba con un amigo que vivía en la otra cuadra de mi casa.

- Y hoy,  ¿cómo vive?
- No me gusta hablar de mí...

- Bueno, cuénteme del pintor Raúl Soldi.
- Usted querrá decir Raúl Cipriano Soldi.

- ¡Ah, se llama Cipriano! (Risas)
- Sí. Bueno, Raúl Cipriano Soldi va al cine cuando le recomiendan por lo menos cuatro o cinco veces una película, o cuando dan alguna que no necesita propaganda. Alguna de Fellini o de Zeffirelli, por ejemplo.

- ¿Se acercan a usted los jóvenes, en busca de consejo?
- Sí y yo les digo siempre que deben trabajar mucho y no apresurarse para exponer.
Foto: Ramón Puga Lareo

- Porque si exponen y tienen la mala suerte de tener éxito, la obra sufre las consecuencias...
- Exacto y fíjese que esas son las palabras que me dijo Saslavsky, cuando le pedí que me hiciera dirigir una película. Señaló que no tenía inconvenientes, pero que si “por desgracia” tenía éxito, dejaría de pintar. Pero si tuviera menos años, me gustaría dirigir, porque es apasionante. En el cine intervienen todas las artes: la plástica, por la fotografía; la música, por el sonido; la literatura, por el argumento y también la danza por el montaje, que es realmente fascinante.

- Y la poesía. Nunca se la nombra pero es el alma de todas las artes.
- Es verdad. Si no hay poesía, no hay arte.

- ¿Tiene amigos entre los pintores?
- Sí, por ejemplo Juan Carlos Faggioli, Cogorno y Ernesto Farina… ¡Qué rica bagna cauda cocina!

- Doy fe, es exquisita.
- ¿Vio usted? En cambio yo no sé cocinar... salvo unos tallarines a la pumarola,
pero no los amaso.

- Cuénteme de escritores y poetas.
- Más que a los escritores modernos, me gusta releer a Pérez Galdós, Unamuno, Lorca, Neruda, Juan Ramón Jiménez. ¡Y a Machado¡ ¿Sabe que él leía sus poemas a la cocinera, para que los aprobara o no? Y hacía bien, porque eso pasa también con la pintura; la persona que tiene la mirada virgen seguro que no se equivoca cuando elige un cuadro.

El arte internacional


- ¿Se puede hablar de una pintura argentina?
- No me parece adecuado, porque estamos en un momento en que el arte tiende a ser internacional. Además, la pintura suele ser el último orejón del tarro que se da en un país y la nuestra tiene que “caminar” mucho todavía. Pero no creo a esta altura, esto se produzca; los medios de comunicación son muy rápidos y hay muchas influencias... No se trata de pintar un gaucho, para que se hable de algo “nuestro”

- Bueno, nadie está libre de influencias, Poco se “dijo” después de los grandes....
- Sí y parece que las influencias vienen en los aviones... ellos las traen (risas)

- ¿Dónde están sus  miedos?
- No, creo que no tengo miedos. Estoy tranquilo, y el día que me tenga que morir... bueno, estoy preparado y no hice mal a nadie; claro, espero que allá arriba me traten bien, que no se equivoquen.

- Dios no se equivoca, ¿cree en Él?
- ¿Cómo no voy a creer en Dios, si Dios me hace pintar?  

                 Cristina Castello, en el diario
 “Tiempo Argentino”, 09/06/1983
                 Fotos de Raúl Soldi: Ramón Puga Lareo

jueves, 21 de septiembre de 2017

« Chorégraphie de cendres », poèmes de Françoise Ruban, par Cristina Castello

Toujours la résurrection

« Tout est changé, changé du tout au tout :
Une beauté terrible est née »
William Butler Yeats

  « Chorégraphie de cendres » est une plaidoirie contre tout ce qui tue la vie.
C'est résistance, au cœur de l'hécatombe qui secoue la Terre.
La résistance comme celle de Prométhée face au  supplice.
Supplice de mère :
Douleur sèche
Douleur animale
Pleur de la
Divinité
Pour Fabrice, le fils qui est parti en 2009 vers une étoile.
Fabrice et Françoise, non pas seulement une mère et un fils, mais deux identités en communion :




« Je regarde le ciel
nuages mouvants filants _____ s'étirant
symphonie inachevée
bleus et blancs chavirés
quand retentissent ces gris qui m'assourdissent
Je cherche
Un sens à cette existence
insensée cadence »

« Chorégraphie de cendres » n'est pas un chant au malheur puisque dans les strophes les plus douloureuses, scintille la sève vitale.
Poésie en « ligne droite » qui devient ellipse, courbe, spirale, tour, au sein même des régurgitations de la haine des criminels du monde :


« Dénoncer la haine la guerre meurtrière
Le poète jugé fou ou rebelle
a ordre de se taire
on le condamne à faire danser insouciance et légèreté
par les tyrans chorégraphie imposée
danse macabre pour la Muse esseulée »


Beauté terrible et terrible Beauté.
Étonnement, fureur, quand les sirènes hurlent aux crimes; ou quand la rage de la planète éclate à cause des morsures de l'homme. Ce n’est certes pas facile  pour notre poète aux mains ouvertes à l'amour, d’accepter que «cela» soit- aussi - la «condition humaine».
Et peut-être est-ce  la raison de toujours de la  résurrection :
«Et pourtant... vivre  »

Mort et résurrection, oui.
Chaque page est un stylet qui déchire la noirceur : l'horreur.
Parce qu'il y a aussi, l'océan et ses déferlantes; la musique, la peinture et les arts.
Parce que il y aussi la Nature des cocons s’éveillant ; mais  aussi et surtout, le sens de la vie comme une transcendance;  mais encore  des dieux grecs, des artistes et des géographies; et le fanatisme et Abel et Caïn ... et le pardon et la compassion.
La tension entre le prosaïque et l’Azur. Entre le terre à terre et le sublime; entre la finitude et l'Absolu...
Tout atteint ses sommets et ses abîmes presque simultanément;  Beauté terrible et  terrible Beauté, sont protégées par une grande tendresse:


« Au fil des saisons du ciel
j'écoute scintiller la Voie lactée
étoiles pétillantes d'un ballet lunaire interstellaire
Luna luna de tous les astres la plus mystérieuse
tu recueilles les pleurs de l'absence
tu inspires aux amants les plus tendres émotions
et des poètes tu deviens Muse
On te dit parfois maléfique __ Moi qui cherche
je te sais de mes nuits confidente »

Mort et résurrection, oui.
Synthèse des contraires, porte qui s’ouvre et porte qui se ferme.
L’insaisissable et le profane …
Le Pouvoir et la carence d’êtres arrachés de toute forme d'existence digne.
Vie qui
appelle la vie et mort qui sème la mort : Syrie, Irak, Grèce, Afghanistan… En France : «
A l'orée il y eut Charlie/Au crépuscule rougeoyant ce fut le Bataclan/
Le sang déversé…». La peste brune:

«  la terre ruissela rouge du sang répandu par les rues
En Europe ______ en France surtout
la peste brune déferle en vagues bleu marine
sur nos fragiles dunes »

« Qu'est-ce que  une feuille de papier ? / C'est quelque chose que tu ne peux pas tourner/jusqu’à  en  tirer la dernière ligne de toi même », dit une poésie russe d'auteur anonyme.
Bienvenu  «Chorégraphie de cendres», bataille entre Éros et Thanatos, qui se résout par la foi finale en une destinée.
C'est la dernière ligne de l'âme de Françoise Ruban.

« Célébrer le point du jour
lueurs magiciennes de l'aube
instant d'amour et de paix
Les mots chantent »

Cristina Castello, 21/09/2017
 «Chorégraphie de cendres»
Françoise Ruban
Blog de Françoise Ruban
©maquettes by association gens du monde
ISBN 978-2-919521-38-8
SIRET : 521 903 294 000 10
©Droits réservés éditions épingle à nourrice
 15 €

Image prise du site de Françoise Ruban
L’AUTEURE

Françoise Ruban est née en Bourgogne (France). Son père
cheminot, sa mère employée, ses racines paysannes et ouvrières,
n'auraient jamais dû, en ces années d'après-guerre, la
conduire à des études universitaires. Mais l'amour et la générosité
sans bornes de son parrain modifièrent un destin déjà
tracé. Une scolarité ouverte sur la vie et le monde au Lycée de
Montgeron, lycée-pilote fondé par Alfred Weiler dans l'immédiat
après-guerre, un homme exceptionnel avec des professeurs
à son image.
Puis c’est une année d'hypokhâgne au Lycée Fénelon à Paris,
et une licence de Lettres à la Sorbonne. C'est alors que Françoise
Ruban se passionne pour la littérature russe, la poésie,
découvre le cinéma d'Art et d’essai, le jazz, les petits bistrots
où l'on refait le monde !
Le Quartier Latin, fascinant et riche de découvertes et de
rencontres, l'amènera plus d'une fois à sécher les cours ! Par
nécessité puis par choix et conviction forte, Françoise Ruban
devient professeur de Lettres en lycée professionnel, heureuse
de transmettre sa passion à des jeunes gens issus de milieu
modeste et souvent en difficulté.
Le goût de la lecture, de l'écriture, de l'Art, ne la quittera
jamais.
En 2009, le décès injuste, cruel et inacceptable de son fils
Fabrice, renforce en elle l'amour de la poésie. Une porte ouverte
sur une seconde vie...


miércoles, 20 de septiembre de 2017

«Coreografía de Cenizas», 2º poemario de Françoise Ruban, por Cristina Castello

La siempre resurrección

Todo cambió, cambió completamente:
Ha nacido una belleza terrible
 William Butler Yeats

 «Coreografía de Cenizas» es  un alegato contra todo lo que mata la vida.
Es resistencia, en el corazón de la hecatombe que sacude la Tierra.
Resistencia como la de Prometeo ante el suplicio.
Suplicio de madre:
dolor seco, dolor animal, llanto de la Divinidad.
Por Fabrice, el hijo que partió en 2009 hacia una estrella.
Fabrice y Françoise, no sólo madre e hijo, sino dos identidades en comunión:






«Miro el cielo
nubes movedizas fugaces _____ estirándose
sinfonía inacabada
azules y blancos zozobrados
cuando resuenan estos grises que me ensordecen
Busco
un sentido a esta existencia
insensata cadencia»

«Coreografía de Cenizas»  no es un canto a la  desdicha: aún en las estrofas más dolorosas, titila la savia vital. Poesía en «línea recta»,  que se vuelve elipse, curva, espiral, giro, en el seno mismo de las regurgitaciones del odio de los criminales del mundo:

«Denunciar el odio la guerra mortífera
El poeta considerado loco o rebelde
tiene orden de callarse
se lo condena a hacer danzar indolencia y ligereza
por los tiranos coreografía impuesta
danza macabra para la Musa abandonada»


Belleza terrible y terrible Belleza.
Asombro, ira, espanto, cuando las sirenas aúllan más crímenes; o cuando la rabia del planeta estalla a causa de los tarascones del hombre. No es fácil, por cierto, para nuestra poeta de manos abiertas al amor, aceptar que «eso» es –también- la «condición humana».
Y quizás esa es la razón de la  siempre resurrección:

«Et pourtant... vivre  /Y sin embargo… vivir».

Muerte y resurrección. sí.
Cada página es un estilete que  rasga la negrura: el horror.
Porque  también, el océano y sus oleajes; la música, la pintura y las artes todas.
Porque también la Natura de capullos amanecidos; también y sobre todo, el sentido de la vida como hecho trascendente; y también dioses griegos y  artistas y  geografías; y fanatismos y  Abel y Caín... y el perdón y la compasión.
La tensión entre lo material y el Azul. Entre lo pedestre y lo sublime; entre finitud y Absoluto...
Todo alcanza sus cumbres y sus abismos casi simultáneamente; y tanto la terrible belleza como la belleza terrible, están amparadas por una gran ternura:

«A lo largo de las estaciones del cielo
escucho titilar la Vía láctea
estrellas chispeantes de un ballet lunar interestelar
Luna luna de todos los astros el más misterioso
recoges los llantos de la ausencia
inspiras a los amantes las emociones más tiernas
y eres Musa para los poetas
Te decimos a veces maléfica __ Yo que busco
te sé confidente de mis noches»

Muerte y siempre resurrección, sí.
Síntesis de los contrarios, puerta que se abre y puerta que se cierra.
Lo inasible y lo vacuo.
El poder y la carencia de los seres arrancados de toda forma de existencia digna.
Vida que quiere vida y muerte que siembra muerte: Siria, Irak, Grecia, Afganistán… la France:
«
… En el alba fue Charlie /En el crepúsculo que enrojecía fue Bataclan/ La sangre derramada…». La peste brune:

«La tierra chorrea rojo por la sangre derramada en las calles
En Europa ______ en Francia sobre todo
el fascismo estalla en olas azul marino
sobre nuestras dunas frágiles»

«¿Qué es una hoja de papel?/ Es algo que no puedes dar vuelta/Hasta no sacar la última línea de ti mismo», dice una poesía rusa de autor anónimo.
Bienvenido «Coreografía de cenizas», batalla entre Eros y Thánatos, que se resuelve en una fe final en el destino.
 Es la última línea del alma de Françoise Ruban.

«Celebrar el amanecer
destellos magos del alba
instante de amor y de paz
Las palabras cantan»

Cristina Castello
                                          (Para el texto y traducción de extractos de poemas)
«Chorégraphie de cendres»
Françoise Ruban, poeta francesa
Idioma : francés
Blog de Françoise Ruban
©maquettes by association gens du monde
ISBN 978-2-919521-38-8
SIRET : 521 903 294 000 10
©Droits réservés éditions épingle à nourrice
 15 €